Meter ChatGPT en una Barbie parece una buena idea para Mattel, pero ya se han ganado su primer gran enemigo: los padres que deben comprarlos

El reciente anuncio de Mattel en el que anunciaba la colaboración con OpenAI para futuras líneas de productos con Barbie y juguetes de Star Wars como protagonistas era algo fácil de prever. Ahora que la IA está hasta en la sopa, era cuestión de tiempo que tarde o temprano llegase también a los muñecos, pero los padres y las asociaciones de defensa al consumidor no han tardado en poner el grito en el cielo.

Aunque por ahora se desconoce exactamente qué hará Mattel con la IA y qué proyectos tiene en mente, lo que tienen claro estas asociaciones que puede ser una medida muy peligrosa para los niños, y de la mano de organizaciones como Public Citizen y Fairplay reclaman transparencia total frente a lo que consideran un "experimento social imprudente".

El peligro de juntar IA y juguetes

Creen que valerse de este tipo de modelos de lenguaje para integrarlos en juguetes puede confundir a los menores que aún no distinguen entre realidad y fantasía, que la IA puede terminar recogiendo datos sensibles para venderlos a terceros, que frenar interacciones con iguales puede retrasar su desarrollo socio-emocional, y que las alucinaciones a las que se ve abocada a veces la inteligencia artificial puede derivar en consejos dañinos o publicidad encubierta.

Desde Mattel aseguran que todo se hará de la forma más segura posible y que, en cualquier caso, este tipo de juguetes irán destinados a mayores de 13 años para evitar esos posibles problemas, pero la desconfianza generada por los modelos de lenguaje, y lo fácil que es acordarse de lo ocurrido con películas como Small Soldiers al hacer la comparativa, ha hecho que la bola se haga cada vez más grande.

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El precedente de Hello Barbie, una muñeca conectada que resultó ser un agujero de seguridad enorme mediante el que se podían grabar audios y terminó en manos de tercero, no ayuda a que esa desconfianza sea menor: "Aparentemente, Mattel no aprendió nada del fracaso de su espeluznante muñeca de vigilancia Hello Barbie hace una década y ahora está intensificando sus amenazas a la privacidad, la seguridad y el bienestar de los niños".

Tal y como recogía también la ejecutiva de la asociación Fairplay: "La creatividad de los niños prospera cuando sus juguetes y juegos son impulsados por su propia imaginación, no por la IA. Y dada la frecuencia con la que la IA 'alucina' o da consejos dañinos, no hay razón para creer que las 'barandillas' de Mattel y OpenAI realmente mantendrán a los niños a salvo".

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