La gama “Touch! Generations” recibe Picross, un nuevo juego dispuesto una vez más a remover nuestras neuronas. Un puzzle de números y dibujos como definen sus creadores, y que ya vio la luz en varios títulos de Gameboy y SNES, pero que ahora gracias a la doble pantalla y las posibilidades táctiles de DS, se promete más actual y accesible.
Dentro del extenso y variado catalogo de juegos para Nintendo DS, los títulos de puzzles y demás “estruja cerebros”, siguen siendo uno de los géneros más solventes y populares para esta consola. Tras exitazos como Brain Training del Doctor Kawashima y Big Brain Academy, la misma Nintendo y otras compañías buscan nuevas fórmulas para, imitando o innovando, lograr la misma fortuna que estos juegos que tan buena y merecida aceptación tienen.
¿Cuadrículas, números y dibujos?
Contestando a esta pregunta podemos entender Picross fácilmente. Su concepto de juego es en muy similar al del “Sudoku”, ya que también se desarrolla sobre una cuadrícula con datos numéricos que debemos interpretar. La diferencia es que en Picross los datos están fuera de la cuadrícula, y ellos nos permiten obtener como resultado un dibujo. Por ejemplo, si vemos los números “2 5” significa que en esa tira de la cuadrícula primero vienen pintados 2 cuadrados, y luego separados por al menos uno o más cuadrados, vendrán pintados 5. A su vez podemos cotejar los datos de otras columnas para ser más certeros, y así hasta solucionar el puzzle.
Este planteamiento tan sencillo, puede llegar a ser altamente complejo, dependiendo del tamaño de las cuadrículas y de cómo estén colocadas las pistas numéricas. De hecho, con este método se puede representar cualquier dibujo sencillo que se quiera y, francamente, puede resultar altamente desafiante solucionar algunos de los muchísimos puzzles que se nos presentan.
Resultados ambivalentes
Lamentablemente Picross aún contando con un planteamiento tan interesante, no obtienen el resultado tan brillante que esperamos de él. Por un lado, el juego al principio nos engancha rápidamente, pero también progresivamente la falta de motivación por superar sus retos, nos desanimará a seguir con ímpetu. Y no es que el juego tenga un defecto importante o esté mal realizado, todo lo contrario, pero sus enrevesados planteamientos conforme el juego avanza, hacen demasiado costoso resolver las cuadrículas avanzadas, ya que debemos movernos por ellas constantemente a la vez que memorizamos los números, y esto resulta algo tedioso o excesivamente retante.
Por otro lado y afortunadamente, podemos decir que Picross cuenta con unas muy destacables opciones que, junto con los 300 puzzles del modo básico (con varios niveles de dificultad), nos permitirán desde seguir una especie de entrenamiento diario con “Piccros Hoy”, a incluso crear nuestros propios dibujos y puzzles con “Mi Picross”. Por supuesto y como viene siendo habitual en otros juegos de DS, también dispondremos de opciones Wi-Fi, que nos permiten tanto compartir puzzles como jugar con otros amigos. Sin lugar a dudas todo un arsenal de opciones, que alargan notablemente la vida del juego.
El apartado técnico y visual lo podríamos definir en una palabra: eficaz. Los efectos de sonido y las músicas son notables y agradables, y gráficamente el juego conjuga ese estilo de videojuego antiguo con figuras de píxel, pero a la vez con un aire de modernidad muy resultón.
Picross DS se queda a mitad de camino de lo que podía llegar a ser. Desprende calidad y estilo, pero le falta gancho para ser uno de los grandes. Aún así, conforma una muy recomendable apuesta para los jugadores más pacientes e incondicionales del género puzzle.
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