Análisis de Railway Empire. Un juego de gestión con trenes clásicos y muchos modos de juego

Análisis de Railway Empire. Un juego de gestión con trenes clásicos y muchos modos de juego
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Railway Empire llega a Nintendo Switch dos años después de su aparición en PC, PS4 y Xbox One. Este juego de gestión de trenes sigue siendo un buen referente dentro del género pero, ¿consigue esta versión de la portátil de Nintendo estar a la altura? Ponte cómodo y disfruta del viaje, que te lo contamos en el análisis de Railway Empire.

Corría el año 1825 cuando George Stephenson construyó la primera línea ferroviaria pública del mundo que utilizó locomotoras a vapor. Aquel hito sucedido en Inglaterra marcó el devenir de la sociedad moderna hasta nuestros días. En la actualidad el transporte sobre raíles mueve a millones de personas todos los días en trayectos urbanos e interurbanos. Sin embargo, esos caminos de hierro que parecen haber estado siempre ahí tuvieron un comienzo, unos pioneros y multitud de historias girando a su alrededor. En Railway Empire asistimos al período de su creación y expansión a través del continente americano durante el siglo XIX. Una epopeya que unió las costas pacífica y atlántica.

La expansión hacia el Oeste americano ha sido objeto de innumerables relatos en la literatura, el cine y, por supuesto, el videojuego. En el caso concreto de Railway Empire no es el primer juego de gestión de trenes que ve nuestro medio. Otros como Train Valley, Train Sim World o RailWorks se han atrevido a hacer sus aproximaciones al mundo del ferrocarril desde distintos ángulos y propuestas. Lo que destaca a Railway Empire sobre el resto, dejando un sabor de boca más agradable que sus competidores, es saber enmarcarse dentro un período histórico tan icónico como concreto. El jugador puede permitirse el lujo de soñar partiendo de su propuesta en perspectiva isométrica gracias a un buen puñado de modos de juego y un acertado elenco de personajes que acompañan al título.

El sistema circulatorio de un titán

Pese a lo que pudiera parecer, Railway Empire no es una experiencia basada únicamente en la gestión de locomotoras, andenes y raíles. Nuestras vías son la fuente de alimento de la distintas ciudades y pueblos que alcanzan. De la misma manera que nuestras arterias llevan la sangre a cada tejido de nuestro cuerpo, las vías y trazados en Railway Empire van a ser juez y parte del destino de los asentamientos que alcancen. Por lo tanto, no estamos solo ante decisiones de trazado o mejora de nuestras locomotoras. El componente estratégico, el comercio y el abastecimiento de recursos juegan un papel fundamental en el título.

Las cinemáticas entre capítulos van a amenizar las transiciones durante el juego.
Las cinemáticas entre capítulos van a amenizar las transiciones durante el juego.

No sería sensato tratar de abastecer una ciudad que vive de la industria textil sin hacer circular nuestra red de trenes por plantaciones en las que abastecerse. En Railway Empire, el objetivo no es sólo llegar, es convertirnos en la mayor y más potente empresa ferroviaria que el lejano Oeste haya conocido. Una aparente virtud de este Railway Empire es proponer al jugador hasta cuatro modos de juego que nos brindan un buen puñado de horas de entretenimiento. En primer lugar, tenemos la campaña. A lo largo de cinco misiones que emprendemos en un contexto de 100 años el juego propone una serie de requisitos que cumplir en un tiempo limitado. Estos objetivos son variados y no sólo van a tener que ver con nuestros trenes; tendremos por ejemplo que conseguir un determinado beneficio trimestral, aumentar la población de una urbe, poner en marcha una serie de trenes al mismo tiempo o transportar un número de pasajeros concreto.

Un juego de gestión con trenes clásicos y muchos modos de juego


En el modo campaña se han de completar las misiones por orden para ir desbloqueando nuevas.
En el modo campaña se han de completar las misiones por orden para ir desbloqueando nuevas.

En el modo escenarios encontramos misiones que abarcarán períodos de 20 años. Parte de la gracia de esta modalidad es que abandonaremos en algunos momentos América del Norte para expandir nuestras vías hacia el centro y sur del continente gracias a las tres expansiones que contiene esta versión de Nintendo Switch. Las misiones no distan demasiado de lo visto en la campaña, planteándose en ocasiones más de una con unos objetivos a cumplir. Para diferenciarse, esta variante de juego introduce un factor tan divertido como necesario: competidores.

Estos rivales manejados por la inteligencia artificial también se lanzan a la conquista del territorio expandiendo sus propias vías y originando situaciones un poco más complejas que las vistas en la campaña principal. Por otro lado, en cada uno de estos escenarios tendremos varias misiones que podremos afrontar en el orden que queramos y cuantas veces deseemos. Si bien el modo escenarios y la campaña solo dejan al jugador personalizar el tipo de pausa de la partida, el modo libre da la oportunidad de editar más a fondo cada uno de los escenarios marcando el número de competidores, el nivel de la IA o el capital inicial con el que partimos entre otras características. Lo cierto es que, aunque no es un modo en el que comenzar sin haber adquirido antes los mecanismos básicos del juego, es la propuesta que más he disfrutado. Esto se debe sobre todo a la eliminación del factor tiempo que tienen otras formas que pueden hacer de la experiencia algo estresante por momentos.

Para acabar con su oferta, Railway Empire pone a disposición del usuario una suerte de modo sandbox. Con todo desbloqueado desde el principio y capital económico ilimitado el título invita al jugador a experimentar y probar todo lo que puede dar de sí en cuanto a creación de recursos. Sin duda, esta será la opción elegida por aquellos que deseen explayarse durante tiempo ilimitado en todo lo que Railway Empire es capaz de hacer.

Vapor y carbón

El árbol de mejoras está bien nutrido y es un vicio tratar de desbloquearlas todas.
El árbol de mejoras está bien nutrido y es un vicio tratar de desbloquearlas todas.

Al cumplir con los desafíos que propone Railway Empire lo haremos en la piel de alguno de los seis personajes que el título nos da a elegir. Este variopinto grupo se compone de figuras tan diferentes como un ingeniero, un gánster o un general, por ejemplo. Para decantarnos por uno u otro, el juego otorga una serie de atributos especiales para cada uno de ellos con sus consecuentes beneficios sobre nuestra partida. Se agradece en este punto un buen trabajo de balanceo por parte del estudio, por lo que no se siente que uno dé unas ventajas más significativas que otro animando al jugador a probar el juego con todos.

Se ha adaptado bien a Nintendo Switch, pero el modo portátil no resulta del todo cómodo para jugar

Además, el título incorpora algunas situaciones emergentes que añaden frescura a la jugabilidad, teniendo que hacer frente a sabotajes o espionaje industrial. Para aderezar las partidas contamos con algunos periódicos que aumentan el trasfondo de la historia y son testigo de nuestros progresos. Cuándo nos ponemos manos a la obra es imprescindible estudiar con calma el discurrir de nuestras vías, eligiendo con sabiduría dónde y a qué coste colocamos nuestros raíles. Para ello el juego cuenta con una buena implementación del control en su versión de Switch, directamente heredada y ajustada de las versiones de PS4 y Xbox One. La interfaz resulta amigable y los menús desplegables en forma de rueda son una solución práctica para un título con multitud de opciones. Sin embargo, en modo portátil ha habido momentos en los que no me he sentido del todo cómodo, viendo el conjunto demasiado pequeño por lo que no recomendaría esta opción a menos que fuera estrictamente necesario.

Un juego de gestión con trenes clásicos y muchos modos de juego

Algo parecido me ha pasado con los tutoriales. Extensos y detallados en algunos puntos, existen otros que quedan menos explicados y pueden resultar confusos durante las primeras horas de juego. Nada que no se acabe solucionando al cabo de un rato pero que puede alejar de la experiencia a jugadores menos avezados en el género. Resulta especialmente criticable que, a pesar de que el programa lleva ya dos años en el mercado no haya aprovechado la ocasión para pulir algunos de estos fallos que son del todo subsanables con relativo poco esfuerzo.

La versión de Switch queda por debajo de sus hermanas en el apartado técnico.
La versión de Switch queda por debajo de sus hermanas en el apartado técnico.

En el apartado de gestión destaca el rol de las ciudades. En estos asentamientos tendremos que construir estaciones de un tamaño adecuado al tráfico y el volumen de población, promocionar un tipo de industria favorable a nuestra ruta principal que sea abastecible desde los ramales periféricos e, incluso, crear atracciones que aumenten el flujo de pasajeros hacía una ciudad. En cuanto a los trenes, lo más disfrutable es ir mejorándolos a través del uso de puntos de innovación que sirven para ir habilitando nuevas mejoras que se presentan en formato de "árbol de habilidades". Cada uno de estos segmentos de mejora se adaptará a la distinta época en la que nos encontremos durante la misión. Dependiendo del contexto y el año, se irán sumando nuevos modelos de locomotora con un total de unas cuarenta en el conjunto de la experiencia. Todas ellas responden a un modelo totalmente real, consiguiendo ser una buena recreación de los mismos.

Sin embargo, alguien como Sheldon Cooper hubiera demandado algo más de profundidad en esta faceta, con alguna explicación o descripción de la máquina en cuestión más detallada o histórica. A medida que progresamos observamos cómo el dinero y las finanzas van ganando importancia, porque no lo olvidemos, como representantes de la Union Pacific nuestro objetivo es el progreso: del país y de nuestro bolsillo. Este es un apartado especialmente áspero en el juego. Los informes trimestrales resultan abrumadores y cuesta saber qué es qué, mostrando una gran cantidad de números que va a costar interpretar adecuadamente.

Un juego de gestión con trenes clásicos y muchos modos de juego

El apartado gráfico de Railway Empire en Switch es uno de sus puntos más flojos. Cierto es que el título no fue un portento técnico en su lanzamiento en PC y las consolas de Microsoft y Sony, pero esta versión en la híbrida de Nintendo sale especialmente mal parada. Se echan de menos algunas texturas de los entornos y se aprecian modelados y sombras muy por debajo de las versiones lanzadas al mercado hace dos años. En modo portátil su rendimiento se ve aún más desmejorado al acompañarse de una fuente de texto con un tamaño muy pequeño que, siendo el tipo de juego que es, denota a todas luces el poco mimo que se ha puesto en su conversión. Su mejor cara se muestra en los vídeos introductorios de aspecto dibujado y sus personajes, con un estilo propio atractivo ganando encanto visual sobre el apagado mundo que es, en muchos momentos Railway Empire.

Todas las locomotoras responden a un modelo totalmente real, consiguiendo ser una buena recreación de los mismos

Los escenarios se sienten vacíos y las ciudades muestran poca personalidad. Por supuesto, el programa no persigue estos objetivos, pero creo que un poco más de esmero en esta faceta la hubiera sentado de maravilla. En lo sonoro Railway Empire resulta cumplidor en efectos y melodías que acompañan de manera acertada lo que acontece en pantalla y que evocan a los Westerns más queridos por todos. Esto queda en nada si lo comparamos con el excelente trabajo de localización al castellano que se ha hecho, especialmente en voces contando con un buen puñado de actores reconocibles por el gran público para dar vida a cada uno de los personajes del juego. Como apunte final, me sorprende que no se haya añadido la expansión de países de Europa, pues habría hecho de esta la versión definitiva de Railway Empire.

Interesante

Sin sello
Un juego de gestión con trenes clásicos y muchos modos de juego

Railway Empire

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Railway Empire no pierde su esencia dos años después de su lanzamiento en PC, PS4 y Xbox One, pero su versión en Nintendo Switch no brilla como esperábamos. Pese a añadir algo de contenido adicional, desaprovecha la oportunidad de lanzar al mercado una edición definitiva que contrarreste las carencias técnicas del port.

Comprar Railway Empire
  • Excelente doblaje al castellano
  • Su sistema de gestión es profundo y divertido, con muchas modos de juego
  • Si te gustan los trenes, disfrutarás viendo las locomotoras y construyendo vías
  • Su apartado gráfico ha sufrido importantes recortes
  • El modo portátil no es el más indicado para disfrutar del juego
  • Se echan en falta tutoriales que expliquen mejor su funcionamiento
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español y voces en inglés y alemán
Duración: 35 horas (Campaña)
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