Comcept y Armature Studio nos traen una de esas aventuras que pueden pasar desapercibidas por muchos usuarios y quedar ensombrecidas por otras grandes producciones: ReCore. Un videojuego para PC y Xbox One que, como vamos a explicaros en este análisis, tiene bastante miga.
El desarrollo de ReCore ha estado marcado por diversas "historias", algunas positivas y otras no tanto, las cuales vamos a obviar para no liar más las cosas de manera innecesaria. Y a todo esto se ha unido el último debate establecido alrededor del videojuego, su precio de venta (más bajo de lo normal, unos 40 euros), lo cual por alguna razón que se nos escapa es algo que no ha gustado a ciertos usuarios.
Pero dejando todo esto de lado y después de haber invertido horas en el universo que nos ofrece esta nueva producción de Comcept (equipo liderado por Keiji Inafune) y Armature (estudio formado por varios ex miembros de Retro Studios), lo cierto es que esta aventura nos ha dejado buenas sensaciones… con matices. De hecho pensamos que, con sus fallos, va a tratarse de una de esas pequeñas joyas que serán disfrutadas por los jugadores más avezados de Xbox One y PC.
Precisamente y antes de que se nos olvide, esta aventura es compatible con el sistema o servicio Xbox Play Anywhere, lo cual se traduce en que con una sola compra podemos disfrutar del videojuego tanto en su versión para consola como de PC, pudiendo guardar la partida en la nube y dispensar de ella en ambos dispositivos. Una característica que no queremos pasar por alto porque nos parece muy sugerente.
Desierto y hojalata
La historia que sirve para dar vida a ReCore no es que sea la mejor que hemos experimentado nunca, pero tampoco está mal. Nosotros adoptamos el papel de Joule, una de las escasas supervivientes de la especie humana que va a parar a un planeta llamado Edén Lejano (Far Eden), un lugar que goza de una atmósfera relativamente similar a la experimentada en la Tierra y que se encuentra prácticamente sumido en arena y dunas.
La protagonista está prácticamente sola en dicho mundo, viviendo en el interior de una nave llamada Reptador en compañía de unos compañeros muy… especiales. Efectivamente, los denominados Corebots son unos aliados robóticos que ayudan a Joule de diversas formas, personajes que terminan siendo más importantes de lo que podríamos imaginar al comienzo y que, de manera un tanto extraña, terminan siendo más entrañables de lo que cabía esperar.
Estos personajes nos ayudan de diversas formas en nuestras tareas. Y la principal de todas ellas es sobrevivir, ya que dicho planeta también está habitado por otras criaturas de hojalata mucho menos adorables que nuestras mascotas. Unos robots asesinos que harán todo lo que esté en su mano para eliminarnos en cuanto tengan la oportunidad.
En fin, una trama no especialmente original que conforme vamos avanzando tampoco es que vaya ganando mucho más peso. Simplemente nos sirve como un motivo más o menos interesante para sumergirnos en el juego y superar las misiones que van apareciendo ante nosotros, que a fin de cuentas es lo más importante en ReCore.
Un desierto lleno de posibilidades
¿Pero en qué consiste este juego? Pues se trata de una aventura en tercera persona bastante peculiar y que, hasta cierto punto, intenta adentrarse en la moda sandbox… algo que pensamos que no le ha sentado especialmente bien.
De esta forma el mundo que podemos recorrer queda dividido en varias zonas de juego distintas que es posible visitar con cierta libertad. ¿Y qué debemos hacer en ellas? Pues, básicamente, superar calabozos (que vienen a ser los niveles principales que forman parte de la historia) y, también, ir obteniendo unos orbes especiales que van dejándonos atravesar ciertas puertas que dan acceso a nuevas zonas.
Sobre el papel, la idea en la que se basa ReCore es muy atractiva. La exploración manda y debemos investigar amplias zonas de juego en las que, con frecuencia, van apareciendo rivales. Y estos monstruos poseen un código de color que debemos tener en cuenta ya que nuestra arma es capaz de usar munición de distinta tonalidad. ¿Y para qué? Pues, simplemente, para causar más daño, algo que en ciertos casos acaba complicando más de la cuenta unos combates que hubieran funcionado mejor dejando esta característica de lado.
Pero para eliminar a los rivales también podemos recurrir a un método alternativo y más eficiente: robar su núcleo que les da vida. Si conseguimos mermar su vida lo suficiente durante una batalla, su núcleo quedará expuesto y podremos usar el gancho que siempre lleva encima la protagonista para hacerse con dicho objeto. Una mecánica que tiene su aquél.
Las plataformas también están muy presentes y, de hecho, la protagonista es bastante ágil, pudiendo efectuar tanto un doble salto como un desplazamiento rápido que la permite alcanzar zonas de los escenarios en principio inaccesibles. Por lo tanto y con excepción de los puzles, que no han sido contemplados, se trata de una aventura relativamente variada y que nos ofrece unas 10 horas de juego como mínimo.
La aventura es relativamente variada durante sus más o menos 10 horas de juego
Pero hay más. Podemos llegar a hacernos amigos de hasta cinco robots diferentes, si bien sólo tres de ellos pueden acompañarnos a la vez. Y como ya sospecharéis estos robots (uno tiene forma de perro, otro de araña, etc.) poseen diferentes habilidades que, además, es posible ir mejorando y personalizando mediante piezas y planos que vamos encontrándonos. Sin ser una cualidad realmente brillante, este crafteo añade una capa de profundidad adicional a la aventura.
Lo que nos convence menos es el factor de mundo abierto que antes os comentábamos. Y es que este hecho repercute negativamente en el desarrollo del videojuego, sobre todo en dos aspectos muy puntuales. El primero es que en la inmensa mayoría de los casos las zonas de juego se sienten vacías, y el hecho de tener que ir de un lado a otro sin demasiado que hacer durante cada uno de nuestros periplos se convierte en algo farragoso.
Peor aún es todo lo relacionado con los tiempos de carga que, en la versión para Xbox One (PC es otro cantar afortunadamente), llegan a superar el minuto y medio en muchos casos. Y cuando tienes que pasar rápidamente de una zona a otra o, peor aún, si por lo que sea muerdes en polvo dos veces seguidas, el sopor llama a nuestra puerta con las dos manos. De hecho este último aspecto, el de los tiempos de carga en Xbox One, es tan evidente que pensamos que no tardará mucho en ser solucionado (al menos en parte) con parches. Y si ya de paso se solucionan algunos de los bugs que también alberga el título, pues mejor todavía.
Donde sí que no creemos que se realizará mejora alguna es en el apartado gráfico que, sin ser malo, no destaca por nada en particular más allá de su línea estética, que está bien perfilada. El diseño de los robots y de algunos enemigos tampoco desentona, al igual que sucede con la apariencia que presentan ciertos calabozos que podemos visitar.
Todo lo demás es meramente funcional sin ser malo en absoluto, si bien es cierto que algunas texturas se muestran demasiado borrosas y, en algunos casos, es posible apreciar popping en algunos decorados no especialmente recargados. Pero lo peor es que en la versión para Xbox One la tasa de imágenes por segundo se resiente de vez en cuando, bajando de los 30 frames por segundo, con todo lo que eso conlleva en un título de estas características. Eso sí, en PC todo mejora bastante, sobre todo esto último.
El apartado sonoro nos regala melodías ambientales que se entremezclan con buenos efectos sonoros y un solvente doblaje en inglés (o español latino) con subtítulos en español. Y entre unos y otros, consiguen dotar a la aventura de una ambientación acertada.
La idea que sirve para dar vida a esta aventura nos parece muy interesante y, en cierta forma, rememora algunos clásicos de los 64 y 128 bits. Ideal para nostálgicos. Lo que pasa es que el ritmo del juego es algo inestable y combina momentos realmente vibrantes con otros menos atractivos y unos tiempos de carga que, en la versión de Xbox One, son inadmisibles. En cualquier caso es un juego bastante llamativo y, para tratarse de una nueva IP que además aparece a un precio más bajo de lo habitual y compatible con Xbox Play Anywhere, no está nada mal.
Comprar ReCore- Su propuesta resulta bastante llamativa, al menos al comienzo
- El crafteo de robots tiene su interés
- Algunos calabozos son realmente interesantes
- A los combates les falta emoción
- Los tiempos de carga de Xbox One son demasiado extensos y rompen el ritmo
- Su desarrollo es excesivamente repititivo
