El universo BioShock en la palma de tus manos. Cuesta resistirse a algo así pero… ¿qué tal se ha adaptado BioShock The Collection a Nintendo Switch y su modo portátil? En este análisis rememoramos la grandeza de esa saga de aventuras de acción, y te contamos si merece o no la pena apostar por ella en la consola híbrida.
Desde que exploré la increíble ciudad submarina de Rapture hace ya más de diez años no había vuelto a enfrentarme a la acción del BioShock original, así que el lanzamiento de BioShock The Collection en Nintendo Switch ha sido la oportunidad perfecta para reencontrarme con este clásico de Irrational Games. Y aunque es verdad que en algunos aspectos el videojuego de Ken Levine ha envejecido de forma clara, esta sigue siendo una experiencia fascinante. Sin darme cuenta, avancé y avancé por el caótico, lúgubre y a la vez hermoso mundo submarino de Rapture devorando con la pasión de antaño cada fragmento de su historia; disfrutando de cada paso que daba por el que es uno de los escenarios de videojuego más increíbles y memorables de cuantos recuerdo. Tan importante es su ambientación, tan poderosa es su atmósfera, que te atrapa sin remedio por mucho que sus tiroteos, antaño espectaculares, se sientan ahora algo simples y torpes. Casi que es lo de menos en un juego que no deja de sorprender con unos parajes y enemigos cada vez más impresionantes.
Fue salir del batiscafo, enfrentarme a los primeros Splitters, y sentir ese torrente de emociones que me cautivó hace ya más de una década. Qué increíble es la experiencia BioShock. Aunque los enemigos son torpes y no muy listos, provocando que los combates sean menos épicos de lo que recordaba, aún puedes disfrutar y mucho de sus tiroteos gracias a todas esas habilidades especiales derivadas de los plásmidos, con las que puedes provocar el caos a tu alrededor disfrutando de cierta libertad de acción en el sentido de que tú decides cómo afrontas la lucha. Puedes optar por piratear las medidas de seguridad de Rapture para masacrar a balazos a los enemigos sin ponerte en riesgo; o usar combustible en el suelo para prenderle fuego y causar una explosión letal. Aún recuerdo lo mucho que me sorprendió en su día la interacción con unos escenarios que podían ser trampas mortales, y es algo que sigue funcionando muy bien tantos años después. Por eso me alegra ver un clásico como este funcionando en Nintendo Switch de una forma tan satisfactoria. Y lo mejor es que no viene solo.
Tres grandes aventuras en la palma de tus manos
El gran atractivo de BioShock The Collection, claro, es poder disfrutar de sus tres videojuegos en el modo portátil de Nintendo Switch, así que la pregunta es clara: ¿qué tal se desenvuelven en la palma de tus manos? Os diría que muy bien, que las sensaciones son geniales, pero obviamente pierden parte de esa espectacularidad que los caracteriza. Con una apuesta por la resolución dinámica, hay momentos en los que la acción pierde bastante nitidez en este trabajo de Virtuos, sobre todo en la entrega original, lo que le resta algo de atractivo a la experiencia visual.
La resolución en el dock oscila entre los 1080p y los 720p, mientras que el modo portátil apuesta por un máximo de 720p y 540p. No suelo ser alguien obsesionado con estos temas técnicos, así que me quedo con las sensaciones, y estas son muy positivas. BioShock The Collection en Nintendo Switch se ve muy bien, conservando intacta esa genial puesta en escena que hace que disfrutes más si cabe de la exploración de sus increíbles escenarios. Especial mención para un BioShock Infinite que se ha adaptado fantásticamente bien a la consola, incluso en su modo portátil, con un buen nivel de detalle en escenarios y personajes, además de unos efectos de iluminación que contribuyen a dotar de mayor espectacularidad a su acción. Hay matices, sí, como texturas poco definidas u otras que tardan más en cargar, pero cuesta no quedar asombrado con el trabajo de Virtuos en esta adaptación; de las mejores en la consola.
En general mi regreso a la ciudad en los cielos de Columbia ha sido emocionante, con esos primeros minutos que son una maravilla, y suponen además un contraste brutal con lo visto en las entregas originales. Aquí hay luz y color; gente disfrutando de un paraíso en los cielos donde no parece haber problemas, frente a esa Rapture ruinosa que te daba la bienvenida en BioShock, con enemigos acechando en cada esquina. La alegría se apodera de ti, incluso participas en las actividades festivas de la feria… hasta que llega el drama, te enfrentan a una decisión que te descoloca por completo, y lo que antes era paz y amor se convierte en tiros, explosiones y saltos imposibles gracias al uso de un gancho que es una de las claves de la acción de BioShock Infinite. Sus tiroteos son rápidos, los enemigos no se están quietos, aprovechando la verticalidad de los escenarios para tratar de emboscarte. Y entre medias tienes a tu alcance nuevos poderes especiales y la ayuda de una Elisabeth, que es uno de los mejores personajes aliados que puedes encontrar en un videojuego.
Aquí es posible que a algunos se os haga cuesta arriba disfrutar de esta acción frenética a 30fps, tanto en el dock como en el modo portátil, aunque es algo a lo que te puedes acostumbrar. Obviamente me habría encantado ver las 60 imágenes por segundo por lo menos en el primer BioShock, que para algo es el más veterano, pero como digo, el rendimiento en la consola es bastante sólido y se deja disfrutar sin problemas. Eso sí. Dado que Infinite presenta combates más frenéticos y numerosos, el juego sufre a veces de algunas leves ralentizaciones que pueden entorpecer la acción. Por otro lado los subtítulos se ven demasiado pequeños, lo que podría arreglarse en futuras actualizaciones, y hay otro detalle que echo en falta relacionado con el sistema de control.
Cuando estoy en el televisor uso el Mando Pro de Nintendo Switch que funciona de mil maravillas, pero los Joy-Con no resultan tan precisos, así que me habría encantado tener la opción de usar el control por movimientos valiéndome del giroscopio en la línea de otros shooters publicados en la consola híbrida. Es obvio que hay un gran trabajo de adaptación tras esta BioShock The Collection, pero le ha faltado sacar mejor provecho a algunas de las particularidades de la máquina de Nintendo. Otro ejemplo. El esquema de control varía entre BioShock y BioShock Infinite, lo que puede generar confusión al haber botones que en un juego sirven para una cosa y en el otro, para otra bien distinta (era así en el original). Es una tontería, pero podría haberse estandarizado un único modelo en los tres juegos. Dicho esto, aquí tenéis horas y horas de contenidos de calidad, pues además de los juegos principales se han añadido todos sus DLC con objetos extra y mejoras para las armas, además de nuevas misiones o desafíos.
Especial mención para los DLC de BioShock Infinite que nos llevan directamente a Rapture, ¡y son geniales! La colección no se olvida tampoco de un interesante modo "comentarios del director" que nos permite descubrir algunos de los secretos del desarrollo de esta genial serie BioShock, volviendo a quedar fuera -era obvio tras PS4 y Xbox One- el multijugador de BioShock 2, que era una de las fortalezas de esta entrega, protagonizada por un Big Daddy. De la adaptación a Nintendo Switch me quedo también con el apartado sonoro, que conserva intacta su enorme calidad, incluyendo las voces al español y una atractiva banda sonora. ¿Merece o no la pena apostar por esta colección en la consola híbrida? Más que nunca, es una decisión muy personal.
Se echa en falta el control por movimientos con el giroscopio
2K Games ha adaptado con acierto a Nintendo Switch tres grandes videojuegos de acción, dos de los cuales están considerados como algunos de los mejores juegos de la pasada generación. Así que tener la oportunidad de disfrutar de BioShock o BioShock Infinite en la palma de tus manos es una maravilla (algo que se intentó con PS Vita y acabó cancelado). No va a ser tan vistoso y espectacular como jugarlo en PC, PS4 o Xbox One, pero a cambio ganas poder disfrutar de los combates en Rapture y Columbia vayas donde vayas. Y si ya los jugaste, es una buena excusa para hacer tiempo a la espera de ese esperado nuevo BioShock de Cloud Chambers Eso sí, como apunte final, un tirón de orejas a sus responsables, por estrenar una versión en físico que igualmente te obliga a descargar gigas y gigas de contenidos a tu tarjeta de memoria.
Regresar al mundo de BioShock, esta vez en formato portátil, ha sido una experiencia fantástica. Aunque los tiroteos del clásico de Irrational Games se sienten ahora simples y algo torpes, explorar Rapture continúa siendo uno de esos viajes que ningún aficionado al videojuego debería perderse. Y lo mismo podría decirse de la Columbia de BioShock Infinite, en la que la acción está más pulida y resulta más espectacular. Así que poder disfrutar de estos juegos memorables en la palma de tus manos es pura fantasía.
Comprar Bioshock: The Collection- La trilogía BioShock son videojuegos que nadie debería perderse
- Explorar las ciudades de Rapture y Columbia: su ambientación es genial
- Jugar en modo portátil. No es tan vistoso, pero es fantástico poder jugar así a BioShock
- La resolución dinámica: a veces cae demasiado y muestra escenas poco nítidas
- La ausencia de control por movimiento, que habría ayudado a disfrutar más de los tiroteos
- Los combates, sobre todo en el primer BioShock, se sienten ahora simples y algo torpes
