Laura Gallego es todo un icono dentro de la literatura española. Gracias a sus entregas de fantasía, la autora consiguió culminarse como una de las autoras más populares a comienzos de la década de los 2000, sobre todo gracias al lanzamiento de la trilogía de Memorias de Idhún. Dado que nos encontramos ante una nueva oleada de novelas del género (aunque con grandes cambios), es un gran momento para bucear en la obra de la autora y sacar a la luz uno de sus trabajos no tan conocidos, pero igual de interesantes: Alas de Fuego. Esta bilogía cuenta con todos los elementos que Sarah J. Maas añadiría más tarde en algunas de sus entregas como Ciudad Medialuna o Una Corte de Rosas y Espinas.
Una historia de ángeles y traición
Laura Gallego, quien a día de hoy sigue activa con novelas como Todos los hombres del rey o Cuatro Lunas, ha explorado una gran cantidad de ideas a través de sus novelas: magia, seres divinos, misterios, el fin del mundo, etc, pero con Alas de Fuego decidió optar por los ángeles para representar una historia de traición y superación en la piel de Ahriel.
Guardiana de la reina Marla desde su nacimiento, Ahriel es fruto de una conspiración que la envía directa a una prisión y con las alas incapacitadas. Gorlian es un lugar espantoso en el que el ángel debe aprender a sobrevivir de la forma más humana posible, ya que dista mucho de ser una simple cárcel. Así, esta novela tiene romance, fantasía, drama y misterio, todo en una propuesta bastante razonable en cuanto a extensión que, más adelante, en 2009, concluiría en una segunda entrega titulada Alas Negras.
Laura Gallego durante la presentación de Alas de Fuego
En ese sentido, Sarah J. Maas se nutre de todos estos elementos para dar lugar a su propio imaginario. Tanto en Una Corte de Rosas y Espinas como en Ciudad Medialuna vemos la fuerte influencia de los seres alados, así como de los romances y misterios que rodean la historia. Por ello, para todos aquellos lectores actuales, hacer una parada en Alas de Fuego se antoja como algo natural. Es fácil que esta novela, que ya va a cumplir 20 años, se haya perdido entre el grueso de obras modernas que no dejan de engrosar la fantasía adulta, pero fácil podría formar parte de cualquier estantería en pleno 2025.
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