Más que un videojuego es una obra de arte en movimiento; una bella colección de ilustraciones con las que es difícil no quedar impresionados. Pero que esto no os lleve a engaño. En el análisis de Gorogoa descubriréis que este es también un gran videojuego de puzles que sorprende por lo imaginativo e ingenioso de sus rompecabezas. La experiencia es breve, sí, pero ¡también muy satisfactoria!
Su descripción puede sonar rimbombante. "No es solo un juego; es una obra de arte que se expresa a través de ilustraciones cautivadoras y conmovedoras", asegura su creador, y tras completar Gorogoa no puedo más que darle la razón. Este es un título increíblemente bonito; una obra capaz de sorprenderte con su maravillosa puesta en escena, con esa fascinantes estampas ¡dibujadas a mano!, pero también, y esto es lo mejor, con el ingenioso diseño de sus rompecabezas. Porque más allá de la estética, del colorido y fascinante belleza de sus gráficos, este es ante todo un gran juego de puzles que sabe cómo ponerte en aprietos gracias a sus enigmáticos acertijos. Quién lo diría, teniendo en cuenta que nuestra acción se limita a organizar y combinar distintos paneles ilustrados mientras, de forma indirecta, guiamos los pasos de un niño enfrentado a un extraño dragón. Suena más simple de lo que es en realidad.
El modo en que se combinan estas escenas, en muchos casos aparentemente inconexas, resulta por momentos absolutamente genial. ¿Una puerta que no lleva a ninguna parte? Un cambio de paneles aquí y allá... y ¡voilà! Nuestro joven protagonista habrá pasado de explorar una ciudad a recorrer libremente un exótico desierto. Y este es solo el comienzo de una aventura que no deja de crecer, de sorprender, planteando puzles cada vez más enrevesados que nos obligarán a interactuar con los paneles ilustrados de formas francamente originales. Las escenas se volverán más complejas; habrá más puntos de interés en los que centrar la atención, ilustraciones que permitan profundizar en ciertos detalles o, incluso, desplazar la cámara en múltiples direcciones para disfrutar de estampas totalmente distintas. Esto es. Pasaréis del interior de una habitación a un hermoso prado y, de allí, podréis alcanzar el campanario que se atisba en el horizonte con una fluidez asombrosa, con una naturalidad que asusta, y en todas estas escenas encontraréis piezas para resolver los rompecabezas. ¡Es genial!
Puzles ilustrados
Sin entrar en detalles, para no estropearos la experiencia, lo mejor que se puede decir de Gorogoa es que este videojuego de Jason Roberts consigue mantenerse fresco y original de principio a fin. Nunca sabes qué misterios aguardan, con qué nuevas pruebas te va a desafiar, y aunque en esencia se juega igual, las sensaciones que transmite son muy distintas. Hay una constante sensación de descubrimiento, de asombro ante lo desconocido, ¡de maravilla! cuando das con la clave para resolver unos puzles que, además, por raros que parezcan en ocasiones, siempre se basan en la pura lógica. Hay que estar atentos a los pequeños detalles, a los colores, a las formas, para detectar de qué modo deben combinarse las bellas tarjetas que tenemos a nuestro alcance.
Sorprende además lo intuitivo que resulta. No hay palabras, solo gestos, mensajes crípticos que indican, de forma sutil, cuál es tu objetivo y, sin embargo, todo fluye de forma extraordinariamente natural. Mueves y combinas las escenas de aquí para allá; amplías el detalle en unas, con otras pruebas a alejar la perspectiva, las cruzas, las superpones... ¡y no te cansas! Gorogoa funciona como el mecanismo de un reloj. Cada una de sus piezas encaja a la perfección, ¡cuenta su propia historia!, y el conjunto termina enamorando. No puedo decir más porque hablar de sus rompecabezas le restaría encanto a un videojuego que, aviso, no es especialmente largo. En algo menos de dos horas puedes completar la partida, aunque hay algunos logros que requieren de algo más de tiempo. ¡Demasiado poco!, pensaréis algunos, y es verdad, el viaje se siente corto, pero también satisfactorio como pocos.
El juego se siente corto, pero también satisfactorio como pocos
El mimo con el que se han dibujado y pintado todas las ilustraciones, el bonito acompañamiento musical que les insufla vida, lo imaginativo de sus rompecabezas; todo en Gorogoa desprende un encanto especial que hace de este un videojuego único. Breve, sí, pero de los que deja huella. Por eso no puedo más que recomendaros su compra en PC, Nintendo Switch o iOS. Su gran apartado artístico no es sino una pieza más de un fantástico juego de puzles al que, sin embargo, le han faltado algunos retos más para terminar siendo una obra redonda o, por lo menos, un gran desafío final. También en lo argumental me deja con sensaciones encontradas. Me gusta la estética, las historias que cuentan los paneles ilustrados, pero la trama principal, y su desenlace, no tiene la fuerza que esperaba. Sigues con interés su relato, pero más por la vistosidad de las escenas que recrea que por lo que realmente te está contando, sin palabras, con ese interesante halo de misterio que define a la obra.
Es increíblemente bonito, una obra que enamora con la belleza de sus gráficos, pero Gorogoa es también un fantástico videojuego de puzles que sorprende con el ingenioso diseño de sus rompecabezas. Aunque breve, el viaje que propone esta creación de Jason Roberts bien merece, y mucho, la pena. Es inteligente, original en la forma de plantear su acción y sobre todo, es emocionante y divertido.
- La belleza de sus gráficos. Puro arte
- Puzles ingeniosos que saben cómo ponerte a prueba
- El modo en el que se combinan los paneles ilustrados
- El juego acaba demasiado pronto. Te quedas con ganas de más
- Su narración es ambigua; le falta algo de fuerza y emoción
