Análisis de Total War: Three Kingdoms. Guerra, diplomacia y ¡puro espectáculo!

Análisis de Total War: Three Kingdoms. Guerra, diplomacia y ¡puro espectáculo!
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Lo intentaste con la diplomacia, usando buenas palabras, pero al final habló la guerra. Épico y apasionante en su acción, Creative Assembly vuelve a sorprender con un fantástico videojuego de estrategia inspirado en el Romance de los Tres Reinos de China. ¿Veredicto? Un imprescindible como verás en el análisis de Total War Three Kingdoms.

Bajo un hermoso cielo carmesí… muerte. Cientos, ¡miles de cadáveres!, testigos mudos de una gran batalla librada tan solo segundos antes. Y tu, simplemente, respiras aliviado. Sonríes, atónito, casi sin creer la hazaña que has logrado; aún disfrutando de esa agónica victoria que parecía imposible. Todo estaba en tu contra. El enemigo era más numeroso, y estaba mejor preparado, pero en la saga Total War los números no lo son todo. Aquí importa la estrategia, las buenas tácticas de guerra, el ingenio por encima de la fuerza bruta, y son precisamente estos rasgos los que hacen de Total War: Three Kingdoms un videojuego espectacular. Es tan intenso, tan increíble y apasionante en su acción, que cada nueva gran batalla en la que te adentras termina dejándote exhausto, como si realmente hubieras estado allí cruzando espadas con el ejército contrario. Así que sí, sonríes, y no lo escondes, porque de inmediato sientes la imperiosa necesidad de contárselo a alguien.

Quieres que todos sepan lo increíble que ha sido la batalla; ansías contar de qué modo neutralizaste a la caballería enemiga. Cómo, contra todo pronóstico, valiéndote de catapultas con munición incendiaria, lograste romper las filas enemigas justo antes de machacarlas con tu guardia de élite. Y no acabas nunca porque hay tantos momentos alucinantes de los que hablar, tantas pequeñas historias que compartir, que con cada nueva partida crecen y crecen las historias de guerra. ¿Lo mejor? Que no todo es lucha; que la épica de Three Kingdoms va más allá de la mera acción, pues también puedes obrar milagros usando la diplomacia o sacando partido a los espías. Creative Assembly no ha descuidado ni un solo detalle en este genial videojuego de estrategia que sorprende tanto por la épica de sus batallas en tiempo real, como por las opciones de gestión que pone sobre la mesa. ¿El objetivo? Convertirse en el emperador de China, que no es fácil, pero sí una de las experiencias más emocionantes y gratificantes que podéis vivir en la actualidad.


Total War, política en tiempos de guerra

Si eres veterano en la serie Total War ya sabes lo que te espera. ¡Guerra! Pero no una cualquiera. Guerra a gran escala; batallas entre ejércitos multitudinarios, entre miles de soldados a los que debes comandar con mano de hierro, e ingenio, para sacar partido a todas sus ventajas tácticas y así derrotar a los enemigos. Pero Total War también es diplomacia, comercio, política y gestión de un gran imperio sobre un mapa estratégico en el que, turno tras turno, debes expandir tu influencia sin morir en el intento. Hay opciones más que de sobra para evitarlo, también muchos peligros que evitar, y es esta precisamente una de las grandezas de este nuevo episodio de la saga.

Si juegas en el modo Romance los generales podrán batirse en duelo, demostrando su destreza en las artes marciales. Ganar subirá la moral de las tropas.
Si juegas en el modo Romance los generales podrán batirse en duelo, demostrando su destreza en las artes marciales. Ganar subirá la moral de las tropas.


Aunque las encarnizadas luchas suelen ser la parte más vistosa, más ahora que los generales pueden batirse en duelo frente a sus tropas, Creative Assembly ha realizado un extraordinario trabajo a la hora de plasmar las tensiones políticas propias de la China que descubrimos en el clásico Romance de los Tres Reinos. Es una historia de épica, de grandes héroes, de muertes trágicas y grandes gestas orquestadas por un pueblo que se alzó contra un tirano. Y por sorprendente que suene, todo esto encuentras en Three Kingdoms… con un matiz. Aquí eres protagonista de una historia que escribes con tus propias acciones. ¿Serás un líder honrado y noble? ¿O te dejarás seducir por el poder y la avaricia? ¿Serás bueno con tus súbditos? ¿O los asfixiaras con impuestos?

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Creative Assembly no ha descuidado ni un solo detalle

Cada decisión que tomes marcará el rumbo de la partida de forma sorprendente hasta el punto de enfrentarte a una rebelión popular bajo el estandarte de los Turbantes Amarillos o, incluso, participar en una guerra civil si parte de la corte se posiciona en tu contra. Nadie dijo que aspirar al trono del Imperio Chino fuera fácil y Creative Assembly lo ejemplifica de forma magistral dotando de vida propia a decenas de personajes históricos, que aquí lucharán por sus propios intereses; tratarán por todos los medios de ascender, de convertirse en altos mandos de la facción y, claro, hacerlo además con un sueldo a la altura de su ego. ¿No cumples sus expectativas? ¿No les rindes el tributo que creen merecer? Algunos simplemente se marcharán, otros… otros podrán unirse a un ejército rival y declararte la guerra. O podrán traicionarte en el momento más inoportuno, abriendo paso a tus enemigos, o directamente regalando tus tierras a otros líderes.

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Puedes afrontar la campaña con algunos de los personajes históricos más importantes del conflicto. Alcanzar el éxito con algunos será un auténtico desafío.
Puedes afrontar la campaña con algunos de los personajes históricos más importantes del conflicto. Alcanzar el éxito con algunos será un auténtico desafío.


Es una lucha constante no ya solo contra enemigos externos, que es lo esperado, sino también con tu propio pueblo, al que debes mantener contento para evitar males mayores. En este punto, cada ciudad que caiga en tu poder crecerá con una gran variedad de edificios que aportarán diversos beneficios a la facción. Los hay que aumentan los ingresos, la cantidad de alimentos que se generan en cada turno, o el orden público y la capacidad de reclutar nuevas tropas. Incluso hay edificios estratégicos en zonas muy concretas que aportarán materias primas esenciales para formar a un ejército más poderoso o disfrutar de ciertas ventajas tácticas. Lo que más me gusta de Total War: Three Kingdoms es que este proceso de expansión se siente natural.

Si por ejemplo pasas meses en guerra la moral del pueblo se resentirá, y crecerá el malestar entre tus filas. Si no tienes palabra, si prometes cosas que luego no cumples, otras facciones te verán como un mentiroso, alguien peligroso, y por ende estarás en su lista de objetivos a batir negándose a entablar diálogo contigo. Así que no puedo más que aplaudir el trabajo de Creative Assembly por crear una sólida base de gestión que contribuye a que rara vez te quedes con los brazos cruzados, con la sensación de que no tienes nada más que hacer que pasar turno. Siempre hay nuevos lazos de amistad que forjar, nuevos acuerdos que alcanzar con otras facciones, a las que puedes poner bajo tu mando convirtiéndolas en vasallos, ¡o justo al contrario!, uniéndote a ellas en una gran alianza.

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El arte de seducir con la palabra en los Tres Reinos

Three Kingdoms potencia de forma admirable las relaciones personales entre los miembros de la corte, que tienen sus propias aspiraciones y rasgos personales (avaricia, bondad, honor, crueldad, etc.), hasta el punto de que algunos forjarán grandes amistades que contribuirán a que sean más efectivos, y otros en cambio se odiarán tantísimo que no dudarán ni un instante en traicionarse o, peor aún, mandarlo todo al garete. Estas mismas relaciones se desarrollan a un nivel más amplio con las facciones rivales, con las que podemos interactuar de muchas formas distintas. Y es increíble, claro, porque con la facción de Cao Cao puedes incluso manipular la opinión del resto de facciones para que, entre ellas se odien, o bien para que te tengan mayor aprecio.

Este hermoso árbol tecnológico define las mejoras y edificios a los que tendrás acceso a lo largo de la partida. ¿Guerra? ¿Comercio? ¿Diplomacia? Tu escoges tu camino.
Este hermoso árbol tecnológico define las mejoras y edificios a los que tendrás acceso a lo largo de la partida. ¿Guerra? ¿Comercio? ¿Diplomacia? Tu escoges tu camino.


Hay muchas opciones a la hora de comerciar, también de forjar y deshacer alianzas, con matrimonios concertados que en muchos casos pueden contribuir a expandir nuestras tierras de forma sorprendente. Pero si algo me fascina es el trabajo de los espías. Los mandas a otras facciones en misiones encubiertas, y rezas para que logren establecerse, ya sea en puestos administrativos, el ejército o la corte. Una vez allí comenzarán a construir su tapadera, su vida secreta, pudiendo entonces manipular al rival de formas dispares. Puedes mejorar los tratos comerciales, o bien desprestigiar a ciertos personajes, o en mitad de un asedio, abrir las puertas de la ciudad para que tu ejército entre sin dificultades. Y no es más que el principio.

Los Generales aportan a las tropas que le rodean ventajas tácticas que pueden cambiar el curso de la lucha

Rodeado de enemigos, en clara inferioridad, usé a uno de mis espías para envenenar las guarniciones contrarias, lo que me permitió reducir el número de sus efectivos de forma brutal. Si es que hasta rendí unas tierras a mi favor, arrebatándole una de las mejores ciudades a la facción rival. ¡Fue espectacular! Uno de esos momentos que te dejan alucinando y que demuestran el enorme potencial de Three Kingdoms. Lo decía antes. No todo es acción, lucha, y por supuesto, no todo es fuerza bruta. Saber anticiparse a los rivales; ir varios turnos por delante de ellos te permitirá superar la guerra con mayor facilidad. Conoce a tu enemigo, estudia sus debilidades, y construye un ejército capaz de repelerlo en combate.

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Los héroes toman las riendas de la lucha

Obviamente llegará el momento de luchar, y en este punto, Three Kingdoms me ha parecido fantástico… con algunos matices. El combate es tan espectacular como siempre y demuestra que la estrategia está por encima de los fríos números. Sin embargo he echado en falta una mayor variedad de unidades de combate. Hay bastantes entre las que elegir pero pocas diferencias entre las 12 facciones que luchan por el control de China. ¿La gran novedad? Los generales, que aquí adquieren el rango de héroes, muy en la línea de lo visto en Total War: Warhammer. Ellos solos podrán enfrentarse a decenas de enemigos y salir victoriosos, aportando a las tropas que le rodean ventajas tácticas que pueden cambiar el curso de la lucha. Pero esto no significa que sean inmortales; pueden morir, y en caso de hacerlo, tendrá consecuencias negativas en la moral de la hueste.

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Las batallas multitudinarias vuelven a ser grandes protagonistas de la acción, con momentos épicos que os dejarán sin habla.
Las batallas multitudinarias vuelven a ser grandes protagonistas de la acción, con momentos épicos que os dejarán sin habla.


Creative Assembly apuesta por emular las historias del Romance de los Tres Reinos convirtiendo a estos generales en guerreros legendarios que en mitad de la lucha, en el fragor de la batalla, podrán desafiar a sus semejantes en duelos de artes marciales. Es un espectáculo. Cientos de soldados expectantes, enfrentados entre sí, guardando el momento de atacar. Y ante ellos, dos guerreros, sus líderes, que cruzan espadas mientras ejecutan una increíble danza mortal. Cuando uno de ellos cae, o huye, se desata el infierno. Todos corren, gritan, ¡alzan las armas!, y tu debes controlar ese caos posicionando a las tropas de forma correcta, usando sus mejores habilidades, pues solo así saldrás victorioso de esa carnicería. El resultado es una emocionante lucha de poder que se siente como una gran epopeya.

Hay cinco clases de generales especializados en distintos estilos de lucha, así que con tres por ejército, debes buscar un buen equilibrio. ¡O no! Puedes crear ejércitos especializados en la lucha a distancia, o bien volcarte en la caballería. O combinar varios, para atacar siempre en equipo. Las opciones están francamente bien, con héroes en la piel de estrategas que, nivel a nivel, desbloquean nuevas tácticas y formaciones de combate, y otros como los campeones, que son perfectos para entablar duelos y derrotar rápidamente a sus oponentes. Las sensaciones al frente de los batallones son fantásticas, y el que puedas equipar nuevas armas, equipo o hasta cambiar de caballo para mejorar las estadísticas de tus generales, contribuye a que la acción sea si cabe más emocionante.

Al final el juego alcanza unas cotas de épica difíciles de olvidar, gestas que piensas no revivirás jamás, pero lo bueno de Total War: Three Kingdoms, lo mejor de este videojuego de estrategia, es que esa gran e increíble batalla que superaste con éxito no es más que una de tantas. En este sentido, si bien el multijugador de Total War: Three Kingdoms es esencial para disfrutar al máximo de sus amplias opciones tácticas, pocas pegas se le pueden poner a la inteligencia artificial de unos rivales que saben cómo sorprender y plantar cara tanto en el campo de batalla como en el tablero de juego. Es verdad que hay momentos en los que los enemigos actúan de forma un tanto imprecisa, con acciones carentes de lógica, pero en líneas generales responden a un gran nivel. Y nada mejor que enfrascarse en las batallas históricas para descubrirlo mientras disfrutas de unas escenas de acción apasionantes.

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Se echan en falta las batallas navales, que una vez más se desarrollan de forma automática, lo que resulta más grave teniendo en cuenta que la batalla más grande del conflicto tuvo lugar sobre agua; pero parece que finalmente Creative Assembly ha desistido a la hora de construir batallas del estilo. Algunos aficionados puede que echen en falta Agentes vistos en otros títulos de la franquicia, pero lo cierto es que la diplomacia y el espionaje está tan potenciado, que personalmente no los he echado en falta. ¿No te gusta la idea de tener generales con tanto poder? Three Kingdoms permite apostar por un estilo de juego más tradicional, con los generales protegidos por un séquito personal como ocurre en otros capítulos de la saga Total War. También se acaban los duelos y, por otro lado, las tropas sufrirán de forma más acuciada los efectos del cansancio.

Cada facción tiene un rasgo que la define, como Cao Cao, que puede usar su credibilidad para cambiar la opinión de sus adversarios.
Cada facción tiene un rasgo que la define, como Cao Cao, que puede usar su credibilidad para cambiar la opinión de sus adversarios.


Tras sobreponerte a innumerables peligros, la campaña principal enfrentará a tres grandes reyes por el trono de China, y en ese punto, todo lo aprendido será esencial para alzarse con la victoria. Dependiendo de la facción escogida el desafío será más o menos duro, pero el viaje siempre resulta apasionante. Cierto es que podría haberse innovado más en los asedios, introducir nuevas mecánicas de combate, pero en general Three Kingdoms es un videojuego que atrapa y emociona como pocos. Por no mencionar su poderosa puesta en escena, con un gran respeto por la tradición y la historia China, llevándonos a luchar contra miles de enemigos en escenarios de una belleza sin igual. Lo hace además con una gran optimización, sin errores de bulto, y funcionando de forma eficiente en una amplia variedad de equipos.

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La interfaz de usuario presenta un acabado extraordinario

La interfaz de usuario también presenta un acabado extraordinario, facilitando la gestión del imperio. El tutorial resulta en este punto adecuado para que incluso los usuarios nóveles se adentren sin problema en la profunda acción estratégica de Total War. Por otro lado, en lo sonoro el videojuego está a un grandísimo nivel, con un variado repertorio de melodías que casan perfectamente con la acción que recrea. Las escenas cinemáticas, con un estilo ilustrativo, llegan con voces al español de gran calidad, mientras que los diálogos entre los generales respetan la actuación original en chino. Muchas luces y pocas sombras para un videojuego que hace honor al legado de la serie Total War. Es cierto que se echan en falta ciertas opciones y que habría estado genial toparse con algunas nuevas mecánicas de asedio, pero hay pocos títulos de estrategia que sorprendan, emocionen y diviertan tanto como esta épica recreación de la China del Romance de los Tres Reinos.

Magnífico

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Total War: Three Kingdoms

Por: El equipo de 3DJuegos
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Convertirse en el emperador de China es un reto apasionante con el que es difícil no pasarlo bien. Con sus siempre espectaculares batallas multitudinarias, la presencia de héroes dota a la acción de un componente más épico que le sienta fenomenal, pero es sin duda en la gestión del imperio; en la diplomacia y el espionaje, donde Total War: Three Kingdoms muestra sus mayores fortalezas, dándonos opciones más que suficientes para alcanzar la gloria siguiendo nuestro propio camino.

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  • Emocionantes y espectacular batallas campales donde la estrategia lo es todo
  • Los generales, convertidos en héroes en el modo Romance de los Tres Reinos
  • Abundantes opciones diplomáticas y de espionaje. La gestión del imperio es lo mejor
  • Se echan en falta una mayor variedad de tropas y las batallas navales
  • Más allá de los héroes, hay pocos cambios en la forma de plantear la guerra
Jugadores: 1-8
Idioma: Textos en español y voces en español / chino
Duración: Incalculable
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