Aunque hay alternativas para jugar en móviles mucho más interesantes que los juegos gratis de Google Play, estoy dispuesto a demostrar que la 'store' de Android tiene algo que merezca la pena. Hasta ahora las cosas no han ido muy bien y la situación en iOS no es diferente. Funcionan esos juegos que todos sabemos que funcionan. Genshin Impact o Tower of Fantasy siempre van a estar ahí, Marvel Snap es una maravilla y Vampire Survivors uno de los indispensables en cualquier teléfono. Por supuesto me estoy dejando algunos que todos conocéis, pero creo que es fácil entender a qué me refiero exactamente. Me apetecía hilar fino y encontrar algunos éxitos un tanto menos conocidos y así es como tropecé con una delicia llamada PunBall.
Uno de los juegos gratis más divertidos de iOS y Android
PunBall alcanzó ya una cifra cercana a los cinco millones de descargas y su descubrimiento no me convierte precisamente en el jugador más avispado de la historia. Sin embargo, se trata de un juego muy divertido y sumamente adictivo capaz de tomar las mecánicas simples de títulos al estilo Brick Breaker para darles una nueva forma. Todo se basa en la destrucción de bloques, pero estos toman la forma de enemigos que pueden llegar a tener infinidad de puntos de vida y que no dudarán en atacarnos. Es una combinación extrañísima con Space Invaders, Bubble Shooter o el mismo Survivor.io. El batiburrillo parece no conectarse por ningún lado, pero es una maravilla lo bien que funciona tras apenas una partida.
Nuestra misión es lanzar bolas y destruir bloques de enemigos que cumplen diferentes funciones y con el paso de los niveles se convierten en verdaderas esponjas de balas. Están los esqueletos, que avanzan una fila cada vez que lanzamos y si nos golpean infligen muchísimo daño. Los lanzaguisantes son menos peligrosos si nos alcanzan, pero nos dispararán una vez en cada turno que estén vivos. Sanadores para hacer que los enemigos recuperen vida, escuderos que solo podemos golpear por el lateral o la espalda y hasta arañas que pueden modificar el lado del mapa en el que se encuentran. Hay una disposición táctica que obliga a los jugadores a tomar decisiones y pensar cada lanzamiento mucho más de lo que esperarías.
Toca decisiones sobre cuál es mejor ángulo y tratar de evitar problemas inminentes sin descuidar los que pueden surgir a medio plazo. En serio, es absurdo como un juego en apariencia tan simple se puede volver tan interesante. Además, lo bonito llega cuando saltamos la bola. Existen diferentes 'power ups' en forma de bolas extra o habilidades variadas. Podemos hacer que una de las bolas que lanzamos en cada ráfaga tenga propiedades flamígeras, conseguir que haga daño extra por la espalda o que sea más efectiva contra los enemigos más alejados. Esto no solo hace el juego todavía más profundo o variable haciendo que tengamos que adaptarnos a cada partida, los efectos también lo hacen sumamente satisfactorio.
Cada buen lanzamiento es un espectáculo visual que se potencia con las habilidades y da lugar a momentos en los que la satisfacción se eleva a cotas poco usuales. Además, las partidas no toman más de diez minutos y son perfectas para viajes en metro o autobús. PunBall tiene, literalmente, todo lo que le pediría a un juego para móviles. Simple, divertido, satisfactorio y profundo son adjetivos que normalmente enmarcan lo que definimos como un buen videojuego. El problema es que la lista de adjetivos también se puede ampliar con muchos otros términos que van a echar atrás a la mayoría de los jugadores. Lo peor no es eso, si no que quien se baje del barco tiene buenos motivos para hacerlo.
Si necesitase una prueba de que es necesario un cambio de sistema para la monetización del videojuego móvil, aquí la tengo. La jugabilidad inmensamente divertida de PunBall se combina con un sistema de monetización que está entre los más sobreestimulantes que jamás había visto. Tras unas cuantas sesiones, podemos encontrarnos hasta cinco o seis avisos al abrir el juego a los que hay que sumar hasta doce notificaciones en el menú principal. Todo está tan sobrecargado de estímulos que darle al botón de “empezar” para abrir una partida es casi un alivio psicológico. Podemos replegar los menús, pero no existe una forma de desactivar las notificaciones en el juego.
Esta insistencia se une a un sistema de progresión basado en objetos que aumentan nuestras estadísticas y que se lo pone un tanto complicado a los jugadores 'free to play'. PunBall es un juego que no nos va a exigir gastar dinero, pero que va a castigar nuestra falta de compromiso económico con unas cuantas sesiones de 'farmeo' de tanto en cuando. Llegar a ese punto en el que las misiones se pueden superar no es demasiado complicado, pero sí resulta confuso debido a todas las opciones para mejorar a los personajes. Hay equipamiento, mejoras estadísticas, aumento de nivel de héroe y cada uno de estos sistemas se divide a su vez en varias ramificaciones. Es bastante difícil de sobrellevar si no estamos acostumbrados a los juegos para móviles.
Le desaconsejaría PunBall a cualquiera que haya tenido problemas con las cajas de botín o apenas haya tenido contacto con ellas, porque estos sistemas de monetización no son lo que queremos en los videojuegos. Sin embargo, la sensación esta vez es de lástima. Normalmente los juegos que añaden este tipo de opciones no son más que 'sacacuartos' que podemos ignorar sin perdernos demasiado, pero aquí hay un juego verdaderamente bueno que se está perdiendo detrás de un desmedido afán recaudatorio. Es inevitable no pensar en un mundo ideal en el que los jugadores de iOS y Android no tuviéramos problemas en gastar dinero en juegos móviles, porque con unos sistemas un tanto más apropiados aquí habría material para un verdadero sobresaliente.
La industria de móviles no parece seguir el mejor camino, pero no por ello jugar en iOS o Android no merece la pena. Hay algunas opciones que resultan muy pero que muy interesantes.