Ya sabíamos que Nintendo tiene mano dura con cualquiera que use sus IP sin permiso, ya sea en mods no oficiales o en proyectos inéditos. Prácticamente todas estas iniciativas acaban en un mensaje de cese y desista por parte de la compañía nipona, pero el caso de Gary Bowser va más allá de un simple aviso: en 2020, este hacker fue arrestado por pertenecer al grupo Team-Xecuter, especializado en vender dispositivos para reproducir ROMs ilegales en Nintendo Switch y Nintendo 3DS. Un año después, se declaró culpable de dos cargos y fue a prisión hasta el pasado 2023; año en el que salió del centro por buen comportamiento. Ahora, tras dejar atrás esta etapa, Bowser comenta en The Guardian que su caso estaba hecho para llamar la atención de potenciales criminales: "La sentencia fue como un mensaje para otras personas que siguen ahí fuera, que si son pillados… Pasarán un momento difícil".
Porque, desde su perspectiva, Bowser no estaba en el meollo de todo lo que sucedía en Team-Xecuter. Según parece, el hacker solo participaba en el grupo para actualizar su web oficial y como medio de contacto: "Empecé a ser un intermediario entre la gente que hacía el trabajo de desarrollo, y la gente que realmente tenía los chips de mods, que jugaban a los juegos", explica en The Guardian. "Recibía feedback de los testers, y yo lo enviaba a los desarrolladores. [...] Puedo gestionar personas, y esa es la razón por la que terminé más involucrado".
Bowser debe millones de dólares a Nintendo
Y la sentencia hizo algo más que enviar a Bowser a prisión. Al formar parte de un grupo de piratería de videojuegos, el hacker ahora está obligado a pagar millones de dólares a Nintendo; por un lado, 4,5 millones pactados durante el juicio inicial, por otro, 10 millones adicionales por los daños ocasionados a través de la piratería y manipulación de títulos. De hecho, Nintendo tiene la potestad de extraer un 25-30% de los ingresos brutos mensuales de Bowser (sin tocar el dinero que se invierta en necesidades como el alquiler de un hogar) con el objetivo de completar el pago de la multa.
"Les pagaré lo que pueda, que no será mucho, eso es seguro", comenta Bowser en The Guardian. "Podría ser peor". A fin de cuentas, y recordando su experiencia en prisión, esta no es la primera vez que el hacker se encuentra en una mala situación: "He experimentado muchas cosas a lo largo de los años, situaciones malas y buenas", continúa. Cuando estaba en la cárcel, por ejemplo, Bowser tuvo la oportunidad de ganar unos pocos dólares ayudando a otros prisioneros en riesgo de suicidio: "Mucha gente se volvía loca, golpeando las puertas de sus celdas, gritando, autolesionándose", explica, añadiendo que recibía un dólar por cada hora que pasaba con otros presos: "Cuando estaba en la cárcel, pagaba a Nintendo 25 dólares al mes".
Actualmente, Bowser no tiene permitido manipular hardware moderno de videojuegos y todavía está buscando un trabajo con el que ganarse la vida. Y tiene una cosa clara: su talento en el terreno de la informática. "Debería ser un ejecutivo a cargo de una compañía, no alguien que trabaja como un junior", explica en The Guardian. Para finalizar, el hacker recuerda que Nintendo of America ahora tiene a un Bowser (Doug Bowser) como presidente de la división, algo con lo que bromea: "Debo ser el primer Bowser que ha sido arrestado".
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