Análisis de Legendary

Análisis de Legendary
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Con la pólvora mojada. Así llegan las criaturas mitológicas de Legendary a nuestro país. Tropiezo mayúsculo el de Spark Unlimited, que demuestra con este nuevo proyecto que el irregular Turning Point era fácilmente empeorable.

Cuando nos acercábamos por primera vez a Legendary no podíamos ocultar nuestro interés por el proyecto. Atari y Spark Unlimited unían sus fuerzas bajo el cobijo de la Caja de Pandora y de un argumento aparentemente original, que unía bestias mitológicas junto con todas las claves de una buena (o mala, según se mire) película de catástrofes.

Efectivamente estábamos sobre aviso acerca del currículum de sus desarrolladores –que tenían entre su expediente el peor Call of Duty, Finest Hour, además del irregular Turning Point-; no obstante con el juego entre las manos los peores augurios se han hecho realidad. Legendary no sólo es torpe, aburrido y tecnológicamente anacrónico, sino que además a menudo resulta frustrante y está cargado de Bugs.

“Va a ser… Legendario”
Tras asistir a una torpe cinemática conoceremos que encarnamos a Charles Deckard, un ladrón profesional de arte al que se le ha encargado robar la mítica Caja de Pandora de un museo neoyorquino.

Legendary no se limita únicamente a la ciudad de Nueva York, también visitaremos Londres. Eso sí, la práctica totalidad de escenarios brillan por su total falta de carisma.
Legendary no se limita únicamente a la ciudad de Nueva York, también visitaremos Londres. Eso sí, la práctica totalidad de escenarios brillan por su total falta de carisma.

No sabemos si el amigo Deckard era poco conocedor del mito griego de Pandora y compañía, o si simplemente es un poco imaginativo anarquista, pero el caso es que sin saber muy bien porqué Deckard abrirá la Caja accionando un mecanismo. Como es lógico, y hasta un niño de 10 años sabe, se dispararán todos los males que se ocultan en su interior sobre la desamparada ciudad de Nueva York.

Sin embargo al inmoral Charles Deckard le entra un ramalazo de sensatez en el último minuto, y a pesar de causar la práctica destrucción de la Gran Manzana se anima a ser la salvación de la raza humana. Seguramente con la optimista idea de que tamaña hazaña haga olvidar a sus congéneres el caos causado, y las autoridades lo dejen todo en un pequeño castigo en forma de ligeros trabajos de Ayuda a la Comunidad.

Lamentablemente viendo el estado de la ciudad cuesta mucho imaginar que alguien pueda perdonar a Deckard tamaño lapsus, aunque consiga restaurar el orden. Las bestias campan a sus anchas por las calles destruyendo edificios, coches, e incluso levantando el asfalto. Y por si fuera poco al protagonista se le graba en la mano un misterioso dibujo tras abrir el artefacto, y conjuntamente con él deberemos aprender los secretos que oculta.

“Si algo puede ir peor, irá peor” la ley de Murphy que se cita al comienzo del juego tiene su inefable reflejo en Legendary. El juego empieza francamente mal, pero según avanzamos descubrimos que es capaz incluso de ser todavía peor.
“Si algo puede ir peor, irá peor” la ley de Murphy que se cita al comienzo del juego tiene su inefable reflejo en Legendary. El juego empieza francamente mal, pero según avanzamos descubrimos que es capaz incluso de ser todavía peor.

Así pues nuestro objetivo será proteger a nuestra compañera Vivian, derrotar al malvado clásico, aquí llamado LeFey, y cuya presencia oculta buena parte de la trama del videojuego. Todo ello salpicado además con la meta simultánea de derrotar a cuantas bestias encontremos por el camino, algunas pequeñas y otras de un tamaño verdaderamente impresionante.

Prometedor, ¿no? Pues no lo es en absoluto. A los pocos minutos de la campaña nos daremos cuenta de que el guión es un mero pretexto para empujarnos a través de los escenarios, sin más intención de la de darnos un pobre marco sobre el que jugar. La campaña es la única oferta jugable de interés que incluye el programa pues el multijugador es francamente olvidable, y las cerca de diez horas de duración del modo individual rápidamente se antojan un suplicio de proporciones bíblicas. Si a eso sumamos su pobre apartado gráfico, y el hecho de tener que avanzar a través de encorsetadísimos scripts que a menudo ni siquiera funcionan tenemos Legendary: Un título a evitar.

Este Tipo no es Rick Deckard… Es Charles Deckard
Los motivos por los que falla Legendary son una verdadera infinidad, así que nos centraremos en los más importantes para no dedicarle media docena de páginas a un juego que no parece merecerlas.

Un gigantesco Grifo irrumpe a través de un ventanal. En condiciones normales rezaríamos para no toparnos con un enemigo así, pero tratándose de un script necesario para poder continuar lo habitual en Legendary será rezar para que no haya ningún bug y sí que aparezca.
Un gigantesco Grifo irrumpe a través de un ventanal. En condiciones normales rezaríamos para no toparnos con un enemigo así, pero tratándose de un script necesario para poder continuar lo habitual en Legendary será rezar para que no haya ningún bug y sí que aparezca.

En primer lugar si alguien no sabe lo que es el término “script” en los videojuegos, con Legendary lo aprenderá por la vía rápida, sufriéndolo en sus propias carnes como pocas veces se ha visto. Se trata de momentos en los que el propio programa libera algún tipo de acción prevista con antelación para impactar al espectador, o para abrir el camino; acciones que se repiten siempre llegados a cierto punto. En videojuegos como Call of Duty se ha convertido en elemento muy característico cuando, por ejemplo, al llegar a un determinado punto del mapa el script manda que un soldado salga corriendo envuelto en llamas de una puerta del escenario.

No hay problema. La primera vez es un elemento que puede llegar incluso a ser sorprendente, y del que sólo nos daremos cuenta si tenemos que repetir un determinado checkpoint repetidas veces, pues lo veremos sucederse una vez detrás de otra. Ocultar estos scripts y dotarlos de camuflaje para que se noten lo menos posible es un auténtico arte, y es una técnica de la que los chicos de Spark Unlimited deberían tomar buena nota de Infinity Ward, por ejemplo.

Empleando una inscripción en nuestra mano recogeremos de forma automática salud, energía o Animus de los restos de nuestros enemigos.
Empleando una inscripción en nuestra mano recogeremos de forma automática salud, energía o Animus de los restos de nuestros enemigos.

Lamentablemente el problema de Legendary no es únicamente que los scripts se detectan a la legua. En todo momento pareceremos saber lo que va a pasar. Así si vemos que el camino está bloqueado por coches, ya antes de que suceda intuiremos que un gigantesco Grifo casi con toda seguridad arramplará con ellos para dejarnos paso libre. Los momentos scriptados son tan comunes entre sí y se repiten de forma tan habitual que es literalmente imposible pasarlos por alto.

Alguien nos acusará de ser excesivamente puntillosos en este matiz, pero lo cierto es que es una técnica que tan mal usada como en Legendary consigue destruir la ya de por escasa capacidad de inmersión del videojuego. No obstante los problemas de su triste implementación no se reducen al apartado de “sentirnos dentro del videojuego”, sino que a menudo también se ven severamente afectados por el pésimo acabado del título a nivel tecnológico.

Así muchas veces correremos por la calle perseguidos por una criatura y daremos con un obstáculo infranqueable, y entonces sufriremos una irremediable muerte por no poder escapar. Posteriormente al resucitar descubriremos que, por ejemplo, una criatura debía de haber surgido desde un lado para volar el muro por los aires y dejarnos pasar, pero a menudo son cosas que no suceden siempre por una razón u otra y que sólo descubrimos cuando ya es tarde.

Legendary mezcla criaturas mitológicas europeas y asiáticas… ¿Por qué sucede esto si todas deberían surgir de la Caja de Pandora? Suponemos que quedaban bonitas… es una razón tan buena como otra cualquiera.
Legendary mezcla criaturas mitológicas europeas y asiáticas… ¿Por qué sucede esto si todas deberían surgir de la Caja de Pandora? Suponemos que quedaban bonitas… es una razón tan buena como otra cualquiera.

En otro orden de cosas hay que destacar también que el diseño de los mapeados es igualmente deficiente, tanto por su escaso carisma como por sus pobres trazados y rutas. Algunos puzzles hubieran salpicado de variedad a este torpe conjunto de decorados, pero lo cierto es que los escasos rompecabezas que hay son de una sencillez que roza lo insultante. Todos y cada uno de los retos se resuelven dejando apretado el botón de usar unos segundos delante de un panel… Eso es todo.

No obstante el problema de Legendary no está únicamente relacionado con los scripts, con los mapeados o con el hecho de que le faltan unos meses de testeo. El problema es que el juego en general resulta soberanamente aburrido. No hay reto en el uso de las armas y en la resistencia que oponen los monstruos. Los caminos a recorrer son tan estrechos y laberínticos que no hay opción que no sea la de disparar y avanzar sin alternativas tácticas, y eso a estas alturas del siglo XXI es un bagaje realmente pobre.

De Nueva York a Londres, y de vuelta a Nueva York
Gráficamente Legendary es ciertamente pobre. El modelado de algunas de las criaturas está bastante cuidado y se mueven con cierto gracejo. Sin embargo el resto de elementos de pantalla no acompañan en absoluto a estas pinceladas de buen trabajo, y se conforma de este modo un conjunto francamente triste y desangelado.

El hombre lobo es uno de los personajes de Legendary a los que más atención se ha prestado. Será uno de los que más se repitan, y su velocidad será letal.
El hombre lobo es uno de los personajes de Legendary a los que más atención se ha prestado. Será uno de los que más se repitan, y su velocidad será letal.

Las texturas son, en cambio, flojísimas con un nivel de detalle impropio de la actual generación de consolas y ordenadores. El videojuego, por si fuera poco, presenta abundantes problemas de ralentizaciones en las tres versiones analizadas, incluso en la de PlayStation 3; que, por si fuera poco, se permite el lujo de obligarnos a llevar a cabo una instalación de poco más de 4 gigas en nuestro disco duro.

El apartado sonoro es, sin lugar a dudas, el mejor del videojuego; aunque eso no significa que sea especialmente boyante. La música presenta abundantes riffs metálicos de guitarra, lo que no se nos antoja el acompañamiento más adecuado para un título de estas características; y el trabajo de doblaje al español no pasa de lo irregular.

Horrible

No recomendado

Legendary

Por: El equipo de 3DJuegos
No recomendado

Legendary ha sido una de las grandes decepciones del año. Esperábamos mucho más de esta curiosa mezcla de mitología y acción en primera persona, pero el resultado se ha visto malogrado por una jugabilidad del todo insuficiente y muy poco trabajada. El multijugador podría haber salvado los muebles de su mediocre campaña, pero sólo hay un modo de juego, y no hay nadie con quien jugarlo.

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Jugadores: 1, 8 online
Idioma: Textos en castellano y manual en castellano
Duración:
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