Análisis de A Total War Saga Troy. Revive la Guerra de Troya como nunca antes. Estrategia de calidad y batallas colosales

Análisis de A Total War Saga Troy. Revive la Guerra de Troya como nunca antes. Estrategia de calidad y batallas colosales
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Ya no hay vuelta atrás, ¡la guerra ha comenzado!, y Troya tiembla. ¿Quién saldrá victorioso? Reza a los dioses, lidera grandes ejércitos y gestiona tu imperio con sabiduría en este notable juego de estrategia que hace honor a la épica historia de la Ilíada. Descubre en el análisis de Total War Troy por qué no deberías perderte lo nuevo de Creative Assembly.

Frente a los muros de Troya, con miles de soldados bajo mi mando, la emoción se apoderó de mí. Ya solo quedaba una tarea que cumplir, ¡la más difícil de todas!; el reto para el que me había estado preparando durante horas, turno tras turno, derrotando a otras facciones, acumulando riquezas, expandiendo mis dominios por el Egeo mientras adiestraba a los mejores soldados de la Antigua Grecia. O Troya o los Aqueos, o Héctor o Aquiles. ¿A quién favorecerán los dioses? Tomando como referencia la Ilíada de Homero, lo que puedo deciros es que esta es una lucha épica y emocionante digna de los grandes episodios de la saga Total War. Destierra de tu mente la idea de encontrarte frente a "un episodio menor"; de estar ante un juego con mucha guerra y poca gestión al estilo de A Total War Saga: Thrones of Britannia.

Fiel a la esencia de esta ya veterana franquicia, lo nuevo de Creative Assembly saca buen provecho del contexto histórico / mitológico en el que se ambienta aportando nuevas ideas, introduciendo novedades que sin duda querrás ver potenciadas en futuros episodios de la serie. No es el mejor, tiene fallos, pero cuesta no pasarlo bien encarnando a grandes héroes de la antigüedad como Ulises, Aquiles, Héctor o Menelao. Porque si algo hace bien Total War: Troy es meterte de lleno en esa cruenta guerra que con tanta pasión se relata en la Ilíada de Homero. Y esa misma pasión se ve reflejada en la propia acción del videojuego, en las historias que guían nuestros pasos, en las destrezas y defectos de sus protagonistas, o en ese precioso mapa de campaña que es uno de los más bonitos y detallados de cuantos recuerdo. Porque es un auténtico placer perderse en el Egeo mientras te deleitas con el arte propio de la Antigua Grecia; con esos pequeños detalles como el fuego consumiendo el mapa a medida que descubres más y más tierras en un escenario de grandes proporciones, con muchas provincias que conquistar y administrar con sabiduría.

La furia de los dioses, el ingenio de los héroes

El objetivo final es Troya; defender los muros de Ilión o llevar la ruina a Priamo y sus descendientes, pero hay algo genial en este nuevo Total War y son las llamadas misiones legendarias, que están basadas directamente en las historias de Homero, dándote la oportunidad de alcanzar la victoria de un modo distinto al esperado. Victoria Homérica la llaman, y cada facción tiene la suya propia con abundantes referencias al material original en el que se inspira el videojuego de Creative Assembly. Gracias a ello tendrás muchas y muy buenas razones para volver a enfrentarte a la campaña principal, pues además cada facción tiene unidades propias y rasgos únicos que modifican sutilmente la forma de jugar.

Revive la Guerra de Troya como nunca antes. Estrategia de calidad y batallas colosales


Los asedios prometían ser una de las mejores partes de Troya, pero se sienten algo desaprovechados.
Los asedios prometían ser una de las mejores partes de Troya, pero se sienten algo desaprovechados.

Ulises es un héroe audaz y un hábil estratega, así que nadie iguala su capacidad para tender rápidas emboscadas, mientras que Agamenón, por otro lado, es un maestro gestionando la economía; un rey entre los Aqueos con la habilidad de pedir cualquier recurso a sus vasallos… a riesgo de sufrir una rebelión si abusa de ellos. Hay muchos matices a la hora de afrontar la acción de A Total War Saga: Troy, que amplía las opciones de gestión con cinco recursos que debes administrar con cabeza para construir tus ciudades, alimentar a tu pueblo y equipar al ejército. Y aunque habrá momentos en los que sientas que es muy fácil tener mucho de todo sin demasiados problemas, cuando te metes de lleno a complacer a los dioses y adiestrar unidades especiales la historia cambia.

La búsqueda de alimentos, piedra, madera, oro y cobre te obliga a pensar a gran escala tratando de sacar el máximo provecho a todas tus ciudades y provincias, porque mantener a las tropas mejor preparadas no es barato precisamente. Hay recursos limitados, y mucho en lo que invertir y mejorar para sobrevivir a los desafíos más duros de la Guerra de Troya. Sin embargo los trueques con otras facciones casi parecen un regalo de los dioses, en el sentido de que no resulta especialmente difícil conseguir todo aquello que necesitas con un par de clics. Puede ser engorroso, sí, cuando sufres una carestía total de recursos; pero como digo, que sea tan fácil sobreponerse a esta situación le resta tensión y emoción a la guerra sobre el tablero. Y esto me lleva a hablar de ciertos problemas con la inteligencia artificial y la diplomacia, que puede llegar a desesperarnos durante el transcurso de la partida. Los líderes de facción pueden ser muy pero que muy pesados pidiendo recursos, buscando acuerdos con unas condiciones absurdamente desiguales. ¿Que te pague toneladas de oro a cambio de cruzar mi territorio? ¿Estás borracho?

Revive la Guerra de Troya como nunca antes. Estrategia de calidad y batallas colosales

Si fuera algo puntual… bueno, también nosotros tratamos de sacar ventaja de estos acuerdos; pero es una constante durante la partida. Y da igual que tengan sobreabundancia de un recurso, que en no pocas ocasiones te pedirán tributos relacionados con ese mismo recurso. Lo mismo pasa a la hora de actuar sobre el tablero de juego. Ha habido momentos en los que he visto a un héroe viajar en barco en círculos, moviéndose siempre por las mismas regiones, como si Poseidón le hubiera maldecido al estilo de Ulises en la Odisea. Lo que contrasta con otras acciones ingeniosas, de esas que nos ponen en aprietos, usando con malicia -en el buen sentido- las habilidades de los agentes especiales, que aquí tienen una importancia capital. Y lo mismo vale para las batallas. Estas son tan épicas y emocionantes como podrías esperar de Total War, con unos rivales que saben usar a su favor el entorno que les rodea, exprimiendo al máximo las habilidades de sus tropas para que no sea nada fácil derrotarles en buena lid. No se obcecan en una única estrategia, sino que se adaptan a nuestra forma de combatir para contrarrestar nuestros movimientos.

Sangre y fuego: la guerra ha cambiado

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En Total War Troy importa más que nunca cómo atacas y desde dónde

De la guerra hay mucho bueno que decir pero también hay otros aspectos que no han resultado ser tan divertidos como prometían. En anteriores artículos ya os hablé de cómo cambia la lucha en Total War: Troy. Se han potenciado las diferencias entre las unidades de infantería para que haya más variables estratégicas en el transcurso de la lucha, teniendo en cuenta que en la Edad de Bronce la caballería o los arqueros apenas tenían presencia. Así que ahora debes tener en cuenta el peso de los soldados, pues este determina su velocidad de movimiento, la resistencia al daño, o la fuerza con la que pueden golpear a sus enemigos. ¿Más? El terreno.

Con unos campos de batalla diseñados con un gusto exquisito, ahora más que nunca el terreno por el que nos movemos influye en el avance de las tropas, que pueden verse atrapadas en zonas arenosas o con barro, además de ocultarse en nuevos lugares como las zonas de hierba alta. Todo depende, como decía, del peso. Así que las armas no lo son todo en A Total War Saga: Troy. Lo que importa es cómo atacas y desde dónde lo haces; que seas capaz de bloquear al rival en un terreno que le es desfavorable, buscando sus flancos o la retaguardia para golpearles sin opción de que puedan defenderse. Y dar con estas estrategias, y alcanzar victorias con estas tácticas, es una gozada. Claro que los números importan; que cuantas más tropas tengas bajo tu mando más probabilidades tendrás de saborear la victoria. Pero no lo es todo, ni de lejos.

A Total War Saga: Troy potencia los elementos roleros con un sistema de progresión de habilidades que permite especializar a los héroes y unidades únicas.
A Total War Saga: Troy potencia los elementos roleros con un sistema de progresión de habilidades que permite especializar a los héroes y unidades únicas.

Por eso tampoco debéis obsesionaros con la idea de controlar a héroes y unidades mitológicas. Son, obviamente, guerreros más poderosos con habilidades únicas que pueden marcar las diferencias, pero no vayáis a pensar que son invencibles o suponen una ventaja insuperable para quien las controla. Se les puede contrarrestar como a cualquier otro batallón, y por muy duro que golpeen, cíclopes y minotauros también pueden caer. Es verdad que hay cierto desequilibrio de poder entre unos personajes y otros, lo que puede resultar frustrante, pero el coste de mantenimiento de estas tropas es muy elevado, lo que significa que no se puede abusar de ellos. Pero volviendo a las diferencias de terreno, esta es una mecánica que se siente algo desaprovechada, como los propios asedios a las ciudades, que también prometían mucho y no terminan de ser espectaculares hasta bien avanzada la partida, cuando tienes en tu poder una mayor variedad de máquinas de asedio. Y aún así, tampoco son una revolución.

Reza, y tus plegarias serán escuchadas

La diplomacia tiene una importancia capital en el juego y también hay abundantes eventos aleatorios para que la partida nunca caiga en la monotonía.
La diplomacia tiene una importancia capital en el juego y también hay abundantes eventos aleatorios para que la partida nunca caiga en la monotonía.

La otra gran novedad de Total War: Troy está relacionada con los dioses y el poder divino, que básicamente te permite obtener ciertas ventajas pasivas ligadas a la guerra y la gestión de tu imperio. Hay siete dioses a los que rezar y complacer ya sea construyendo templos en su honor, realizando plegarias, o mediante hecatombes que exigirán de vosotros grandes sumas de oro, alimentos y demás recursos. Y aunque al principio pueda parecer que la religión no es determinante, y ciertamente es una opción un tanto superficial que bien podría haber dado más juego, con las horas comprobarás que satisfacer a los dioses tiene ventajas. ¿Vas a la guerra? Procura rezar a Ares para que suba la moral de la hueste y sean más efectivos en combate. ¿Tu ciudadanía es infeliz? Afrodita es tu solución. ¿Vas a embarcarte en un viaje por alta mar? No te olvides de hacer ofrendas a Poseidón.

Hay ciertos elementos de fantasía, como en la IIíada, pero Creative Assembly mantiene siempre los pies en la tierra


Revive la Guerra de Troya como nunca antes. Estrategia de calidad y batallas colosales

Cada dios te recompensará con bonificaciones que irán a más a medida que crezca tu devoción por ellos, desbloqueando unidades exclusivas y agentes especiales únicos con la capacidad de cambiar el curso de la partida. Y me gusta que se le haya dado importancia a los espías, embajadores y sacerdotisas, pues contribuyen a que las partidas sean más tensas. Sufrir un asesinato, o ser responsables de uno, produce un subidón de adrenalina que va a más en cuanto desbloqueas el acceso a las unidades épicas, como los sátiros o la gorgona, capaz de petrificar a un ejército entero con su aterradora apariencia. Aquí entra en juego ese lema de "la verdad tras el mito" que tanto se ha promocionado desde el anuncio del juego, y lo cierto es que está genial. Hay cierta fantasía en el hecho de que los dioses te puedan bendecir o castigar por puro capricho, como en La Iíada, pero Creative Assembly mantiene siempre los pies en la tierra, buscándole una explicación terrenal a todas estas acciones. Y es algo que me ha hecho disfrutar más si cabe de la experiencia.

Puede que algunas ideas de A Total War Saga: Troy no muestren su mejor cara, y que la IA de los enemigos en el mapa de campaña sea algo irregular, pero es difícil no pasarlo bien en esta peculiar recreación de la Guerra de Troya. No alcanza las cotas de calidad y grandeza del genial Total War: Three Kingdom, pero tampoco es ese "juego menor" que podría parecer por tratarse de un spinoff de la saga principal. Lástima que en su estreno no podamos disfrutar del modo multijugador, que llegará en los próximos meses, y que tampoco tengamos acceso a los mods, que siempre han sido una pieza esencial de Total War. Pese a todo, hay pocas razones para no sumergirse en esta epopeya.

Muy Bueno

Sin sello
Revive la Guerra de Troya como nunca antes. Estrategia de calidad y batallas colosales

A Total War Saga: Troy

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Aunque no alcanza la grandeza de los juegos principales de la saga Total War, la Guerra de Troya a la que nos enfrenta Creative Assembly Sofia es lo suficientemente divertida, variada y emocionante como para contentar a veteranos y nuevos jugadores. Aporta buenas ideas a la franquicia, su combate es emocionante, y las nuevas opciones de gestión contribuyen a mejorar la experiencia general sobre el mapa de campaña. Algunos problemas con la inteligencia artificial ensombrecen el resultado final, pero si te gusta la estrategia, no deberías perder la oportunidad de jugar a A Total War Saga: Troy.

  • Una campaña divertida y variada que fomenta la rejugabilidad
  • Buena recreación de la Ilíada, con facciones y héroes bien diferenciados
  • Las novedades en el campo de batalla y los nuevos recursos
  • Algunas mecánicas de juego se sienten desaprovechadas, como el poder divino
  • Una IA irregular, capaz de lo mejor pero también de lo peor
  • Sin multijugador, que llegará en unos meses, ni soporte para mods
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español y voces en español
Duración: 30-50 horas (mínimo)
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