Análisis de Armello. Larga vida al Rey

Análisis de Armello. Larga vida al Rey
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Espía, roba, asesina y traiciona a todo aquel que se interponga en tu camino al trono en este gran título de estrategia por turnos diseñado a imagen y semejanza de los tradicionales juegos de mesa. Así que ya sabes. Lanza los dados, escoge bien tus cartas y no dejes títere con cabeza, porque en el mundo de Armello tus enemigos, y más si son otros jugadores, no tendrán compasión.

"En el juego de tronos o ganas o mueres". Os suena ¿verdad? Es una de las citas célebres de la saga literaria Canción de Hielo y Fuego -Juego de Tronos en su adaptación televisiva-, y es también la base sobre la que se sustenta la acción de Armello. Un atractivo juego de estrategia por turnos que está causando furor entre los aficionados al género, por lo bien que retrata las luchas de poder político de cuatro facciones en un oscuro mundo de fantasía en el que la traición, el espionaje y los asesinatos están a la orden del día. Razón de más por la que este juego de mesa se disfruta especialmente en compañía de otros jugadores, que no dudarán ni un ápice en hacernos la vida imposible con sus triquiñuelas y golpes bajos. ¿El objetivo? Conquistar el trono. ¿Nuestras armas? Un buen puñado de cartas y, claro, los dichosos dados que decidirán nuestro destino.

Y con esto, que a priori parece tan poco, Armello se ha convertido en una de las sorpresas más agradables de los últimos meses. Es profundo, amplio en opciones de juego y sobre todo muy adictivo. Porque una vez empiezas la partida y comienzas a maquinar en contra de los adversarios ya no sabes cuándo parar; cuándo dejar de agitar los dados y robar cartas de la baraja, pues siempre hay algo nuevo por descubrir, nuevas estrategias que seguir y trucos con los que dejar atónitos a los rivales.


Un rey maldito, cuatro aspirantes a sucederle

Corrompido por un mal ancestral, el rey de Armello está condenado a morir si no encontramos la cura a tiempo pero… ¿por qué salvarle la vida cuando podemos acabar con él y usurpar el trono? Con esta premisa, el estudio independiente League of Geeks nos sumerge de lleno en una cruenta guerra a cuatro bandas en la que todo es posible, y donde todos pueden alcanzar la gloria si juegan bien sus cartas. Que por cierto hay bastantes, en concreto 131, repartidas en tres categorías –más dos extra para artefactos y aliados- claramente diferenciadas: equipo, que son armas y otros ítems que nos darán ventajas tácticas en los combates una vez las tengamos en el inventario; de magia, que obviamente nos permitirán conjurar hechizos de lo más dispares; y las más interesantes, las de engaño, con las que desencadenaremos tropelías tales como falsificar edictos reales, robar dinero y secretos de los rivales, tender emboscadas y demás.

Al final del día el jugador con más prestigio "ayudará" al rey a decantarse por uno u otro edicto. ¿Haréis de Armello un mundo mejor o promoveréis el caos?
Al final del día el jugador con más prestigio "ayudará" al rey a decantarse por uno u otro edicto. ¿Haréis de Armello un mundo mejor o promoveréis el caos?


La sensación una vez te pones a jugar con Armello es que eres el mismísimo Meñique, de Juego de Tronos, tejiendo a tu gusto el destino de un reino en guerra. Aunque claro, en este caso con un grupo de aventureros antropomórficos como protagonistas, que serán los que defiendan los intereses de los clanes de la rata, el lobo, los conejos y los osos. Cada uno de ellos por supuesto con sus particularidades y, a su vez, con sus respectivos héroes, que también poseen atributos y habilidades únicas. Algunos, por ejemplo, están más capacitados para el combate que otros, contando con un mayor número de dados con los que atacar y defenderse; mientras que otros podrán usar mejor el sigilo, la magia, atacar desde la distancia o incluso acumular en su mano un mayor número de cartas si son lo suficientemente ingeniosos. Porque esa es otra.

Larga vida al Rey


Armello es un videojuego donde la gestión de recursos es tan importante como el buen tino que demostremos moviéndonos por el tablero. Dinero, salud, fuerza, ingenio, poder mágico… cada uno de estos elementos influirá de forma decisiva en la forma de afrontar la partida, pudiendo en todo caso alterar estos atributos con el uso de conjuros, artefactos o la ayuda de aliados, que si tenemos suerte, viajarán junto a nosotros proporcionándonos ventajas de lo más atractivas. ¿Algo más? Pues por extraño que parezca sí. Porque todavía no hemos hablado de la Putrefacción, que es el mal que afecta al Rey y que también podemos contraer nosotros, sufriendo estados alterados que nos obligarán a actuar con presteza -podemos morir con el tiempo-, pero también ganando la posibilidad de usar una serie de poderes únicos basados en la dolencia.

El diseño artístico de las cartas es, por norma, realmente bueno. En cuanto al tablero… tal vez no sea tan bonito, pero cumple.
El diseño artístico de las cartas es, por norma, realmente bueno. En cuanto al tablero… tal vez no sea tan bonito, pero cumple.


También la figura del monarca desempeña un papel crucial en el transcurso de la partida. Al final de cada día, el Rey moverá ficha lanzando a sus tropas contra todo aquel que se cruce en su camino y, más importante aún, proclamando un edicto que modificará considerablemente las condiciones de la partida. A veces, exigirá el pago de un tributo en oro o magia; en otras, mandará a sus huestes saquear las ciudades, de donde nosotros obtenemos dinero, y en otras… en otras tal vez le dé por atacar a un jugador en concreto poniendo precio a su cabeza. Hay montones de alternativas y conforme aumenta su demencia, la locura invadirá también el tablero de juego. Aunque lo mejor es que nosotros mismos podemos influir en las decisiones del monarca si somos el jugador con más prestigio al final de cada día.

Jugando te sientes el mismísimo Meñique, de Juego de Tronos, tejiendo a tu gusto el destino de un reino en guerra

Una mecánica de juego que nos parece genial por los piques que genera, pues acumular prestigio no es nada fácil. Matar a otros jugadores, rescatar aldeas en peligro, acabar con los monstruos engendrados por la Putrefacción, dar con tesoros en las mazmorras y otras tantas acciones del estilo nos granjearán puntos de reputación, pero también podemos perderla si morimos, si otro jugador nos boicotea con sus cartas, etc. Y creednos, influir en las decisiones del rey es importante, porque nos da pie a marcar un poco las pautas de juego; amén de que esta es una de las cuatro condiciones de victoria con las que se inicia cada partida. Las otras tienen que ver con la búsqueda de cuatro artefactos mágicos necesarios para sanar al rey, la opción del Matarreyes, que no requiere de más explicación; y la victoria por Putrefacción, que conseguiremos si estamos más enfermos que el monarca y le derrotamos en buena lid.

Larga vida al Rey


El juego de League of Geeks también sorprende por las diferencias que establece entre el día y la noche, ya sea mejorando el sigilo, potenciando ciertos ataques, o granjeándonos la posibilidad de usar habilidades únicas. Incluso durante las tiradas de dados, algunos símbolos tendrán un efecto u otro dependiendo del momento del día en el que nos encontremos y de la propia condición de nuestro héroe. ¿Está infectado? No penséis que todo va a ser malo pues algunas ventajas tiene. Y si no, siempre nos quedará la opción de quemar cartas para convertir los dados en el símbolo deseado (ataque, defensa, putrefacción… lo que sea).

Opciones, como veis, que nos dejan con un videojuego sorprendentemente profundo a nivel jugable que además se disfruta una barbaridad en compañía de tres amigos más. No todo es perfecto, es verdad, pues existen desequilibrios entre unos y otros personajes y entre unas formas de ganar y otras. Tampoco habría estado de más contar con más tableros y un mayor número de misiones, que usaremos para obtener suculentas recompensas. Y luego, lo de siempre, la aleatoriedad. Está claro que no podemos controlar el destino de los dados, tampoco pedimos eso; pero hay ciertos eventos en los que se decide el éxito o fracaso de la misión sin que esté muy claro por qué. Es algo intrínseco de los juegos de mesa, pero nos hubiera gustado tener mayor capacidad para influir en la diosa fortuna.

Muy Bueno

Sin sello
Larga vida al Rey

Armello

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Turno a turno, partida tras partida, Armello es uno de esos videojuegos que terminan enamorando. Sabes que no es perfecto, que podría haber sido incluso mejor con ciertos retoques, pero sí lo suficientemente bueno como para mantenerte pegado a él durante muchas horas. Con unas mecánicas de juego inteligentes, una amplia variedad de opciones de juego y un adictivo multijugador competitivo, los usuarios de PC y PlayStation 4 tienen ante sí un gran juego de estrategia por turnos que merece la pena.

  • Amplias opciones de juego. Cada partida puede ser única
  • Gran variedad de cartas con efectos muy originales
  • La idea de influir en las decisiones del rey es genial
  • Multijugador competitivo a través de Internet
  • Ciertos desequilibrios en el poder de los héroes. Los hay muy fuertes y otros no tanto
  • En ocasiones los tiempos de espera son demasiado largos
  • La aleatoriedad en momentos muy puntuales de la partida puede ser frustrante
Jugadores: 1-4
Idioma: Textos en español
Duración: Incalculable
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