La humanidad está condenada. Otra vez. Es hora de retroceder en el tiempo y volver a luchar contra los Vek para encontrar la forma de vencerlos y romper el círculo. ¿Quieres saber el resultado? Compruébalo en el análisis de Into the Breach, la última obra de los creadores de FTL.
A veces, cuando jugaba una partida todo por el todo en Into the Breach, me parecía que estaba en una simulación del Kobayashi Maru, ese ejercicio táctico de Star Trek donde se te presentaba una situación de una batalla imposible de ganar. Aquí ocurre lo mismo, en ocasiones. Por mucho que pienses en todas las posibilidades de cada turno, simplemente no hay forma de completar la misión y poder llamarlo victoria.
En cierto sentido, recuerda mucho a FTL. Lógico, ya que son los mismos creadores de aquella pequeña joya capaz de exasperar al más templado de los jugadores. Into the Breach sorprende igual que su anterior obra. Tras un sencillo, pero muy atractivo apartado visual, se vuelve a esconder la misma mecánica estratégica que cuando conecta contigo, te atrapa irremediablemente. Una fórmula muy sencilla que da lugar a situaciones extremas donde tu mejor arma es la paciencia y la constante revisión de múltiples turnos jugados, primero, en tu cabeza.
El planteamiento es el siguiente. Formamos parte de una unidad encargada de defender los últimos reductos de la humanidad en unas cuantas islas de la amenaza de los Vek. Pero lo cierto es que estas gigantescas criaturas insectoides ya han acabado con la civilización incontables veces, y cada vez que nos destruyen, nuestro trabajo es volver atrás en el tiempo para evitarlo. Recuerda mucho a la premisa de la novela All You Need Is Kill de Hiroshi Sakurazaka que Tom Cruise interpretó en la película Al Filo del Mañana.
Gameplay
Su estructura de juego no solo es una excusa para volver a empezar desde el principio
Esta estructura de viaje temporal no es una simple excusa para volver a jugar una partida desde el principio, como todo Roguelike, sino que tiene algunas consecuencias, ya que uno de nuestros pilotos podrá disponer de la experiencia acumulada en la siguiente línea temporal. Sin embargo, perderemos todo lo demás que hayamos acumulado. Un duro golpe cuando has progresado en una buena partida y tienes que comenzar de cero. Into the Breach no tiene piedad.
Al filo del Mañana
Es difícil explicar en palabras cómo se juega a Into the Breach (es mejor que veáis nuestro gameplay, cogeréis el truco rápidamente). Pero es importante destacar que lo más importante aquí no es salir con vida de las situaciones, tanto como proteger los abundantes edificios que habitan las islas y las personas que viven en ellos. En muchas ocasiones, tendremos que sacrificarnos para no perder uno de los tanques que conforman la energía de estos edificios, pues cuando la barra llega a cero, se acabó la partida y habrá que empezar de nuevo.
Para evitar el desastre, disponemos de un buen puñado de curiosos mechas capaces de enfrentarse a las gigantescas criaturas. Cada una especializada en un tipo de ataque, ya sea a corta, larga distancia o con misiles tierra-aire. Además, a medida que vayamos desbloqueando ciertos logros, podremos comprar nuevos packs de unidades más especializadas. Baste decir que cada una tiene una función específica y en muchas ocasiones atacar no es la más eficaz, pues a lo largo de nuestro turno podemos alterar los ataques predefinidos de los Vek para hacer, por ejemplo, que fallen su ofensiva a un edificio o que se ataquen unos a otros.
Economizar los movimientos es la clave del juego. Nosotros sólo disponemos de tres unidades, mientras que los Veks son cada vez más numerosos. Es por ello que en un solo turno tendremos que encontrar la forma más eficiente de hacerles frente. Por ejemplo, golpeando a un enemigo para que choque con otro, mientras que nuestra posición impide que un nuevo Vek surja de la tierra y, mediante la carambola que hemos hecho, uno de los enemigos tape otro conducto.
Cuanto mayor sea nuestra eficiencia, mejor irá la partida y mejores serán las recompensas que lograremos tras asegurar la zona. Podremos lograr energía (nuestra barra de vida); salvaguardar cápsulas temporales, con suculentas recompensas; aumentar nuestros reactores, que nos permitirán potenciar nuestras habilidades; o reputación, unas estrellas que nos permitirán, una vez liberada cada isla, comprar mejoras para nuestros mechas.
Todo en Into the Reach funciona como un guante y las sinergias que el juego logra son francamente sorprendentes. No nos importa que el resultado sea castigador, pues así fue FTL y cuando logras terminar con éxito la partida la recompensa es única. No obstante, Into the Reach tiene un desarrollo a menudo caótico, y aquí volvemos al ejemplo con el que empezamos, el del Kobayashi Maru. Situaciones en las que, por mucho que pienses, no puedes ganar.
Into the Breach presenta ciertos escenarios donde siempre tienes que encajar el golpe. En ocasiones, los enemigos son tan numerosos o atacan en unas posiciones donde es imposible cubrir todos los frentes. No es grave, pues el juego está hecho para que tengamos que afrontar algunas derrotas. El problema es el efecto de bola de nieve que llega a suponer en algunas partidas, sobre todo las más avanzadas, en las que no importa lo bueno que seas, vas a perder.
Nos ha pasado ya algunas cuantas veces y puede llegar a frustrar cuando estás encaminado a la victoria. De alguna forma, parece que el juego intenta nivelarse para que las primeras partidas sea imposible ganar y a medida que vas desbloqueando pilotos y nuevos mechas, te sea algo más sencillo, lo cual indica que no todo es estrategia en Into the Breach, sino también dedicar un cierto número de horas y tener algo de suerte para lograr la partida maestra. Esto es algo que también podía suceder en FTL, pero de alguna forma en aquel juego se sentía más lógico. Más justo.
A poco que disfrutes de la táctica rápida y desafiante, Into the Breach está hecho para ti
Con todo esto, y a poco que disfrutes de la táctica rápida y desafiante, Into the Breach está hecho para ti. Queda claro que los chicos de Subset Games no tuvieron sólo un golpe de suerte con la creación de su anterior videojuego, pues el presente está a un altísimo nivel. Tiene suficiente variedad a través de los distintos mechas a desbloquear y rejugabilidad para que te dure un buen puñado de horas, aunque de alguna forma parece una obra algo más pequeña en posibilidades de juego que lo que supuso FTL. Su calidad, sin embargo, está lejos de toda duda.
Into the Breach es un juego muy bien pensado y muy bien planteado. Estrategia rápida, pero que te estruja el cerebro a base de plantear todas las posibilidades de cada una de tus acciones. Parece algo menos profundo que su anterior trabajo y en algunas ocasiones, perder parece algo inevitable, pero la diversión que logra es sólo equiparable a la adicción que produce.
- La satisfacción que se produce cuando haces un turno o una partida perfecta.
- Muy rejugable. Cada partida genera situaciones distintas.
- Un juego muy bien planteado, tanto por sus mecánicas como la gestión de unidades.
- Situaciones en las que es imposible responder a la ofensiva correctamente.
- Cuatro islas más una final puede hacer su desarrollo algo precipitado.
