El Festival Horizon se traslada a Europa con una segunda entrega que presenta novedades tanto técnicas como jugables, y que lleva la saga Forza a su lado más divertido y espectacular. Un nuevo mundo abierto donde recorremos la Costa Azul y la Toscana al volante de los mejores coches del mundo y con la libertad de ir a donde queramos.
La primera vez que jugabas a World of Warcraft, antes de los niveles 80, antes de las monturas épicas, estabas deseando llegar a nivel 40 sólo para poder montar a caballo. Era un largo camino antes de conseguir tu preciado animal, mientras que un juego de la época, The Elder Scrolls IV: Oblivion, te dejaba subirte a lomos de cualquier caballo que encontraras prácticamente en la primera hora de juego. Con Forza Horizon 2, ocurre algo similar. Vienes de un Motorsport 5 en el que tras muchas carreras y muchos créditos has conseguido comprarte algo medianamente decente como un Audi R8, pero donde todavía te quedan horas y horas de vueltas hasta aspirar a un Ferrari o un Formula 1. En Horizon 2, tras completar tu primer campeonato y vencer en una carrera contra cinco aviones, te regalan un F430 Challenge: tu primer Ferrari y no has tenido que gastarte un crédito.
No es que Horizon 2 no valore tu esfuerzo o quiera recompensarte demasiado, es que te invita al placer de la conducción desde otro punto de vista. Si Motorsport se centraba en la perfección de cada curva, Horizon hace lo propio en el estilo. No es de extrañar; Playground Games, ese estudio que pareció haber salido de la nada hace unos años, está formado por veteranos de Bizarre y Codemasters, y trajeron al conjunto algunas de las mejores ideas de juegos como Project Gotham Racing y Dirt, respectivamente. Esa puntuación que vemos constantemente cada vez que realizamos un buen derrape o maniobra, es la evolución de los kudos aplicada al mundo de Forza. Y encaja a la perfección.
Recorriendo Europa
La gran novedad es el propio festival en sí. Cambiamos de localización, de una Colorado que nos sorprendió por su variedad, al paisaje europeo del norte de Francia e Italia, bordeando sus zonas costeras en un viaje hacia el interior. Un paisaje tan atractivo que realmente dan ganas de coger tu propio coche y poner rumbo hacia él. Se mantiene el mundo abierto, que nos permite ir a donde queramos y escoger los distintos campeonatos en el orden que más nos convenga, todo para ir subiendo de nivel, conseguir la nueva pulsera y optar por un hueco en la final.
Pero los grandes cambios llegan con la ciclos climáticos. Forza Motorsport es un gran simulador, pero su tarea pendiente ha sido siempre mejorar la ejecución del paso del tiempo, así como añadir cambios climatológicos. En el primer Horizon ya pudimos ver un ciclo de día y noche, pero es ahora con su segunda entrega donde veremos verdaderas tormentas con un nivel de detalle de lo más espectacular del juego y que supone una gran bienvenida para la serie. Todo este festival técnico no se ha logrado impunemente. La suavidad de Motorsport lograda con sus 60 cuadros se ha sacrificado en pos de unos 30 frames por segundo muy estables, unos dientes de sierra mucho más suavizados y una iluminación que huye del simple mapeado lumínico tan estático de la saga original, para poder recrear ese paso del tiempo fluido y esas lluvias torrenciales de forma más dinámica.
Es cierto que tener una base ya creada con Forza permite a Playground jugar con ventaja. En esta ocasión, es la base de su quinta entrega la que permite al juego lucir tan espectacularmente y añadir esa profundidad en la conducción, pero gracias a contar con estos cimientos construidos es como el estudio ha conseguido centrarse en crear un juego divertido. Una de las principales novedades con respecto a la primera entrega, por ejemplo, es el poder conducir "campo a través". Es una mirada al Off-Road, parecido a las pruebas de Rally que llegaron a través de DLC en el primer juego y que aquí ya están incluidas de serie (aunque no dudamos que regresen en el futuro más potenciadas). En esta modalidad, las carreras toman un tinte más abierto donde lo importante es aprovechar bien los baches y abrirse lo suficiente como para tomar la curva de cara al siguiente punto de control, mientras intentas esquivar árboles, vallas y todo tipo de obstáculos.
Es una de las grandes diferencias con Motorsport. ¿Significa esto que Horizon es más arcade? Evidentemente sí, pero con matices. No es que Horizon sea la saga arcade de Forza, es un juego completamente nuevo y complejo si así quieres que lo sea. Puedes seguir jugando con las reglas, añadir más simulación en la propia dirección del coche, la física de las ruedas o hacer que influyan los daños por choque. Incluso tienes todas las opciones de tuning activadas para que puedas meterte en la telemetría. ¿Que tu nuevo Ferrari bloquea demasiado las ruedas al frenar? Puedes disminuir la presión sacrificando velocidad de frenado. Todos estos elementos influirán en la carrera, a los que se le añaden las ayudas más básicas para los jugadores menos experimentados, como por ejemplo la guía en carretera o la posibilidad de rebobinar unos segundos y arreglar esa curva que no salió del todo bien.
Con tantas opciones de simulador, donde más notamos el aspecto arcade del título es en realidad en el hecho de poder ir con cualquier tipo de coche por cualquier tipo de terreno. En cualquier Forza salirse del circuito era, prácticamente, volver a repetir la prueba, pues los coches de competición no tienen ningún tipo de estabilidad ni agarre fuera del asfalto. En Horizon esta restricción no existe, lo que permite tomar muchos atajos con relativa facilidad. Tanto, que para conseguir los mejores récords, veréis a muchos jugadores cortando campo a través en curvas siempre que el punto de control lo permita. Si bien Playground anima a encontrar los mejores atajos en las carreras, estos pequeños cortes que ayudan a no frenar en las curvas, van un poco en contra del propio espíritu de la conducción y la competición, logrando que hasta uno mismo se siente mal al aprovecharse de ellos.
Otro punto significativo es el que tiene que ver con los eventos. Acostumbrados a juegos con gran variedad, la saga Forza se ha caracterizado siempre por una mirada conservadora, centrándose únicamente en las carreras. Horizon 2 intenta maquillar este hecho llamando de forma distinta a cada evento: Carrera urbana, carrera callejera, carrera de asfalto, etc. Pero aunque atravesemos ciudades, campo, tierra o asfalto, la realidad es que todos los eventos son carreras y nada más. Podríamos llamar contrarreloj a la variedad Rivales, en la que al terminar un evento podemos jugar contra un conductor fantasma de un amigo o desconocido e intentar superar su marca. Pero más allá de ello se echan en falta eliminatorias, persecuciones y pruebas menos serias que nos han acompañado durante los últimos años en otros juegos. Incluso los eventos de final de muñequera del primer juego que nos proponían vencer a un rival famoso del campeonato controlado por la IA, han desaparecido.
También se echan en falta algunas de las últimas tendencias del género como los eventos sociales, donde encontramos marcas de amigos y sus logros a batir, o incluso esas pequeñas pruebas dentro de la propia carrera como derrapar, mantener la velocidad punta o tomar la curva perfecta. Horizon sigue manteniendo los radares y añade las denominadas Experiencias Vitales, que nos obligan a montar en un coche específico para realizar una prueba singular. El problema es que quedan algo fuera del conjunto, demasiado separadas de los eventos principales.
Un Festival de conducción con amigos
El modo online de Horizon 2 es bastante atractivo. Gracias a su mundo abierto podemos interactuar con otras personas en dos tipos de modalidades online: uno cerrado en el que el juego nos conduce a través de varias pruebas predefinidas; y otro abierto donde serán los propios jugadores los que eligen el siguiente evento. El primero de ellos nos ha parecido mucho más atractivo. Todos los jugadores tendrán que acudir a un mismo punto y se clasificarán según el resultado de cada evento. A muchos, todo esto le recordará al Need For Speed: Most Wanted de Criterion y sus viajes por toda la ciudad hasta la siguiente prueba. Es un modo de juego que puede no gustar a todo el mundo, ya que resulta más lento que pulsar unos cuantos botones en un menú, pero PlayGround ha resuelto mejor la situación, no haciéndonos perder tanto tiempo en acudir al lugar designado y permitiéndonos seguir ganando puntos por nuestro estilo de conducción y no sólo por nuestra posición en el marcador.
Además, las pruebas son más variadas que en el modo para un jugador. A las ya consagradas carreras tenemos otras etapas donde estaremos divididos en equipos e importan los adelantamientos, otras en las que un jugador hace de infectado y los otros de supervivientes, y una especie de pilla-pilla en el que tendremos que chocar contra otro choque y después huir de él. Sin duda, todo un patio de recreo online.
Forza Horizon 2 se hace querer y nadie debería quedarse con la sensación de que es simplemente la rama arcade de la saga. Es mucho más que eso, y lo demuestra en cada curva. Puede que sea menos exigente con nuestra habilidad que Motorsport y al no centrarse en circuitos oficiales las curvas no son siempre las perfectas para sacar el máximo rendimiento a nuestros motores, pero todo lo que no aprovecha de la saga principal, lo cambia por tipo de placer: el de la conducción libre; el de los paisajes de ensueño; el de la diversión y la facilidad de acceso a sus más de doscientos vehículos. Todo aderezado con una banda sonora que se ha potenciado más allá de los tres estilos y emisoras del primer juego. De la electrónica, el rock y el alternativo más ecléctico al drum 'n' bass, al pop e incluso a la música clásica (de nuevo homenajeando a la saga Project Gotham Racing) y un comentarista que, si bien toma demasiados registros conocidos (Sheldon en The Big Bang Theory), nos va acompañando carrera tras carrera.
Horizon 2 es una gran forma de disfrutar de la saga Forza en la nueva generación. No sólo hace maravillas con el motor de Motorsport 5, sino que nos transporta a un mundo más allá de la competición oficial, con paisajes de ensueño a medio camino entre la Toscana y la Costa Azul, donde aprovecharemos más que nunca todo el terreno y no sólo la red de carreteras. No todo es perfecto, ya que le falta variedad en el contenido centrado en las carreras y también se echa de menos algo de diversidad en el propio escenario. Sin embargo, para aquel que busque una conducción progresiva, con multitud de elecciones en la dificultad y en la simulación del vehículo que puede llegar a extremos desafiantes, no hay mejor lugar que el segundo festival de Horizon.
Comprar Forza Horizon 2- El mundo abierto funciona a la perfección, con una gran localización.
- La posibilidad de retocar la dificultad y el comportamiento del vehículo al detalle.
- Técnicamente luce espectacular gracias a sus paisajes, ciclo día y noche y cambios climáticos.
- Mayor y mejor accesibilidad a la compra de vehículos.
- Muy centrado en las carreras, con poca variedad.
- El paisaje es espectacular, pero se antoja poco variado.
- La no penalización en algunas curvas lo hace menos técnico.
