Dos hermanos obligados a huir y encontrar su camino en un viaje por la costa oeste de Estados Unidos. Como veremos en el análisis de Life is Strange 2, Dontnod sigue teniendo una sensibilidad especial, aunque con algunas tareas pendientes.
La estructura narrativa basada en tres actos es la más utilizada en la ficción; la forma más simple de todas. Se cuenta, de hecho, sobre la versión de David Fincher de Los hombres que no amaban a las mujeres, que algunos espectadores no conseguían entrar en su trama dado que la película subvierte esta estructura con cinco actos que expanden subtramas y engloba más de un protagonista. El cine tiene que comprimir información por la duración del film, pero el videojuego, dada su mayor duración, no lo necesita. Y Life is Strange 2 es un ejemplo perfecto de ello, con una estructura episódica que abarca más de lo que un sencillo planteamiento, nudo y desenlace son capaces de hacer. Aquí, los protagonistas son dos hermanos y un largo viaje por la carretera, afrontando una gran cantidad de temas distintos que se han querido llevar a la pantalla. No, Life is Strange 2 no tiene nada de simple.
La historia de esta secuela no guarda relación en absoluto con la de Max del primer videojuego. Aquí, el número dos hace más alusión a una forma de contar historias y conflictos personales más que una continuación. Los protagonistas en esta ocasión son dos hermanos, Sean y Daniel, que tras una serie de circunstancias dramáticas en el primer episodio, tendrán que emprender un viaje por la costa Oeste de Estados Unidos. Tal y como ocurría en el primer videojuego también hay un componente sobrenatural, pero esta ocasión no hará que rebobinemos el tiempo, sino que otorga al pequeño de los hermanos el poder de la telequinesis. Lo interesante de Life is Strange 2 es que nosotros, como Sean, el hermano mayor, no tenemos este poder, sino que debemos guiar al pequeño Daniel a hacer un uso responsable de sus poderes.
Pese a que tiene su importancia, al igual que en la historia de Max y Chloe, estos poderes especiales son un pretexto para hacer avanzar la trama a temas mucho más reales. Se nota que aquí Dontnod no se ha querido andar con medias tintas y desde el principio ha buscado afrontar algunos de los problemas y situaciones más comunes de nuestra sociedad moderna. No se va a cortar un pelo en ninguno de los capítulos a la hora de hablar de los prejuicios, la sexualidad, los modelos de familia tradicionales, el racismo, las drogas, el fanatismo religioso, la educación infantil, la inmigración, pero también de conflictos éticos que inundan cada una de nuestras decisiones.
Es bastante sorprendente cómo el estudio francés no ha querido dejar pasar ninguna oportunidad para realizar una exploración de estos males propios de la sociedad y, en líneas generales, los trata correctamente ya que detrás de su diseño se esconden buenos escritores que saben construir situaciones y crear los diálogos adecuados, mientras que las interpretaciones siguen estando a un nivel excelso. Pero no está exento de problemas. Son tantos y tan variados los conflictos a los que se enfrentan Sean y Daniel que a veces puede resultar un tanto inverosímil que dos protagonistas pasen por tantas calamidades. En algunos momentos, esa suspensión de la credulidad se pierde cuando pasamos siempre de una situación extrema a otra igual o peor. Podemos asumir que esto es un videojuego y que, por tanto, es factible que ocurran tantas cosas, aunque es más difícil de perdonar algunos comportamientos forzados para lograr ese famoso giro de guión al final del capítulo. Algunas de las reacciones de Daniel me han resultado poco creíbles y forzadas, pese a ser un niño de 9 años.
Life is Strange 2 es una nueva visión acorde al juego original, que busca apelar a las emociones
Quizá todos estos grandes temas se engloban en uno solo: las reglas de una sociedad que no siempre es justa. Los seres humanos vivimos entre normas, a veces nos toca obedecerlas; otras, dictarlas. En ocasiones las normas nos salvan la vida y en otras la complican. Y no hay nada mejor para ilustrar esto que la carretera. En un momento dado, un personaje comenta que, cuando viajas, todo se vive más intensamente y puedes encontrarte con lo mejor y lo peor del ser humano. Quizá ese sea el verdadero superpoder que nos muestra el videojuego, porque es en la carretera donde encontramos a todo tipo de personas, aquellas que nos quieren ayudar y muchas otras que solo querrán aprovecharse de nosotros. Life is Strange 2 construye así una visión del mundo ecléctica. Hermosa y siniestra. Viva y aterradora. Jugándolo, pasando por todas las pequeñas pruebas éticas y tentaciones que nos propone, somos, por un momento, más capaces de ver qué tipo de visión tenemos nosotros mismos del mundo.
Life is Strange 2, jugar a vivir
La historia es, por tanto, el leit motiv para jugar a Life is Strange 2. Sin embargo, creo que Dontnod no está utilizando todas las herramientas que le proporciona el medio. Aquel pequeño episodio gratuito llamado The Awesome Adventures of Captain Spirit tenía más ideas y mecánicas que toda esta segunda temporada, llegando incluso a componer algunos puzles y aprovechando mejor el inventario. En el primer episodio parecía que se iban a utilizar nuevas ideas, como el hecho de tener más o menos dinero según las decisiones que tomáramos, pero más allá de un momento poco importante, no es así. La mochila que lleva nuestro protagonista contiene muchos objetos, pero no dejan de ser recordatorios o cartas que va guardando Sean a lo largo de la aventura, sin ningún tipo de expresión jugable. Esto queda más patente aún en el talento para el dibujo que tiene nuestro protagonista, el cual pocas veces logra ser un factor determinante, y se soluciona además con un esquema de control muy pobre.
Podría entender el foco en la narración de Dontnod, si no fuera porque es el propio estudio el que parece querer incluir estas mecánicas para luego dejarlas abandonadas. Pero la forma de expresión del jugador en la historia es también confusa. En algunos momentos no queda claro qué significan las acciones que aparecen en pantalla. Esconderse detrás de una cortina puede desencadenar, por ejemplo, una escena violenta, cuando no siempre tienes todas las pistas de lo que va a ocurrir a continuación. También ocurre con los diálogos, que por intentar resumir demasiado el espíritu de aquello que Sean va a decir, puede ser malinterpretado en ocasiones y provocar una respuesta que no es la que buscamos como jugadores.
Donde sí veo algo más de progreso es en la composición audiovisual. Life is Strange 2 es un juego mucho más cuidado en muchos aspectos. Los planos están mejor elegidos, algo muy necesario para captar bien el paisaje y sus bellos parajes, siendo el juego todo un viaje de norte a sur. Las animaciones con captura de movimiento son también más realistas que en la primera parte de Life is Strange, pero todavía tienen mucho que trabajar en cuestión de animaciones faciales, que siguen siendo pobres y no logran captar la cantidad de emociones por las que pasan Sean y Daniel a lo largo de los cinco episodios. Es aquí donde el gran trabajo de voces toma el verdadero peso en la interpretación, insuflando vida a cada uno de los variopintos personajes que conocemos en la carretera. La música es igual de importante, con menos temas vocales de esos que calaron en la historia de Max y Chloe, pero siempre acompañados de cuerdas que saben armonizar la escena.
La historia es el leit motiv para jugar a Life is Strange 2
Con todo, Life is Strange 2 es una nueva visión acorde al juego original, que busca apelar a las emociones y en el que Dontnod ha querido afrontar muchos de los problemas actuales sin rehuir de ellos. El resultado es bueno y diría que hasta necesario, ya que no son muchos los juegos que buscan hablar de tantos temas y con tal intensidad, pero no siempre consigue su objetivo. Bien sea por algunas decisiones forzadas, que sacan al jugador de la trama o por añadir un poco de moralina a temas demasiado complejos para el tiempo que suceden en pantalla, algunos episodios están más logrados que otros. Pero con todo dicho y hecho, el camino de Sean y Daniel es uno que se disfruta y del que te llevas buenos recuerdos, porque logra que te impliques con algunas situaciones y ello hace que conozcas mejor tu punto de vista en temas conflictivos. Pero creo que en su sistema de juego Dontnod tiene que tomar una decisión. O bien eliminar por completo sus mecánicas que funcionan más como vagos minijuegos que como verdaderos aportes narrativos, o bien profundizar en ellas y lograr un mejor conjunto que aproveche las ventajas de nuestro medio. Si algo te enseña la aventura de Sean y de Daniel, es que no se puede vivir entre dos mundos.
Life is Strange 2 sigue siendo un juego muy centrado en la historia y en las emociones. En esta ocasión, nos cuenta una historia nueva para abordar algunos de los problemas más complejos de nuestra sociedad moderna. Suele hacerlo con habilidad, pues hay buenas plumas en el estudio, pero algunas situaciones forzadas lo pueden hacer un tanto inverosímil en ocasiones. El trabajo de interpretación vuelve a ser vital para el desarrollo de la aventura, pero Dontnod sigue sin creer en su capacidad para contar historias a través de mecánicas también, relegando estas a pequeños minijuegos, y poco más. Life is Strange 2 es intenso y en ocasiones conmovedor, pero el estudio tiene talento de sobra para llevar la idea más allá.
Comprar Life is Strange 2- Una historia intensa y bien escrita.
- Algunos personajes muy bien construidos.
- La interpretación de actores es muy notoria.
- Aborda temas poco explorados en videojuegos: racismo, fanatismo, inmigración, la familia tradicional, la sexualidad…
- Buena banda sonora que sigue teniendo un gran protagonismo.
- Fuerza demasiado algunas situaciones y comportamientos para lograr sus giros de guion.
- Necesita reforzar la interpretación con mejores animaciones faciales.
- Apenas aprovecha las mecánicas de juego para reforzar su historia, quedando relegadas prácticamente a minijuegos.
- A veces no es fácil entender a dónde nos lleva una acción o una elección de diálogos.
