Muy rara vez se da la situación de que una clase entera de preadolescentes se engancha a un libro, encima de los que mandaban en clase de Castellano, pero así ocurrió en mi propio curso. Estaba allí cuando pasó. El Valle de los Lobos, la primera entrega de Crónicas de la Torre, llegó en el mismo momento en el que Harry Potter estaba en auge gracias al estreno de las películas. Las escuelas de magia eran muy populares por aquel entonces (luego vinieron los vampiros), pero por algún motivo los profesores se empeñaban en poner lecturas que no conectaban con los jóvenes. Hasta que llegó una profesora, muy fan de Laura Gallego, y decidió hacernos leer esta primera entrega. Fue todo un éxito.
El éxito de Crónicas de la Torre
Hablar de Laura Gallego es pensar automáticamente en que la autora valenciana podría haber llenado estanterías al estilo Sarah J. Maas o Rebecca Yarros, aunque no es que haya ido escasa de logros. Memorias de Idhún fue todo un furor generacional (más de un millón de ventas) y otras obras como El Libro de los Portales, Finis Mundi o Alas de Fuego se han encargado de engrosar la fantasía nacida dentro de nuestras fronteras al máximo nivel. Pero eran otros tiempos, unos en los que no existía BookTok, por lo que muchas obras de esa época parecen haber caído en el olvido para las siguientes generaciones.
Antes os he dicho que El Valle de los Lobos conquistó a una clase de la ESO y es cierto, pero eso no significa que sea una lectura intrínsecamente ligada a los más jóvenes. Es verdad que la autora utiliza un tono accesible, no muy enrevesado y construye un mundo menos complejo que el visto en Idhún posteriormente. Por otro lado, ninguno de sus tres libros (cuatro en realidad) son demasiado extensos, pero eso no significa que la narración no cuente con todo lo que se puede esperar de una historia de fantasía: seres mágicos, hechizos, misterio, romance, drama...
Dana siempre va acompañaba de su amigo Kai
El Valle de los Lobos nos presenta la historia de Dana desde la infancia hasta la edad adulta. Desde bien pequeña, es capaz de presentir cosas que otras personas no pueden y muestra un talento único para la magia. Cuando es adoptada por un hechicero que la lleva a su escuela de magia, abandona su antigua vida y adopta una nueva, solamente acompañada por Kai, su amigo de la infancia.
Por aquel entonces, en los años 2000 cuando se publicó la primera entrega, las comparaciones con Harry Potter fueron inevitables. Con grandes diferencias, ambas obras proponían la historia de un adolescente que aprendía a usar sus poderes, realizaba exámenes y se rodeaba de seres mágicos. Pero mientras Hogwarts era un lugar lleno de vida, la Torre se presentaba como un refugio solitario y misterioso (rodeado de lobos) en el que apenas vivían unas pocas personas.
Cuando un hechicero adopta Dana, la vida de esta cambia por completo
Es cierto que la saga de J.K Rowling no tiene rival en cuanto a construir un universo se refiere. Laura Gallego tampoco pretendía en ningún momento copiar la fórmula de la autora británica. Por ello, en lo que una flaquea, la otra destaca y al revés. Por ejemplo, me atrevería a decir que las relaciones entre personajes están mejor definidas en la trilogía española o al menos son más emocionales: en Harry Potter no hay historia como la de Dana y Kai. De hecho, las relaciones amorosas son una de las asignaturas pendientes de Rowling.
Por otro lado, tenemos el sistema de aprendizaje y el funcionamiento de la magia, que tiene unas reglas más marcadas y complejas, aunque Rowling es más explícita en el detalle y la atmósfera. El Valle de los Lobos tiene una jerarquía muy concreta sobre los magos y aprobar cada examen es todo un reto. Se empieza por el Libro de la Tierra y se va progresando en el resto de elementos conforme se aprueban los exámenes. El Libro del Fuego es el más difícil y también el más impredecible. Para entendernos, es como las Respiraciones en Kimetsu no Yaiba: de cada elemento se derivan una serie de técnicas, en este caso hechizos.
Fenris, el elfo, fue una novela adicional que narraba la historia del personaje
Al Valle de los Lobos le siguieron dos entregas principales más, La Maldición del Maestro y La Llamada de los Muertos, y un spin-off basado en Fenris, el elfo, uno de los personajes secundarios de la trilogía. No voy a afirmar que esta historia ha caído por completo en el olvido, ya que recientemente la editorial SM sacó unas nuevas versiones con portadas de temática anime que se pueden encontrar en las tiendas, pero es fácil que, con estanterías abarrotadas de young adult, dark fantasy y ediciones de cantos pintados, queden relegadas a un rincón.
En 3DJuegos | Los villanos de la saga Empíreo son temibles, pero no es la primera vez que los vemos en las novelas de fantasía medieval
Ver 1 comentarios