Su presentación sembró ciertas dudas. ¿Está gráficamente a la altura? ¿Sigue el título vigente en lo jugable? La primera gran remasterización de EA ya está aquí, y con este análisis de Burnout Paradise Remastered pretendemos contarte si merece la pena o no. Criterion vuelve a la velocidad más arcade con su saga definitiva, aunque seguramente no en la forma que la mayoría desearía.
Lo hemos comentado en muchas remasterizaciones. Cuando se lleva a cabo un trabajo de este tipo hay que mejorar el apartado gráfico, sí, pero el mayor examen lo supone el paso del tiempo. En los últimos tiempos hemos vivido ejemplos fantásticos en este sentido. Por ejemplo, en 2015 el primer Gears of War lanzaba una Ultimate Edition impecable en cuanto a su factura estética y que demostraba que el tiempo no le había restado un ápice de interés a su propuesta shooter. Por otra parte, este mismo año veíamos también el remake de Shadow of the Colossus: Maravilloso en lo gráfico y tecnológico, y plenamente vigente en lo jugable. ¿Qué tenían en común ambas propuestas? Alrededor de 10 años (algo más para uno, y algo menos para otro) separaban ambos trabajos. Sin embargo, ninguno acusaba el paso del tiempo.
El caso de Burnout Paradise Remastered es diferente en varios aspectos. La nostalgia, por un lado, no nos debe impedir darnos cuenta de que el tiempo pasa para todo el mundo. Las agujas del reloj son el verdadero veredicto que dictamina si algo trasciende en nuestro mundillo. Y, a pesar de que podremos discutir el punto de vista de cada uno respecto a cómo lo ha hecho con el videojuego de Criterion, parece bastante claro que muchos títulos han aprovechado su fórmula para mejorar las prestaciones de un lanzamiento de velocidad ambientado en un gran mundo abierto. Porque Paradise sigue siendo muy divertido a día de hoy, y no quiero entrar en discusiones absurdas sobre si es o no el mejor de la serie, pero también habrá espacio en esta "review" para quien desee opinar lo contrario.
En algunos sentidos volver a ponerse a los mandos de Burnout Paradise diez años después de su estreno ha sido como volver atrás en el tiempo. ¿Es suficiente para justificar la existencia de la remasterización? ¿Es la de este Remastered la mejor forma de volver a la joya de Criterion? ¿Es recomendable si no jugaste al original en 2008? Todas esas preguntas tienen respuesta en este análisis.
Gameplay comentado
El Paraíso de la Velocidad
Como algunos de los videojuegos que ponen patas arriba un género, han pasado justo 10 años desde el lanzamiento de Burnout Paradise y todavía hay aficionados que discuten apasionadamente si es o no una de las mejores entregas de la serie. ¿Los motivos? Están claramente relacionados con el cambio de paradigma que supuso su lanzamiento. Hasta entonces la marca había estado caracterizada por sus furiosas carreras a toda velocidad y por sus espectaculares colisiones. Y, si bien todo eso lo mantuvo Criterion en este videojuego, lo cierto es que también incorporó un mundo abierto que volvió locos a algunos pero que fue un factor que cuestionaron muchos otros.
La cosa es que este título de conducción presentaba una serie de carreteras que podíamos recorrer con total libertad, de modo que las pruebas plantaban sencillamente un punto de salida y otro de llegada y quedaba en manos del aficionado el recorrido para ir de un punto a otro. Esto es cierto que distraía la atención de lo que hasta ahora había caracterizado a la marca en cuanto a sus colisiones y su rabiosa conducción arcade. Pero también es verdad que según mi entender no daba al traste con esas características, sino que las enriquecía con el tener que estar pendientes de por dónde tratar de acortar el trayecto. ¿Mi opinión? No tiene el nivel de brillantez del imprescindible Burnout 3: Takedown, aunque eso no quiere decir que no sea también uno de los grandes videojuegos de la franquicia.
El problema viene cuando algunos someten a Paradise al siempre duro juicio del paso del tiempo. Todo lo que puso sobre la mesa el juego de velocidad en 2008 sigue ahí y, de hecho, es fácil darse cuenta de los motivos que le sirvieron para abrir muchas puertas al género. No fue el primer lanzamiento de conducción en apostar por la fórmula del mundo abierto, pero sí fue el que lo popularizó al máximo al equilibrarlo de la manera ideal con un diseño fantástico y una progresión adictiva. Son aspectos que traté de mostrar en el Gameplay Comentado de Burnout Paradise Remastered que publicábamos hace unos días, y en el que sólo unos minutos demuestran que es un "fácil de aprender, largo de dominar" de manual. Ahora, claro, hay infinidad de videojuegos que han cogido eso y lo han llevado un paso más allá. Eso, como es lógico, no hace peor a este episodio; pero sí deja claro que hay muchos videojuegos que han cogido sus ideas y las han perfeccionado con el paso del tiempo. Entiendo que eso será motivo de ninguneo para muchos, pero también tengo que recordar que hubo un sinfín de películas de gangsters después de El Padrino y la de Coppola sigue siendo la mejor.
Por cada crítica que se le pueda interpelar a aquel Burnout en ese sentido, incluidas las que hagan referencia a que su mapa en realidad no es tan grande (incluso con el distrito completo que incorporaba Big Surf Island), puedo contestar también con argumentos para defender sus sobresalientes capacidades en todo lo demás. Sigue siendo divertidísimo en el año 2018 y tiene un ritmo trepidante que le resultan complicado mantener a otros videojuegos de conducción "ligeros" de los últimos años. Por si fuera poco, tiene un manejo increíblemente preciso y sigue haciendo gala de una espectacularidad a prueba de bombas, especialmente en esas colisiones que nos permiten sacar a los rivales de la carretera con los siempre estruendosos Takedowns. Además, posee un multijugador frenético y espectacular y al que hay pocas pegas que ponerle, un lugar cargado de enfrentamientos memorables y donde todo el rabioso estilo de conducción de Criterion mejor encaja. Y, por último, tiene una mecánica de progresión fantástica a la que sólo puedo cuestionarle el hecho de que el introducir todos esos coches (y motocicletas) de os DLC le hace un flaco favor a la hora de conservar su cohesión.
Hay un montón de horas de contenido en este Remastered
Y es que sí, trae consigo todos los contenidos descargables y la expansión Big Surf Island, lo que nos garantiza muchas horas a los mandos del videojuego. Pero también tengo que recordar que Burnout Paradise The Ultimate Box hizo lo propio en el ya lejano año 2009, presentándonos un juego que apenas cumplía un año y que ya por aquel entonces presentaba una "versión definitiva" que incluía todo el contenido lanzado hasta entonces y algunas modalidades que fueron debutando con el tiempo. Así que hay un montón de horas de contenido en este Remastered, pero no es nada que no estuviera en el mercado ya embalado así desde hace casi una década. ¿Qué es lo que nos queda? La diferencia la va a marcar el apartado gráfico. ¿Merece la pena comprarlo por su salto visual?
Un Viejo Conocido
Si eliminamos toda la controversia que rodea al apartado jugable del título nos queda algo que parece ser más unánime. Y es que lo que sí ha puesto de acuerdo a todos los aficionados y a la prensa al ver los primeros cortes desde el momento del anuncio de Burnout Paradise Remastered anuncio es que su apartado visual no da para hablar de un gran trabajo de remasterización. Juzgar cómo debe tratarse un videojuego con una década a sus espaldas en cuanto a trasladarlo a PS4 y Xbox One, las plataformas en las que de momento se lanza el videojuego, es siempre complicado. Y, si bien no esperaba un Forza Horizon 3 en lo gráfico, ni mucho menos, también es cierto que veo mucho margen de mejora para tratarse de una remasterización.
Este episodio de la saga Burnout ya era un título muy poderoso en lo visual en el momento en el que se puso a la venta, y la fluidez de 60FPS parecía un telón de fondo tecnológico ideal para una obra de velocidad. Es un estándar que ha estado presente en consolas desde hace ya mucho tiempo para este tipo de productos, y Criterion consiguió sumar una calidad visual sobresaliente a esa fluidez extraordinaria que requiere la construcción de una sensación de velocidad y el control preciso hasta extremos de milisegundos. Burnout Paradise Remastered ha subido la resolución, eso está claro, y es particularmente impactante ver el videojuego en Xbox One X sacando partido al potencial de la máquina y haciendo gala de una nitidez extrema.
Me entristece que no se haya hecho algo a nivel tecnológico a la altura de lo que la franquicia merece
No obstante, me quedo algo tibio cuando me doy cuenta de que no hay mucho más que rascar en este trabajo de remasterización. Es verdad que las texturas se ven algo mejor pero la diferencia no es demasiado perceptible, y cuesta discernir si realmente hay un trabajo en ese campo (de serlo hablaríamos de uno más bien ligero) o si lo que se ve mejor es mero fruto del aumento de la resolución. Entiendo que al final de cuentas el gran reclamo de esta remasterización es el de hacernos rejuvenecer a unos y asombrar con lo que se hacía hace 10 años a otros, pero también me entristece que no se haya hecho algo a nivel tecnológico a la altura de lo que la franquicia merece. Era un lanzamiento visualmente asombroso entonces, ¿qué menos que hacerle justicia ahora con un avance técnico que vaya más allá de aumentar el número de píxeles?
Aunque es de justicia reconocer que en algunos aspectos Burnout Paradise ha envejecido un poco, lo cierto es que su fórmula de velocidad y frenetismo sigue siendo bastante actual. El de Criterion mantiene su condición de "seguro de vida" para garantizar una sesión de risas y diversión con el cerebro en punto muerto. No obstante, hablamos de una remasterización y ahí el trabajo de remodelación no está a la altura del original. Hay más resolución, contamos con todos los DLC y encontramos también algún ligero aumento en el detalle de las texturas… ¿Suficiente? Tú decides.
Comprar Burnout Paradise: Remastered- Conducción arcade tremendamente precisa
- Sigue siendo tan divertido como el primer día
- Descubrir un juego que revolucionó el concepto de la velocidad libre
- El diseño de las carreras, el mapeado y la progresión es increíble
- Un apartado de sonido (efectos y banda sonora), inmejorable
- El salto visual es patente, pero no tan grande como desearíamos
- Los coches legendarios de los DLC estropean la progresión
- ¿Algo simple? 10 años no son ninguna tontería
