Sniper: Ghost Warrior Contracts fue un paso adelante importante para esta ya veterana serie de acción; una notable evolución de sus mecánicas de juego que, aparentemente dibujaba un futuro prometedor para la serie. Lamentablemente, su segunda entrega no sigue esa senda del éxito, olvidando mucho de lo bueno que se hizo en 2019.
Esperaba con comedido entusiasmo este Sniper: Ghost Warrior Contracts 2. Su entrega de 2019 superó mis expectativas al añadir una serie de elementos a su acción que la convertían en un híbrido interesante en el mercado de los juegos de francotiradores dominado tradicionalmente por la saga Sniper Elite. A medio camino entre un juego de disparos en primera persona, una estructura que recordaba a lo visto en sagas como Hitman y un toque Deus Ex por aquello del uso de la máscara y cierto componente de plataformas, la mezcla de elementos acabó convenciéndome. Su estructura de regiones extensas en las que cumplir con distintos objetivos al más puro estilo sandbox lo hacían extrañamente divertido y con un sabor diferente.
Esta segunda entrega respeta algunos de esos ingredientes, pero se queda lejos de evolucionarlos. De hecho, se olvida de muchas de las cosas que hizo en los parajes nevados de Siberia y nos transporta a un país ficticio de Oriente Medio. Una zona que puede que se preste para menos florituras en lo jugable, pero a la que no se ha sabido sacar más partido. No hace ni un año y medio desde que viéramos Sniper Ghost Warrior Contracts y creo que eso es algo que se ha acabado notando demasiado en un desarrollo que, si bien es sólido en lo que hace, supone un estancamiento en la buena progresión que mostraba la saga.
Pocas novedades bajo el sol de Oriente Medio
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En cuanto a la historia, nada sorprendente ni que pueda llamar especialmente la atención. Un dictador muerto, una viuda que asume el poder y varios grupos de presión que luchan por hacerse con el control de la zona. Nuestra misión: acabar con todos ellos. De esta manera, Sniper Ghost Warrior Contracts 2 ofrece al jugador hasta 5 regiones diferentes en las que completar distintos objetivos principales y secundarios. En la mayoría de los casos tratan de acabar con la vida de los lugartenientes de la viuda ahora en el poder y con ella misma. En otras, las menos, tendremos que sabotear comunicaciones o hacer volar depósitos de armas o suministros.
Aunque en un primer vistazo pueda parecer que estamos ante regiones muy extensas realmente no siempre es así. El título se estructura en dos tipos de encargos: los tradicionales, en los cuales abordaremos la misión de manera más libre, incluso podemos pasar olímpicamente del rifle francotirador y optar por la infiltración y el sigilo al más puro estilo Metal Gear y, en esos sí, explorar el escenario al completo. También tenemos contratos de larga distancia, en los que solo es posible cumplir con nuestro objetivo ejecutando ciertos tiros a más de un kilómetro o kilómetro y medio de distancia. Sin duda un buen reto si intentamos llevar a cabo los desafíos complementarios para asesinatos que el título propone ateniéndonos a ciertas condiciones y, probablemente, los disparos más largos vistos en un videojuego.
El problema es que sobre el terreno no hay mucho más que hacer, conseguir algunos botines en forma de recompensa por ejecutar asesinatos adicionales (4 en todo el juego y solo presentes en 2 regiones) y encontrar algunos coleccionables que aumenten nuestros puntos para gastar dentro del árbol de desarrollo. Es una lástima porque, precisamente al juego le va muy bien en los momentos en los que requiere hacer algo más que tumbarte y disparar con precisión. Se nota que hay cierto esfuerzo por dar algo de variedad a los escenarios dentro del paisaje desértico de Oriente Medio, y algunas de las instalaciones e interiores que tenemos que recorrer están a buen nivel, contando con un par de zonas menores donde tendremos que sumergirnos bajo el agua. Sin embargo, estos momentos son destellos. Sniper Ghost Warrior Contracts 2 se queda corto, sabe a poco, son excepciones y tras 12 horas hasta completarlo me ha dejado una sensación de cierta indiferencia. Se echa de menos mayor variedad en los encargos e incluso los desafíos no pasan de ser pequeñas variantes que pueden no acabar de atraer a todo el mundo.
Dificultad ajustable en Sniper Ghost Warrior Contracts 2
Al igual que su predecesor, lo nuevo de CI Games viene con cuatro niveles de dificultad que puedes elegir al comienzo de cada partida, contando, además, con un modo asistido para aquellos que prefieran vivir una experiencia más arcade. Sin embargo, como ya pasara con la entrega de 2019, la inteligencia artificial sigue haciendo aguas, especialmente en lugares cerrados, donde no es difícil forzar la situación para acabar emulando la batalla de Cuba sin encontrar demasiada oposición, salvo por las unidades blindadas y algunos francotiradores, que requieren de más esfuerzo por parte del jugador para ser abatidas.
Se mantiene la presencia de municiones especiales para los distintos rifles de francotirador. Explosivas, eléctricas, de señuelo o, mis favoritas, perforantes. El tenerlas o no disponibles depende del modelo de rifle por el que nos decantemos y de las mejoras que vayamos implementando en él a base de gastar el dinero y los distintos puntos de progreso que obtenemos al cumplir contratos. Las opciones de personalización son variadas sin llegar a cotas demasiado altas, mucho del equipo adicional pronto queda obsoleto y no es difícil hacer con el mejor equipamiento para cada misión. Aquí se ha de prestar atención al tipo de contrato para equiparnos con rifles de mayor o menor alcance y, sobre todo, de silenciadores.
El árbol de habilidades visto en su precuela repite aquí, desbloquearlo entero requiere de hacer el juego al cien por cien, atendiendo a todos los desafíos, por lo que será necesario revisitar los escenarios más de una vez para lograrlos todos, sin duda, una buena decisión de cara a aumentar la vida útil del juego y más si tenemos en cuenta que, a medida que vamos cumpliendo contratos, conseguiremos nuevos puntos de extracción y viaje rápido desde los que comenzar la aventura pudiendo ir directamente al grano.
El problema es que sobre el terreno no hay mucho más que hacer
Además, de nuestro rifle de francotirador podemos portar y mejorar un arma secundaria automática, así como una pistola. C4, granadas, botiquines, cuchillos arrojadizos, etc. Existen un buen número de ítems de los que apropiarse e intercambiar durante el juego, todos fácilmente accesibles desde el menú radial, pero si hay un par de gadgets que brillan por encima de los demás esos son la torreta automática y el dron. Si bien la torreta sigue siendo muy útil para crear distracciones y bajas al mismo tiempo, me he quedado con la sensación de que el dron no se aprovecha tanto como el juego propone en sus primeros compases.
Al final, el hackeo de terminales o cámaras de seguridad pasa a un plano más secundario que es su predecesor, especialmente porque el manejo del dron con teclado y ratón en PC no termina de ser todo lo fino que cabría desear y por la existencia (casi enfermiza) en los escenarios de torres inhibidoras que impiden sacarle todo el partido. No obstante, gracias al árbol de desarrollo podemos tirar de él para lanzar dardos venenosos u obtener una mejor visual de la escena a la hora de planificar nuestros pasos.
Lo bueno y lo malo de Sniper Ghost Warrior Contracts 2
Con todo lo anteriormente mencionado ya te haces una idea de qué esperar de Sniper Ghost Warrior Contracts 2. Lamentablemente de su anterior entrega se han quedado algunas cosas por el camino. Hablo del sistema de pistas y rastreos que ofrecía la nieve para conocer las rutas de los guardas, que sí, que a lo mejor en la arena no hubieran funcionado igual, pero cuando manejamos a un mercenario que porta una máscara que le permite marcar y revelar su entorno a voluntad, pues qué queréis que os diga, a mí se me ocurren alternativas. Además, se ha perdido el sistema de rivales, que queda simplificado a los botines anteriormente comentados. El diseño de las misiones acaba sintiéndose más plano y los puntos de desarrollo se han simplificado en exceso, siendo algunas de las mejoras totalmente intrascendentes.
Además, a distancias medias y cortas, los tiroteos siguen arrastrando los fallos de anteriores entregas, y cuando no tenemos el rifle de francotirador en las manos, el manejo de nuestro personaje se sigue sintiendo algo torpe. Mejora la sensación de cadencia y retroceso con armas a dos manos automáticas, pero estas secciones tienen todavía mucho margen de mejora. Con el rifle de francotirador poco que objetar, es el núcleo central de la saga y dónde no falla, ofreciendo una experiencia inmersiva para aquellos que gusten de marcar la distancia con los prismáticos, regular la mirilla, calcular la distancia del objetivo, la dirección y la velocidad del viento. No obstante, siguen quedando elementos que añadir para lograr una experiencia de simulación aún más realista. Estoy hablando de factores como la humedad o altitud, es solo una idea.
He quedado profundamente decepcionado con la cámara de bala cinemática
Si bien este comportamiento de las armas era algo que esperaba en mayor o menor medida, he quedado profundamente decepcionado con la cámara de bala cinemática. Las tres o cuatro primeras veces es bastante resultona, pero a partir de ahí es repetitiva, plana y poco realista. Este es un lujo que no te puedes permitir teniendo un competidor como Sniper Elite en el mercado que saca un gran partido de esas animaciones gracias al efecto de rayos X. Mejor resultado han obtenido a la hora de ejecutar animaciones para asesinatos en sigilo o por la espalda, bien logrados y con mayor variedad.
En lo visual el juego deja estampas preciosas gracias a que los escenarios se han trabajado a mano punto por punto, sin ciclo día-noche, ni climatología dinámica esto le ha dado el espacio suficiente al estudio polaco para trabajar al detalle la iluminación y los detalles de sus escenarios donde asombra el trabajo llevado a cabo a largas distancias, así como la distancia de dibujado. Además, el título incorpora un sistema de desmembramientos muy espectacular, que hará las delicias de los amantes del gore.
Su rendimiento en PC, con mi equipo habitual (2080 Super, 32 GB RAM y procesador de 8 núcleos) consigue una tasa de 45 imágenes por segundo estables con máxima calidad gráfica y resolución 4K, estabilizándose en los 60 a 1440p sin necesidad de alterar las opciones gráficas. En cuanto al sonido, se han trabajado bien los efectos de las armas, sin grandes cambios con respecto a sus predecesores. El título llega con voces en inglés y textos en castellano.
Sniper Ghost Warrior Contracts 2 tiene a su favor que no hay muchos juegos como él en el mercado. Su accesibilidad y adaptabilidad a cualquier jugador sigue siendo un gran acierto y ofrece los disparos más largos vistos en un videojuego hasta el momento. Sin embargo, el progreso que mostró su antecesor en 2019 se ha visto cortado. Se echan de menos más de variedad en los contratos, se han perdido elementos como el rastreo o los rivales de su predecesor y no se saca un gran partido de actividades secundarias. El combate a corta y media distancia ,y la IA, si bien han mejorado siguen teniendo camino por recorrer. Lo cierto es que, sin disgustarme por completo, esperaba algo más de él, habiéndome dejado un tanto indiferente. Existen mejores alternativas en el género, incluso dentro de su propia saga.
- Sniper Ghost Warrior Contracts 2 tiene 4 modos de dificultad adaptables
- La cámara de bala cinemática es repetitiva e insulsa, y está lejos de sus competidores
- Sniper Ghost Warrior Contracts 2 ofrece la oportunidad de ejecutar disparos a más de un kilómetro de distancia
- Visualmente deja estampas preciosas, ambientado en un país ficticio de Oriente Medio
- Es bastante rejugable gracias al sistema de desafíos y progresión de dificultad
