Holfraine es un proyecto surgido de la iniciativa PlayStation Talents, pero a diferencia de otros juegos nacidos de esa misma plataforma, este hero shooter está muy lejos de cumplir con las expectativas. En el análisis de Holfraine os hablamos de un videojuego que a pesar de sus buenas ideas, no termina de alcanzar el nivel de calidad esperado.
Seguro que alguna vez has emprendido un nuevo proyecto cargado de ilusión, con la compañía de muchas emociones distintas y ganas de hacer grandes cosas. Pero marcarte objetivos que puedas cumplir, afrontar situaciones de manera realista y ser consecuente con lo que hagas es fundamental para alcanzar el éxito. Precisamente, parte de esto es lo que le falta a Holfraine. Cuando concibes tu desarrollo desde su comienzo siendo un multijugador de disparos en tercera persona con tintes de hero shooter estás apuntándote a una liga senior. Es el público más duro, el más volátil y en muchos casos, también es el más exigente. Ahí tenemos ejemplos como el de Battleborn o Paladins, títulos que no han aguantado en la lucha contra el incombustible Overwatch o el persistente Apex Legends. Como digo, dentro de un género donde títulos con enormes cantidades de dinero y creativos contrastados involucrados en su desarrollo han naufragado, intentarlo desde la posición de un estudio con tantas limitaciones es como hacer el paso de Drake con una colchoneta de playa: es difícil que salga bien.
Lo cierto es que la idea de Holfraine tiene sentido. ¿Por qué optar siempre por elegir entre los distintos modos que existen en el género de manera recurrente? En este título se plantea un solo modo de juego: todo en uno, all in 1. La premisa es sencilla. Tomamos varias fórmulas de misión en una sola sesión, como por ejemplo eliminación, protección de zona y captura de dron, en partidas rápidas de aproximadamente diez minutos de duración. Quien llegue a 50 en el marcador gana. El problema viene en cómo se integran esos modos. Holfraine los plantea de forma progresiva. En cada momento habrá un objetivo distinto y, ocasionalmente, dos a la vez. Sin embargo, Holfraine no se atreve a poner sobre la mesa una situación jugable única en su género, carece de un momento en el que tengas que decidir realmente qué hacer. La sensación es la de que, sin salir de la partida, vas pasando por los tres modos de juego que plantea, pero nunca he tenido la percepción de enfrentarme a algo distinto de lo que ya se encuentra en otros títulos del género. Pero sería demasiado culpar al equipo de Fluxart por querer intentarlo al menos. Viendo que otros con más presupuesto y experiencia no lo han hecho ya por algo será.
Sin sensaciones a los mandos
En este título se plantea un solo modo juego: todo en uno, all in 1
Holfraine cuenta seis personajes entre los que puedes elegir para enfrentarte en ese único modo de juego 3 vs 3. Todos ellos diferentes entre sí, con modos de disparo y armas principales distintas así como tres habilidades propias para cada uno de ellos a los que se les añade una "ulti". Sin embargo, la parrilla se siente descompensada. Personajes como Countdown, Sonar o Psycho están un peldaño por encima de los demás en cuanto potencia y calidad de fuego, algo que no compensan los demás personajes con sus técnicas de apoyo. Este buen número de habilidades con las que cuenta cada personaje no logra crear sinergias entre ellos. De hecho, no es posible formar una escuadra con tus amigos, esto va directamente en la dirección opuesta del concepto de shooter por equipos competitivo. En Holfraine juegas con y contra quien caigas, no puedes comunicarte con ellos de ninguna forma, no hay sistema de gestos ni comunicación por voz. Irremediablemente, todo esto va a desembocar en demasiadas ocasiones en que cada uno acabe haciendo la guerra por su cuenta.
Cómo ves, Holfraine no destaca por su apartado cooperativo, algo que hubiera sido hasta cierto punto perdonable si su gameplay estuviera a un mejor nivel. Holfraine se queda muy atrás en cuanto a sensaciones. Cuando disparas se siente tosco e impreciso. No te devuelve nada. No hay una vibración o un efecto de sonido que te diga que estás dando en el blanco. No existe feedback para tus acciones. En definitiva, no sientes que tus disparos impacten en el rival o contra las piedras. Nada. Carece de lo que Steve Swink denomina como game feel. Esto es algo que ningún juego de disparos se puede permitir, nunca, ni por pequeño que sea el desarrollo. La única referencia que tienes es la barra de vida de tus rivales que verás ir descendiendo conforme disparas, pero claro ¿dónde fijas tu atención? ¿En la barra o en el enemigo? En la misma línea están las habilidades de nuestros personajes. Imprecisas a la hora de ejecutarlas, no sabes muy bien si has hecho o no blanco. Además, algunas de ellas, particularmente las destinadas a esquiva o desplazamiento rápido, no son todo lo solventes que cabría esperar.
Es por todo esto que definiría a este juego como un "proyecto" y no tanto un videojuego. Hay demasiadas cosas sin pulir, se nota que ha faltado tiempo, dinero o fuerzas. O todo a la vez, no lo sé. Me apena, tengo que reconocerlo. He podido seguir este proyecto desde su comienzo; he entrevistado a la gente de Fluxart e incluso he jugado con ellos a betas del título en ferias. Pero Holfraine es lo que es. Tiene carencias y está lejos de cualquier otro juego del género con cierta relevancia. Muestra de ello es el hecho de que solo tengamos un escenario al que jugar una y otra vez. Este mapa no es demasiado grande, aunque está bien ajustado para los enfrentamientos tres contra tres. Sin embargo, cuando llevas un par de horas ya lo has visto todo. Los cambios de iluminación en función del momento del día en el que juegues no son suficientes para paliar esta falta de profundidad en el diseño de escenarios, aunque en lo técnico rayan a buen nivel y dan algo de frescura al juego.
Holfraine cuenta con seis personajes, todos ellos muy diferentes
Holfraine incorpora un sistema de progresión y de rango estéril. Sirve, eso sí, para ganar algunas monedas con las que desbloquear skins y avatares dentro de la tienda del juego, algo que también puedes hacer comprando sus betmonedas a través de PlayStation Store. El aumento de nivel no se ve reflejado en el matchmaking (al menos de momento) ni otorga mejoras jugables de ningún tipo. Movido gracias al motor Unity, el juego es sólido en su rendimiento en PS4. Mantiene su tasa de imágenes por segundo estables incluso en los momentos de acción más acelerados. El diseño estético de sus personajes está bien trabajado aunque no destaca por la personalidad o los rasgos de estos que, por momentos pueden recordar demasiado a otros que se encuentran en títulos del mismo género. Siempre es positivo encontrar juegos completamente traducidos al castellano como es el caso de Holfraine, si bien carece de cualquier tipo de voz siendo su apartado sonoro en lo que a efectos se refiere mejorable.
En definitiva, Holfraine debe de ser juzgado en su contexto dentro de la iniciativa Talents. Fluxart demuestra tener una buena base para seguir trabajando en futuros desarrollos aunque han de centrarse en ideas y géneros que les sean asequibles si quieren lograr el éxito comercial y dejar de ser un mero proyecto. Probablemente su punto más destacado sea su honestidad con el jugador en cuanto a su precio se refiere. Holfraine llega al mercado por un coste de tan sólo 4,99 euros e incluido de salida en PlayStation Plus, si bien este punto puede ser discutido por la necesidad propia del juego que tener una comunidad de que lo respalde detrás. Habrá que ver qué evolución y nuevas actualizaciones tiene después de marzo ya que sus carencias y la competencia en su sector lo alejan de poder mantener al jugador demasiado tiempo enganchado.
Un proyecto con alguna que otra idea interesante pero demasiado pobre en cuanto a opciones de juego. Holfraine ha entrado a competir en un género donde pocos sobreviven, y lo hace con pocos atractivos para el jugador al margen de su bajo precio o ser parte de los juegos de PS Plus en marzo. Con pocos personajes entre los que elegir, un único mapa donde competir, y mejorables sensaciones de disparo, más allá de sus buenas ideas solo hay algunos buenos ratos que salvar de este hero shooter.
- Héroes muy distintos entre sí con armas y estilos de combate variados
- El atrevimiento de desarrollar un modo de juego diferente en su género
- El aspecto shooter está poco trabajado y a veces se siente tosco e impreciso
- Un único modo de juego y un único mapa es muy poco para un juego de este género
