Análisis de Blasphemous. ¿Listo para hacer penitencia?

Análisis de Blasphemous. ¿Listo para hacer penitencia?
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Llegó la hora de hacer penitencia. Tras levantar una gran expectación entre los jugadores de PC y consolas, en el análisis de Blasphemous te contamos todos los detalles de este videojuego de acción metroidvania con un sorprendente apartado gráfico de estilo retro.

Adoro la construcción del oscuro y retorcido mundo barroco de Blasphemous, ¡es un lugar demencial!, pero algo pasa si aún con esto a su favor pierdes la ilusión por explorar sus tenebrosas mazmorras; cuando lejos de divertirte en busca de secretos y reliquias ocultas te tomas esta ardua misión más como un trabajo, por momentos frustrante, en lugar del épico descenso a los infiernos que esperabas encontrar. He alucinado con algunas de las emocionantes batallas a las que te enfrenta esta aventura de acción metroidvania, y por supuesto me ha maravillado la fuerza de sus imágenes, el poderío visual de unos enemigos aterradores que son puro arte. Pero cómo no iban a serlo si el estudio español The Game Kitchen se ha inspirado en el mejor barroco sevillano para dar vida a un universo de pesadilla en el que de verdad ansías perderte. Y lo haces, con ilusión… hasta que esta se pierde. O más bien, hasta que tú acabas perdido.

Los escenarios laberínticos son santo y seña de esta clase de aventuras de acción y plataformas; son mucho más que simples decorados por los que te mueves y combates: deben generar interés y esa loca pasión que te motive a descubrir todos sus secretos. Creo que es aquí donde Blasphemous pierde parte de su encanto. Su mundo de juego es atractivo, sí, e incluye algunas zonas muy bien diseñadas, pero en general la exploración no resulta tan divertida y emocionante como debiera hasta el punto de que a veces, incluso, perderás el rumbo sin saber muy bien a dónde ir. Es parte del encanto de todo metroidvania que se precie, por supuesto, pero aquí las sensaciones son distintas. Se vuelve tedioso rehacer el camino porque el lugar que pensabas visitar sigue inaccesible, una y otra vez, o porque por mucho que te esfuerces, sigues sin entender cómo usar ciertos objetos, a quién se los puedes dar, o de qué modo puedes aprender nuevas habilidades que fomenten la exploración. Por eso el esfuerzo no siempre tiene recomensa, y le pasa factura.


Purgando pecados a golpe de espada

Blasphemous tiene muchísimo potencial. Su combate es duro, desafiante, con un ritmo lento pero a la vez frenético; con peleas en las que debes esquivar y golpear desde la retaguardia, y otras en las que te toca bloquear y contraatacar mientras huyes de monstruos y trampas mortales. Es un caos; un sangriento espectáculo que no da tregua, que no suele perdonar los errores, así que sí, morir resulta fácil; de ahí que se le haya comparado con la saga Souls de From Software, pero no busquéis más semejanzas. Aunque debes ser ágil y preciso en tus movimientos, ¡no vale machacar botones!, no se trata de un combate especialmente complejo. Hay habilidades especiales, es verdad, y mejoras que te permiten aprender algunos nuevos combos, pero no termina de profundizarse en ello y al final casi que completas la aventura usando lo básico.

Hay una notable variedad de escenarios, con algunos especialmente llamativos que evocan a lugares y monumentos típicos de Sevilla. Algunas referencias son fantásticas.
Hay una notable variedad de escenarios, con algunos especialmente llamativos que evocan a lugares y monumentos típicos de Sevilla. Algunas referencias son fantásticas.


Hay una importante variedad de enemigos, algunos con diseños muy llamativos, lo que ayuda a que la acción no pierda interés. Siempre hay algún nuevo reto al que enfrentarse, nuevas formas de sufrir una muerte atroz, así que lo de bajar la guardia y relajarse queda para otros videojuegos. ¡Y me gusta! Como también he disfrutado enormemente luchando contra algunos de los imponentes jefes finales de Blasphemous. Son un auténtico dolor de muelas; máquinas de matar capaces de aplastarte en cuestión de segundos. Y lo harán, vaya si lo harán; pero con cada muerte aprenderás algo nuevo y lo que en un principio parecía imposible terminará convirtiéndose en un reto asequible.

Análisis de Blasphemous. ¿Listo para hacer penitencia?


Me ha maravillado la fuerza de sus imágenes

La dureza de estos combates contribuye a que la lucha sea si cabe más emocionante. Un bloqueo fallido, una esquiva que no llega a tiempo, ese golpe final que no alcanza su destino… y estás muerto. Así de rápido. Blasphemous es un juego desafiante como pocos que sabe crear épicas escenas de acción capaces incluso de sorprender con el poderoso diseño de sus monstruosos enemigos. Tiene mérito. Pero la aventura de The Game Kitchen es también un juego algo irregular que no termina de sacar provecho a su enorme potencial. Lo decía antes. Aunque el combate apunta maneras al final te quedas con la sensación de que no está del todo pulido, de que el control no termina de responder con la precisión adecuada, quedándose en la superficie.

Análisis de Blasphemous. ¿Listo para hacer penitencia?


El diseño de algunos enemigos finales es un auténtico espectáculo. Estas batallas muestran la mejor cara de Blasphemous.
El diseño de algunos enemigos finales es un auténtico espectáculo. Estas batallas muestran la mejor cara de Blasphemous.


Puedes usar distintas habilidades especiales, como una lluvia de rayos, o incluso ataques a distancia, pero al final te basta con golpear con la espada; atacar de forma mecánica, bloquear y esquivar dependiendo del enemigo al que te enfrentes. Así una y otra vez, sin variaciones, lo que obviamente le resta mucho encanto a la lucha. ¿Por qué no apoyarse más en las destrezas únicas del protagonista? Tras completar el juego todavía dudo de su utilidad. Sí, claro, en momentos puntuales te pueden salvar la vida, pero también puedes completar la aventura sin recurrir a ellas. Y a veces es lo mejor dado que tienes que esperar casi dos segundos a que el Penitente use las pociones o estos movimientos especiales; dos segundos en los que estás totalmente expuesto a los ataques de unos enemigos que no dejarán de cargar por mucho que andes cubierto de sangre y en el suelo. Y sí, es frustrante.

Cuesta no cabrearse cuando un enemigo te golpea, te tumba, y nada más ponerte en pie repite el mismo movimiento sin dar tregua; sin darte opción de respuesta. Te golpea, caes, y así hasta que mueres o le da por cambiar de estrategia. Si al menos mereciera la pena el esfuerzo; si al menos tomar una poción te garantizara seguir con la lucha, pues vale, ya buscarías el momento adecuado para curar las heridas. Pero es que no es el caso. Los viales de sangre aportan muy poca salud al Penitente, así que a veces curarse implica perder vida en lugar de ganarla. Y no quiero que nadie me malinterprete. Hay otros títulos en los que curarse es una auténtica odisea, sí, pero también es un reto adicional que divierte y emociona. En mi caso, con Blasphemous, ni lo uno ni lo otro.

Análisis de Blasphemous. ¿Listo para hacer penitencia?


Por desgracia no termina de explotar sus grandes virtudes

A la hora de explorar he sentido algo parecido. Vaya por delante que soy un apasionado del arte barroco de Sevilla, así que en lo visual el juego me tiene enamorado. Es un auténtico espectáculo que sorprende igualmente por las imponentes animaciones de combate del Penitente y muchos de los enemigos a los que se enfrenta, además de contar con una banda sonora de calidad que casa perfectamente con la oscura ambientación del videojuego. Su historia, enigmática a más no poder, también tiene la fuerza suficiente como para atrapar a cualquiera y llevarle hasta el mismísimo infierno con tal de descubrir qué ocurre en el extraño mundo de Blasphemous. ¿Qué falla? Los niveles presentan un acabado algo irregular, con zonas no muy inspiradas que se entremezclan con otras de gran calidad. Dándote opción a explorar este mundo con libertad, sin marcar un rumbo fijo, el gran problema es que habrá ocasiones en las que no tengas ni idea de a dónde ir, o para qué sirven ciertos objetos que has ido recolectando durante la partida.

Blasphemous juega con el misterio a la hora de narrar una historia tenebrosa cargada de referencias religiosas. ¿Podrá el Penitente escapar de este reino maldito?
Blasphemous juega con el misterio a la hora de narrar una historia tenebrosa cargada de referencias religiosas. ¿Podrá el Penitente escapar de este reino maldito?


Lo decía antes. Perderse y buscar el camino es una de las señas de identidad de cualquier metroidvania, pero tiene que ser divertido, y no siempre ocurre en Blasphemous. He ido de aquí para allá como un loco, peleando, saltando, esquivando trampas, y cada vez que creía haber acertado….vuelta atrás, camino equivocado. No hay indicaciones claras, ni teletransportes suficientes como para evitar que estas largas caminatas se conviertan en un suplicio. Así que con el paso de las horas la emoción va dando paso a la frustración, y por mucho que veas elementos del escenario con los que se puede interactuar, tras dar con la habilidad especial única, seguirás sin saber dónde están, ni cómo desbloquearlas. Es un juego que se apoya casi por completo en el combate, a pesar de incluir retos plataformeros, así que cuando se pierde la novedad, decae la emoción.

Análisis de Blasphemous. ¿Listo para hacer penitencia?


Hay montones de secretos por descubrir, algunos realmente interesantes como una colección de huesos que incluyen historias (traducidas al español) de gran calidad, pero dar con todos ellos puede desmotivar al más valiente, y es una pena visto el gran trabajo que hay tras la construcción del universo Blasphemous. Sus referencias religiosas, las tenebrosas pistas que te ayudan a entender el diseño los enemigos… el juego lo tiene todo para enamorar a los aficionados a las aventuras metroidvania, pero por desgracia no termina de explotar sus grandes virtudes. Por muchos objetos mágicos que puedas equipar, al final la lucha no varía prácticamente nada, así que la acción se vuelve demasiado mecánica. Su siniestro descenso a los infiernos merece la pena, claro, pero cuesta no pensar en lo que pudo ser y no fue.

Bueno

Sin sello
Análisis de Blasphemous. ¿Listo para hacer penitencia?

Blasphemous

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

La épica de muchos de sus combates y su gran puesta en escena convierten a Blasphemous un videojuego de acción metroidvania de lo más interesante. Su combate es desafiante y por momentos también emocionante, pero no termina de sacar provecho a todo su potencial. Lo mismo ocurre con la exploración de un mundo de juego tan interesante que duele que no sea capaz de generar mayor interés para descubrir todos sus secretos. El potencial está ahí, y tiene calidad de sobra, pero Blasphemous se ha quedado algo lejos de cumplir con las altas expectativas que había generado.

  • Poderosa ambientación con un diseño de monstruos y escenarios de gran calidad
  • Su combate, con peleas que obligan a bloquear, esquivar y contraatacar
  • Muchos de los poderosos jefes finales a los que te enfrentas. Algunos son espectaculares
  • Aunque su mundo es muy interesante la exploración no es tan divertida como debiera
  • Pese a resultar divertido, no saca todo el provecho a su sistema de combate, que termina pecando de simple
  • El control no es del todo preciso
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español y voces en inglés
Duración: 12-15 horas
Ver requisitos del sistema
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