¿Qué pedimos a una continuación? Que nos ofrezca más y mejor. Eso es precisamente lo que trae DQB2, con novedosas mecánicas que se añaden a la potente base establecida con la primera entrega. Si tienes afán de constructor, y además te apasiona todo lo que tiene que ver con Dragon Quest, te interesa lo que tenemos que contarte sobre esta encantadora entrega. Aquí nuestro análisis de Dragon Quest Builders 2.
Puedo decir muchas cosas buenas sobre Dragon Quest Builders, pero tal vez la mejor es que supone una de las más brillantes ideas que ha tenido Square Enix durante los últimos años. Ahora, tras jugar a su secuela, me queda aún más claro. Es un spin-off de enorme potencial y que espero que la compañía nipona cuide como ha hecho hasta ahora. De momento, DQB2 pone de manifiesto que existe un gran interés por sumar y seguir. Propone cantidad de novedades y mejoras con respecto a su predecesor, que es justamente lo que debe hacer una continuación.
No obstante, y aunque Dragon Quest Builders 2 hace muchas cosas bien, lo mejor es que conserva la esencia que hizo grande al original: ese énfasis por la construcción, pero no en la línea de Minecraft, sino dentro de un esquema RPG que encaja con la linealidad narrativa de la saga Dragon Quest. En otras palabras, lleva la esencia "minecraftiana" a su propio terreno, compuesto por los tres pilares roleros de Yuji Horii (exploración, batallas y conversaciones), los diseños de Akira Toriyama y la música de Koichi Sugiyama.
DQ Builders 2 es libertad, pero insertada dentro de un camino guiado, con objetivos y un trasfondo narrativo. Ahí encontró su punto de diferenciación la primera entrega, y esta secuela lo potencia con numerosas novedades: un coop online para hasta cuatro participantes, una estructura basada en islas que podemos revisitar, personajes de apoyo, cantidad de nuevos bloques y opciones de construcción, un viaje rápido más eficiente entre zonas… Muchas cosas son inéditas; otras suponen mejoras sobre lo ya conocido. Eso es, en esencia, lo que supone esta entrega: un más y mejor, pero también un videojuego que vuelve a ser original y -al menos- igual de encantador.
Hora de reconstruir el mundo (por segunda vez)
Dragon Quest Builders 2 tiene lugar en una realidad alternativa, como la primera entrega. En esta ocasión nos las veremos con Hargon, villano de la saga, que ha creado un grupo de fieles destinado a echar abajo nuestro deseo de reconstruir el mundo. Lo interesante para los más fans es que se recuperan localizaciones del DQ2 de Famicom, además de que existe alguna que otra referencia a determinados personajes: por algo sitúa su acción tras la historia de Dragon Quest II.
Puede que llame la atención este fan service, pero hay que tener en cuenta el carácter clasicista y profundamente nipón de esta licencia. Aunque no fuera tan popular en Occidente, la saga Dragon Quest es como una religión en Japón, y hay muchos usuarios veteranos que añoran las primeras entregas. Por eso no me ha extrañado ver que el mapa mantiene a modo de homenaje esa esencia pixel-art de los 8 y 16 bits, así como sonidos o melodías que, obviamente, se han vuelto a recomponer para la ocasión.
Es un festival de añoranza, metido en una estructura de juego mejorada, realmente agradable de seguir. Comenzamos sin nada, en una isla desierta donde aprendemos lo básico: construir una habitación para dormir, hacer algo de comer y batallar contra los enemigos que pululan por el escenario. Esto es algo que ya hacía muy bien el primer Dragon Quest Builders, pero me agrada ver que Square Enix no da nada por sabido. Puedes empezar por esta entrega si incluso no conocías nada de la anterior: se ha planteado como algo completamente independiente a nivel argumental, pero también de mecánicas.
Conserva la esencia que hizo grande al original
En particular, una de las cosas que más me gustan de DQB2 es cómo introduce sus distintas posibilidades sin agobiarte. Lo hace de forma inteligente, mediante una estructura en islas que te hace avanzar entre ellas, cada una con una temática diferente: en una se aprende a cultivar, en otra a practicar la minería, en otra se pone énfasis en las batallas... Es posible volver a dichas islas en cualquier momento, y nuestras construcciones se conservan. Esto es algo que no ocurría en el anterior videojuego, el cual hacía borrón y cuenta nueva cada vez que explorabas un nuevo territorio. Por supuesto, cada isla propone un colofón final, aunque ya os adelanto que el videojuego complicado no es. Esa nunca fue su intención.
Más bien, esta entrega se centra en que tengas mayor libertad para explorar y quedarte en sus islas todo el tiempo que quieras. A este respecto, podrías pasarte días personalizando tu asentamiento, o ir más directo a por las misiones. Tomar esta decisión, la de centrarte en la historia o crear con libertad, tiene más sentido que en el primer Dragon Quest Builders, y es algo muy importante. Tened en cuenta que podemos planear y explorar debajo del agua, aspectos que fortalecen la exploración. Hay muchas razones para decir que estamos ante un juego más duradero, que puede irse fácilmente por encima de las 50-60 horas.
Relativo a las misiones, lo cierto es que son numerosas y me han resultado algo más interesantes que en la primera entrega. Cierto es que se conservan esas típicas tareas de recolectar cierto número de elementos antes de seguir adelante, pero también me he encontrado con alguna que otra batalla masiva que me ha hecho pensar en que se ha producido una evolución para bien. Si se realiza otra entrega más, sería bueno seguir incidiendo en esta parte, porque es una de las que más posibilidades presenta.
Luego hay pequeños ajustes y añadidos por aquí y por allá que hacen más placentero nuestro periplo. Por ejemplo, el viaje rápido se ha mejorado, y el añadido de una cámara en primera persona me ha facilitado la vida a la hora de interactuar con bloques de construcción de difícil acceso, al tiempo que me ha deleitado en las batallas con una perspectiva que recuerda a la de los clásicos Dragon Quest. Hay muy buenas ideas, pero si me tengo que quedar con una, es con la introducción de un sistema de personajes de apoyo que te hacen sentirte parte de una comunidad de repobladores. Te auxilian en las batallas y realizan tareas de cultivo, recolección y un considerable etcétera. Es una de las incorporaciones más bienvenidas.
Este DQB 2 es un más y mejor en toda regla
Tu función en el juego nunca deja de ser la de repoblar el mundo. Empiezas con tu amigo Malroth, pero poco a poco más y más gente se irá uniendo a tu causa. En este punto, Dragon Quest Builders 2 se convierte en un juego de gestión, donde debes hacer felices a tus ayudantes. Estos personajes verás cómo salen por la mañana temprano a desayunar, para posteriormente trabajar y finalmente irse a dormir (eso si no les pilla una batalla de por medio). Nosotros deberemos hacer lo posible para que tengan un terreno sobre el que trabajar, así como los edificios necesarios. Te pedirán un granjero, una sala de baño... y tú, como constructor, deberás satisfacer sus deseos.
Por tanto, esto no va sólo sobre construir, sino sobre mantener feliz a tu comunidad, con la cual acabas estableciendo una potente conexión. Supone un importante avance con respecto al primer DQB, al proponer un sistema de corazones por el que vamos incrementando el nivel de nuestra base. Si los trabajadores comen bien, trabajan a gusto y duermen plácidamente, irán dejando corazones para que los recojas, como muestra de su bienestar. Se trata de una dinámica tremendamente adictiva, probablemente la mejor de todo el juego.
Por supuesto, no podemos dejar sin comentar otro importante añadido de esta entrega: su multijugador online para hasta cuatro jugadores. Si bien se trata de una potente incorporación, he de decir que no me ha terminado de entusiasmar por dos razones. Una es que el juego requiere que hayas jugado varias horas en la historia antes de entrar a jugar en cooperativo. Otra es que el coop no es para la historia, sino para construir en una isla compartida. Una adicional, y muy importante, es que no existe juego local en la misma pantalla (o a pantalla dividida), una opción que habría dado mucha vida a la propuesta. Lo más cercano es el modo wireless de Nintendo Switch, aunque requiere un videojuego por consola.
Por tanto, aún parece un cooperativo lejano de lo que se podría desear, a pesar de que construir en compañía es toda una experiencia, más considerando la cantidad de nuevas opciones disponibles. Por ejemplo, ahora las construcciones pueden alcanzar una altura mucho mayor, algo que puedes inmortalizar con el modo foto y compartirlo en el tablón online, para que otros usuarios vean y den "likes" a tu obra. También hay monturas para trasladarnos rápidamente entre zonas, así como la opción de construir tus propios ríos y estanques. También hacen acto de presencia animales que nos acompañan en la aventura. Las posibilidades se han multiplicado, y esto lo veréis ya desde las primeras horas.
Así que Dragon Quest Builders 2, aunque tiene margen de mejora, es justo reconocer que supone una secuela muy interesante, que justifica ese número "2" con un buen puñado de opciones inéditas, además de todas las bases jugables que tan bien funcionaron con la primera entrega, lanzada hace casi tres años. Buenos valores de producción, tanto gráficos como sonoros, incluyendo una buena localización al español que se permite la emulación de distintos acentos y jergas lingüísticas, tan habituales ya en la saga Dragon Quest. Un gran trabajo a todos los niveles que esperemos sirva para seguir acercando a más usuarios esta encantadora saga.
Dragon Quest Builders 2 se encarga no sólo de mejorar muchos de los aspectos de su predecesor, sino de proponer cosas nunca vistas. El nuevo sistema de islas, con la opción de viajar entre ellas, así como una mayor sensación de mundo, con una libertad potenciada, marcan un nuevo nivel en la serie DQB. Hay muchas más cosas que hacer, con misiones más interesantes y una sensación de progresión poderosa, apoyada por personajes de apoyo que dan más profundidad a esta entrega. Sin duda, una buena continuación que agradará no sólo a los fans de Dragon Quest, sino a todo aquel que se sienta atraído por su divertida y adictiva propuesta de aventura y construcción.
Comprar Dragon Quest Builders 2- Mucha libertad para seguir la historia o construir hasta cuando te canses
- El sistema de islas es una acertada evolución con respecto a la anterior entrega
- Las misiones ganan en interés, son más variadas y también agradables de completar
- Los personajes de apoyo ganan en profundidad, realizando más acciones que antes
- Encantador en lo artístico y musical: otra delicia para los amantes de Dragon Quest
- El cooperativo online es un añadido que va en la senda correcta
- El sistema de combate sigue siendo bastante limitado
- El cooperativo es únicamente online, y pasan varias horas hasta desbloquearlo
