Lo clásico está de moda, y Legend of Grimrock es un claro ejemplo de ello. Desafiante, adictivo y con un estilo tan de la vieja escuela que echa para atrás, este juego de rol en primera persona homenajea a grandes clásicos como Dungeon Master proponiendo una aventura como las de antaño. Así que coge el papel y lápiz porque lo vas a necesitar para escapar con vida de esta oscura prisión.
Cada vez son más los aficionados al rol que ruegan por una vuelta a los orígenes, por rememorar los viejos tiempos con títulos cargados de opciones, con una gran libertad de acción y difíciles, sobre todo difíciles. Las rediciones de Baldur’s Gate o el resurgir del mítico Wasteland respaldan esta afirmación; pero el caso que hoy nos ocupa va más allá en el tiempo. Más o menos unos 25 años atrás: época en la que nació el legendario Dungeon Master.
En aquel entonces, los aficionados al género estaban acostumbrados a librar intensas batallas por turnos en oscuras y laberínticas mazmorras repletas de tesoros y trampas mortales. Era la época dorada de los Dungeon Crawler. Pero ¿qué hizo que el juego de FTL Games se convirtiera en un clásico instantáneo? La integración de un sistema de combate en tiempo real que lo cambiaba todo. Y fiel reflejo de aquel título nace el notable Legend of Grimrock.
Presos en la mazmorra
Ubicada en lo más alto de una montaña y con una fosa como punto de entrada para los presos condenados a vagar entre sus muros, Grimrock se ha convertido por méritos propios en uno de esos lugares por los que da gusto perderse. Y no por sus encantadoras vistas o la gentileza de sus habitantes, que ya os aseguramos no ganarían un concurso de belleza y simpatía. Más bien, por transportarnos a esos ambientes tan propios de los clásicos Dungeon Crawler con una fidelidad increíble.
El diseño de los escenarios siguiendo un modelo de cuadrículas que recrea un tablero virtual, los enmarañados pasadizos repletos de trampas mortales y pasajes ocultos; los ingeniosos rompecabezas basados en la búsqueda de llaves e interruptores, los peligrosos enemigos ocultos tras cada esquina… esta prisión maldita no se deja en el tintero ninguno de los elementos que hicieron grande al género hace tantos años, sustentando la acción en tres pilares básicos: el sistema de combate, la exploración y los puzles.
Pero todo tiene un comienzo, y el de Legend of Grimrock se inicia con la creación del equipo de cuatro guerreros que se adentrarán en este peligroso infierno. En este sentido, podemos optar por la vía rápida y usar aventureros creados automáticamente, o dedicar unos minutos al sencillo pero completo editor de personajes que incluye. Y aunque es verdad que las opciones no son tan amplias como nos habría gustado, el resultado es, cuanto menos, bastante satisfactorio. Porque sí, es cierto que tres arquetipos como el del guerrero, pícaro y mago pueden saber a poco, pero bastan un par de minutos para darse cuenta de que esta es una impresión equivocada.
Más que nada, porque es posible diferenciar notablemente a dos personajes pertenecientes a una misma clase siguiendo caminos distintos. Así, por ejemplo, podemos contar con un pícaro experto en el uso de armas arrojadizas o arcos sin apenas mejoras para evadir golpes, y luego dar vida a otro completamente volcado en el uso de dagas y ataques mortales. Por eso, también será muy importante escoger acertadamente el equipamiento de cada aventurero, ya que habrá armas con las que no sepan desenvolverse correctamente, e incluso equipo defensivo que reducirá su efectividad en combate si no están adiestrados en su uso.
Otro detalle muy interesante es la importancia que ha adquirido la orientación de nuestros personajes, que se moverán al unísono sobre una misma casilla en una formación de batalla 2x2. Al frente, deberían ir los guerreros más fuertes, listos para asestar y recibir golpes; y en la retaguardia, los expertos en la lucha a distancia con arcos, armas arrojadizas o magia, aunque también se pueden usar armas de largo alcance como lanzas o movimientos de asesinato especiales propios de los Pícaros.
Sabiendo esto, durante los combates no solo tendremos que preocuparnos de sincronizar correctamente los ataques de los cuatro condenados –tras cada acción existe un breve período de recarga-, sino también, desplazarnos con agilidad por el tablero para evitar recibir más golpes de los necesarios y, sobre todo, que la retaguardia sea molestada lo menos posible (suelen ser las unidades más dañinas). Para ello, será vital modificar la orientación del equipo siempre que sea posible para poner de cara a los enemigos, aunque también contamos con la opción de cambiar la posición de cada miembro del grupo de forma individualizada.
Este sistema de combate trae consigo el viejo truco de andar desplazándose alrededor de un enemigo para golpearle sin que este pueda hacer gran cosa, aunque bien es cierto que es un tipo de situaciones que se da en contadas ocasiones dado lo angosto de los pasadizos por los que nos moveremos. Eso sin contar con los grandes grupos de enemigos que podrán salirnos al paso en más de una ocasión, hasta el punto de que no será raro que nos rodeen sin dejarnos movernos en ninguna dirección.
El señor del calabozo
Son muchos los puntos positivos que podríamos ensalzar de este gran Legend of Grimrock, aunque para nosotros lo que lo convierte en un videojuego tan especial es el hecho de mantener una jugabilidad tan de la vieja escuela, aunque adaptada a los nuevos tiempos, y a la vez transmitir una sorprendente sensación de frescura.
Ayuda mucho el brillante diseño de las mazmorras por las que iremos descendiendo, en las que siempre habrá los enemigos justos, las trampas adecuadas e ingeniosos y cada vez más complejos rompecabezas. Pero también nos ha encantado la permanente sensación de indefensión con la que nos encontraremos de principio a fin. Valga como ejemplo el inicio de la aventura, en la que nos veremos directamente en las mazmorras sin ningún arma ni objeto defensivo con el que hacer frente a los peligros de Grimrock.
Enemigos que surgen de entre las sombras, otros que aparecerán de repente tras muros que se abren a nuestro paso, trampas mortales, la hambruna, quedarse a oscuras en medio de una sala repleta de enemigos porque la antorcha se ha consumido… son tantos y tantos los buenos momentos que hemos vivido, que solo podemos aplaudir el magnífico trabajo llevado a cabo por el pequeño estudio de Almost Human.
También merece nuestra atención el genial diseño de los rompecabezas, que pueden tenernos durante muchos minutos estrujándonos los sesos intentando descifrar enigmáticos mensajes –en inglés, aunque no es muy complejo-, rebuscando entre las paredes el interruptor que abra "esa maldita puerta", e incluso usando objetos del entorno como piedras o calaveras para pisar las losetas que accionarán complejos mecanismos. Y no seguimos porque de verdad queremos que descubráis los misterios que esconde esta peligrosa prisión.
Todo en Legend of Grimrock ha sido diseñado con un cariño y nivel de atención que resulta sorprendente. Y aunque es verdad que a veces el juego puede ser algo injusto lanzándonos de golpe a varios enemigos a la vez o que su sistema de control resulta caprichoso en los desplazamientos por el tablero, son tantos los puntos positivos que tiene que es muy difícil no quedar prendado de este juego.
Para el recuerdo queda también el sistema de magia que presenta el juego, que se basa en una tabla rúnica de 3x3 en la que deberemos marcar los símbolos correctos para lanzar hechizos. Unos poderes mágicos que iremos descubriendo a medida que localicemos pergaminos con las fórmulas, e incluso probando suerte. Eso sí, nuestro mago tendrá que estar versado en los diversos elementos mágicos para poder usar determinados conjuros. Y lo mismo se podría decir del sistema de elaboración de pociones, que ofrece también fórmulas muy variadas (antídotos, curativas, de velocidad, etc.).
Visualmente, tampoco se le pueden poner muchas pegas a este título que, aun manteniendo siempre una ambientación propia de los calabozos y mazmorras, nunca llega a cansar gracias a los sutiles cambios en el diseño de los entornos, a lo detallados que están los elementos visuales y, por supuesto, al magnífico y variado repertorio de enemigos que nos saldrán al paso. Algunos verdaderamente terroríficos como los ogros, que en situaciones de penumbra pueden dar más de un susto. ¿Lo mejor? Que Grimrock es la primera de muchas grandes mazmorras que se irán publicando más adelante, ya sea de manos del equipo de desarrollo o de los jugadores.
Las más de 10 horas que puede llevarnos completar este título en su dificultad normal, lo costoso que resulta encontrar muchos de sus secretos y abrir las puertas de hierro –son especiales y esconden tesoros-, e incluso la opción de afrontar la aventura sin un mapa que nos guíe (el lápiz y el papel es la solución) son una pequeña muestra de lo que espera a todos aquellos que osen adentrarse en las profundidades de Grimrock tan solo por 10 euros.
Hay títulos que intentan imitar a los clásicos y otros que nacen con el mismo espíritu que aquellos. Y aunque es verdad que Legend of Grimrock tiene sus pequeños fallos y no es tan complejo como otros Dungeon Crawler, ha conseguido coronarse como uno de los mejores exponentes del género en la actualidad. Un título que por diseño y ambientación no debería faltar en la colección de los amantes a los juegos de rol de la vieja escuela.
