Héroes y villanos del mundo del manga reunidos en un videojuego de peleas que busca hacer historia. ¿Lo consigue? En el análisis de Jump Force nos sumamos a la lucha de Son Goku, Luffy, Naruto entre tantos otros personajes de Shonen Jump para contaros qué tal la experiencia.
Debe haber pocas cosas más emocionantes para un aficionado al manga que enfrentar a Son Goku, Naruto y Monkey D. Luffy en una épica, espectacular e imposible batalla escoltados por otros tantos héroes y villanos de la revista japonesa Shonen Jump. Es un sueño hecho realidad, para qué engañarnos, pero uno que bordea la pesadilla en Jump Force. Por cada escena inolvidable; por cada genial pelea con la que disfrutas y te emocionas el videojuego de Spike Chunsoft te da una bofetada difícil de esquivar, ya sea por la sensación de no tener control total sobre las acciones de tu personaje, por la simpleza de algunas mecánicas de juego, o por tener que lidiar en consolas con unos insoportables tiempos de carga que terminan arruinando el ritmo de la acción. Son tantos y tan largos que mientras jugaba tenía a mano un libro con el que sobrellevar de la mejor forma posible estos tiempos muertos, que son un auténtico fastidio. Bandai Namco lo sabe y ya promete corregir el problema con una actualización que estará disponible en unos días, así que bien, pero hasta entonces la experiencia puede ser frustrante. Y no es para menos.
Se nota el respeto y la pasión que el equipo tras Jump Force siente por todos y cada uno de los luchadores aquí presentes. Han sido tan minuciosos en esta labor, tan fieles al material original que por poneros un ejemplo, Sanji de la serie One Piece será incapaz de golpear a las mujeres. ¡Les lanza corazones!, lo que resulta genial. Es él, tal cual, y por eso sonríes. Es imposible no hacerlo. En sus mejores momentos este juego de peleas sabe cómo emocionar a cualquier aficionado al manga. Quién no lo haría viendo a Naruto invocar a Kurama para lanzar una destructora Bijūdama en una batalla contra Dio Brando, de la serie JoJo’s Bizarre Adventure, que se mueve y ataca tal y como lo hace en la obra de Hirohiko Araki. Es increíble. Es una frase que repetiréis cada vez que os pongáis a los mandos de cualquiera de los más de 40 luchadores disponibles en Jump Force y disfrutéis de sus espectaculares habilidades especiales. Al menos la primera vez pues con el paso de las peleas la novedad y el espectáculo visual dará paso a la acción, y ahí Jump Force no siempre da la talla.
Espectáculo ante todo
Una de las máximas de Spike Chunsoft ha sido la de crear un videojuego de lucha en el que cualquier aficionado pueda defenderse y dar espectáculo. Lo consigue, con nota, pero esto tiene su parte negativa. Su acción es tan directa que a veces peca de simple. Es emocionante, sí, sobre todo cuando compites contra otros jugadores y el desenlace de la batalla se decide con un solo golpe, pero le falta ese punto de complejidad extra que lleva a engancharte de verdad. Con opción de moverte con libertad por el campo de batalla, en Jump Force puedes ejecutar golpes rápidos y fuertes que podrás dirigir arriba o abajo, creando así una sucesión de sencillos combos que se ven acompañados de la posibilidad de agarrar al contrario, bloquear sus golpes o esquivarlos. Es aquí donde se empiezan a notar las diferencias entre un experto y un recién llegado.
Cualquiera puede lanzar uno de los muchos ataques especiales de cada luchador, basta con pulsar el gatillo derecho y seleccionar la opción deseada, pero aquí no vale con disparar Kame Hame Ha sin ton ni son. Un rival diestro puede esquivar el golpe y contraatacar con tal fiereza que nos deje temblando, así que hay que actuar con cabeza pensando bien cuándo y de qué modo vamos golpear. Jump Force construye su acción en torno a un sistema de piedra-papel-tijera que funciona bien la mayor parte del tiempo, dejándote a veces con la sensación de que no tienes el control total sobre un personaje que a veces no termina de responder bien a tus órdenes. Más frustrante resulta el hecho de golpear, o agarrar, y comprobar cómo ninguno de estos movimientos tiene efecto por razones desconocidas. Tus manos tocan al rival, ¡deberías poder lanzarlo por los aires!, y no pasa.
Hay detalles geniales, buenas ideas, pero no todas ellas lucen como debieran
Al final te quedas con la sensación de que Jump Force nace de forma apresurada. Tienes detalles geniales, buenas ideas, pero no todas ellas lucen como debieran. Su apuesta por las peleas 3 vs 3, por ejemplo, permite disfrutar de combates muy variados y espectaculares gracias a su dispar plantel de luchadores pero, lejos de aprovechar esta virtud, Spike Chunsoft la limita con una barra de salud compartida que resta épica a los duelos. Sí, claro, sigue conservando ese punto estratégico que requiere que escojas bien con quién quieres pelear en cada momento, pero es una pena que algunos combates acaben de forma tan apresurada sin darte opción de sacar el máximo provecho a las habilidades del trío seleccionado. Y es importante. Las decisiones lo son todo en la lucha.
Dejad a un lado la idea de que este es un machacabotones donde todo vale. Sí, lanzar la mítica Genki Dama de Son Goku en la saga Dragon Ball es tan fácil como pulsar dos botones pero… ¿cuándo usarla? ¿Y contra quién? No todo vale en un videojuego en el que una mala acción puede acabar con nuestra derrota. En un nivel más básico contamos con una barra de energía que permite usar las distintas habilidades especiales de los luchadores pero hay otra línea adicional, más difícil de llenar, que es la que da acceso al ataque definitivo. Se trata de El Despertar, un poder extra que podemos desencadenar de golpe, con ese movimiento final, o bien optar por otra táctica, la de aumentar temporalmente nuestra fuerza de combate, y así sorprender a los rivales. Tu decides. Y lo mejor es que puedes también realizar un ataque concatenado junto a tus aliados, que en algunos casos se transformarán para mostrar ese punto de poder extra.
Estos momentos de acción nos van a permitir ver a Monkey D. Luffy sacando provecho de su espectacular Gear Four, o a los personajes de Dragon Ball transformados en Super Saiyan Blue. Es espectacular, ya lo decía antes, por la fidelidad con la que se han recreado todos estos movimientos especiales. La pena es que Jump Force se ha olvidado de incluir por el camino una historia original, interesante y divertida. Casi que es todo lo contrario. La excusa para reunir a todos estos personajes es ya un cliché que hemos visto en otros videojuegos del estilo. Un grupo de villanos, personajes originales creados por Akira Toriyama, han provoca que los universos Shonen Jump se fusionen con el mundo real creando de paso copias malvadas de los héroes y villanos de la revista japonesa. ¿El resultado? Un festival de luchas que pronto cae en el tedio debido, precisamente, a la falta de interés por una historia que estira la trama de forma burda.
Más allá de las obvias diferencias estéticas, muchas habilidades son idénticas entre luchadores
Hay montones de misiones, pero todas son iguales, sin aportar cambios o condicionantes que por lo menos hicieran de la lucha algo más divertido. Tampoco la inteligencia artificial de los enemigos ayuda a disfrutar del combate pues, o bien son increíblemente poderosos hasta el punto de no dejarte ni respirar o son todo lo contrario, peleles que podrás derrotar en segundos. Y no hay explicación razonable. La dificultad cambia de forma radical ¡incluso en una misma pelea! Solo en el tramo final de la campaña puedes disfrutar de algún momento memorable en esta lucha contra Freezer y Kane, ese nuevo villano que se ha propuesto hacernos la vida imposible. Con el paso de la aventura obtendremos puntos de experiencia, objetos y dinero con el que comprar mejoras y nuevos atuendos para personalizar la apariencia de un avatar al que podemos enseñar cualquiera de las habilidades especiales de los personajes de Shonen Jump.
Este sistema de progresión está bien y ayuda a que quieras seguir adelante desbloqueando nuevas formas de combatir. Se parece al exitoso Dragon Ball Xenoverse 2, incluso en esa zona central que sirve para acceder a las distintas opciones del juego. Por un lado está genial, porque te paseas por un recinto donde puedes encontrar a otros jugadores y retarles en cuestión de segundos, pero también puede ser tedioso tener que andar de un lado para otro en busca de misiones, eventos o tiendas donde equipar mejoras y objetos, por mucho que puedas hacerlo a bordo de vehículos como un barco o un sapo ninja. Se echa de menos un menú tradicional que permita hacer todo esto con inmediatez.
Con decenas de misiones destinadas a mejorar nuestro nivel, está claro que cualquier fan de la lucha y el manga va a poder pasar horas y horas peleando en el universo Jump Force, pero cuesta no sentirse decepcionado ante un título que en algunos aspectos peca de simple. A la lucha le falta algo más de enjundia para atrapar del modo que lo han hecho otros lanzamientos recientes como el formidable Dragon Ball FighterZ; y si bien no hace falta llegar a su grado de complejidad, no habría estado de más cuidar esos pequeños detalles en la precisión del control o el equilibrio de poder. Por no hablar de las diferencias entre luchadores, que son prácticamente nulas. Todos se manejan de igual forma y más allá de las obvias diferencias estéticas, muchas de sus habilidades son idénticas a las de sus rivales.
Es una decepción absoluta que se suma al cuestionable plantel de luchadores por el que se ha apostado, dejando fuera de la lista a personajes icónicos de la revista japonesa en favor de otros con menor relevancia en el universo Shonen Jump. Aunque esto, al final, es cuestión de gustos. Llegados a este punto, es inevitable, toca hablar de los gráficos. Confieso que en un principio no terminaba de gustarme ese toque realista por el que apuesta Jump Force sin embargo, con el paso de las peleas, he terminado admirando este estilo visual. Sí, algunos personajes se han adaptado mejor que otros pero a la hora de combatir, con todos esos efectos de luces y explosiones de por medio, el juego es un espectáculo. A veces, eso sí, la cámara o ciertos elementos del entorno, como los restos de roca tras una explosión, pueden entorpecer la visión creando problemas que terminan por frustrar. Nada grave, pues ocurre en contadas ocasiones, pero a veces puede desesperar.
Lo que no tiene perdón son las nefastas secuencias cinemáticas que sirven para contar la historia. Son terribles, un auténtico despropósito indignas de un videojuego de estas características, pues muestran la peor cara de Jump Force. Las animaciones, lo estático de las escenas, la total ausencia de sincronía en los labios… de verdad cuesta entender cómo el juego de Spike Chunsoft puede pasar de un momento tan épico como ver a Kenshin asestar un tajo letal, con todo el dramatismo y espectacularidad de la serie, y luego mostrar escenas de diálogo tan pobres que parecen versiones preliminares de una escena final… que nunca llegó. Lástima que la banda sonora sea también bastante discreta con algunas melodías que son puro tedio. Los efectos de sonido y las voces en japonés, sin embargo, ayudan a meterse de lleno en la acción del videojuego.
Con un plantel de luchadores formado por personajes de Dragon Ball, Naruto, One Piece y tantas otras grandes sagas de la revista Shonen Jump, es una pena que Spike Chunsoft no haya sabido aprovechar la ocasión para crear un videojuego de peleas de mayor categoría. Es divertido, sí, y también espectacular, pero con su discreto sistema de combate y peor aún, su nefasto modo historia, Jump Force se queda lejos de ser ese juego de lucha imprescindible para cualquier aficionado al manga, es un juego para fans.
Comprar Jump Force- La variedad de personajes y sus espectaculares movimientos especiales
- Combates que pueden ser emocionantes y tensos…
- … aunque pronto muestran sus costuras con un sistema de peleas demasiado simple
- Modo historia falto de interés con un argumento poco original
- Tiempos de carga excesivamente largos en consola
- Las cinemáticas son muy pobres; nada que ver con la espectacularidad de los combates
- Cuestionable selección de personajes para el plantel de luchadores
