La fortuna no sonrió a Kingdoms of Amalur y pese a su gran calidad, esta aventura de acción y rol cayó en desgracia junto a sus creadores. Ahora, 10 años después, vuelve a la vida con una remasterización que busca darle la fama que merecía, pero como verás en este análisis de Kingdoms of Amalur: Re-Reckoning, hay pocas mejoras y novedades en un videojuego que, eso sí, sigue siendo tan divertido como antaño.
La de Kingdoms of Amalur es una historia funesta. Tenía todo lo necesario para triunfar, todo aquello que deseas en una gran aventura de acción y rol, y sin embargo, fue una auténtica ruina. Tan grandes fueron sus promesas, tal la ambición que dio vida a este videojuego diseñado por auténticas leyendas del entretenimiento, que su caída en desgracia fue si cabe más demencial. Casi 400 empleados perdieron su trabajo, su secuela desapareció en el limbo, se canceló el MMORPG de Kingdoms of Amalur llamado Copernicus, y hasta el ya desaparecido equipo de 38 Studios acabó en los tribunales. Un relato de pesadilla para un gran videojuego que no merecía ese triste desenlace.
Por eso no fueron pocos los que dieron saltos de alegría cuando se anunció el regreso de este action RPG con Kingdoms of Amalur: Re-Reckoning, una remasterización que abría las puertas a que nuevos jugadores descubrieran su mundo de fantasía y, puede, con suerte, si gozaba del éxito merecido, en un futuro disfrutar de su ansiada secuela. Esta sería la mejor noticia posible, pero es una pena que THQ Nordic no haya rendido un mejor tributo a este colorido universo de fantasía. Su trabajo ha sido, por decirlo suavemente, algo perezoso en el sentido de que nos encontramos con las mejoras gráficas justas… y poco más. Con matices, eso sí, ya que se está dando forma a una expansión de contenidos completamente original que se estrenará en 2021, y de la que hasta la fecha nada más se sabe; ¡pero ya son nuevos contenidos!, casi diez años después del estreno del original, y es algo que pocos podrían imaginar tras el catastrófico desenlace de esta franquicia.
El trabajo de remasterización es algo perezoso: las mejoras gráficas justas y poco más.
¿Lo malo? Lo dicho. Apenas hay mejoras visuales, tampoco se han corregido problemas que ya arrastraba el título original, y para colmo, algunas de sus mecánicas de juego se sienten anticuadas. Por eso, si bien he disfrutado de la lucha y la emocionante acción de Kingdoms of Amalur, porque al final fue y es un gran juego de acción y rol, cuesta no sentirse decepcionado con lo que pudo ser y no fue. Si la idea era atraer a toda una nueva generación de jugadores para brindarle el éxito que se le negó en el pasado… bien, creo que THQ Nordic debería haber sido más ambiciosa con las novedades. Estos últimos años hemos visto de todo en cuanto a remasterizaciones con títulos que renuevan por completo sus gráficos para ser juegos más propios de esta generación, y otros que hacen lo justo para volver a las tiendas, para ser jugables en las plataformas actuales, y ya. Re-Reckoning es uno de estos. Tristemente.
El ansiado regreso a Amalur
Ocurre algo curioso con el videojuego de 38 Studios. En su día no me atrapó, y a las pocas horas de iniciar mi viaje por las tierras de Amalur… lo abandoné. Sin más. "No es mi juego", me decía a mí mismo. Pero hoy, casi una década después, la historia es bien distinta. He disfrutado de sus combates, de su universo de fantasía, de su argumento y ese estilo aventurero que tanto se echa de menos en la actualidad. Y creo que es algo que dice mucho en favor de Kingdoms of Amalur. Por eso me apena tanto que la remasterización sea, simplemente, una puesta a punto para ser disfrutada en Xbox One, PS4 y PC actuales.
Un videojuego como este nacido de genios de la talla del que fuera diseñador principal de The Elder Scrolls IV: Oblivion, el veterano Ken Rolston; el padre de Spawn entre otros cómics de referencia, Todd McFarlane, y el escritor de algunos de los libros más conocidos de Star Wars y Reinos Olvidados, R.A. Salvatore, merecía una revisión más concienzuda que diera una nueva vida a su atractivo estilo artístico. No es el caso y lo que tenemos son unos escenarios bonitos, sí, pero también vacíos, sin apenas detalles, con enemigos que se repiten hasta la saciedad y algunas limitaciones que ya entonces resultaban llamativas, como el hecho de no poder saltar, y que hoy en día se sienten ya anticuadas. Más que nada porque existen barreras invisibles que impiden explorar con mayor libertad los escenarios, creando situaciones algo frustrantes cuando no eres siquiera capaz de sortear un desnivel de, no sé, ¿30 centímetros?, teniendo que buscar el camino principal para alcanzar tu destino. Al final te acostumbras, y no es un problema, pero son esos pequeños detalles que denotan las pocas ganas y esfuerzo puesto en esta remasterización.
Solo de pensar en algunos de los lugares más emblemáticos de Kingdoms of Amalur con gráficos actualizados, con una gran puesta en escena, ¡con batallas aún más espectaculares!, es imposible no sentirse decepcionado. Porque este es un juego que merece la pena jugar incluso después de todos estos años. Su gigantesco mundo de fantasía es el escenario ideal para vivir grandes aventuras ya sea en la piel de un héroe de buen corazón, o encarnando a un villano capaz de robar, asesinar e incluso aliarse con las fuerzas oscuras si eso le beneficia. En este ya clásico de la acción y rol puedes forjar tus propias armaduras, o crear pociones con los ingredientes que encontrarás en tus viajes, e incluso recurrir al sigilo para asestar puñaladas traperas o robar un gran botín. No profundiza mucho en algunas de estas opciones, como el sigilo, pero es un juego que sabe divertir especialmente gracias a lo emocionante de sus combates, en los que puedes combinar libremente varios estilos de lucha para crear escenas de acción espectaculares.
Merecía una revisión más concienzuda que diera una nueva vida a su atractivo estilo artístico
Hay tres clases de personaje básicas: guerreros, magos y pícaro, pero como digo, tienes libertad para crear un hechicero capaz de usar también espadas y otras armas del estilo; de igual modo que puedes alternar el uso de un arco con las rápidas estocadas de unas dagas envenenadas. Con una buena variedad de hechizos y movimientos de combate únicos, tras todos estos años volver a luchar en las tierras de Amalur ha sido una experiencia gratificante que una vez más, denota la calidad que atesoraba el juego original. Da igual que apuestes por la lucha a distancia, el uso de magia o las armas blancas; siempre encontrarás el modo de pasarlo bien luchando contra unos enemigos que, eso sí, a medio plazo empiezan a sonar demasiado familiares. Hay batallas emocionantes, claro, sobre todo cuando hay algo más que simplemente machacar el botón de ataque; pero entre medias te encontrarás con un buen puñado de combates accesorios que pueden volver ligeramente tediosa la acción de Kingdoms of Amalur. Más que nada, porque es repetir una y otra vez las mismas combinaciones de botones; usar una y otra vez los mismos ataques y hechizos.
Teniendo en el horizonte una expansión completamente nueva, hecha desde cero, creo que habría sido genial ampliar y mejorar el combate del juego original con nuevos ataques y enemigos. Amén de corregir también algunos de sus principales defectos. De entrada, tenemos un poder especial que nos permite cambiar el destino del mundo que nos rodea, lo que a efectos prácticos nos confiere la destreza necesaria para acabar de un plumazo con cualquier enemigo que se cruce en nuestro camino. ¿Qué pasa? Lo dicho. Somos imparables. Si tienes la energía necesaria para activar esta habilidad, puedes acabar con cualquier jefe final de un plumazo, sin apenas esfuerzo, lo que le resta emoción a la lucha.
En Re-Reckoning nos encontramos también con problemas de cámara que persisten desde los tiempos del original. No puedes fijar un objetivo y que la cámara gire en torno a él; debes hacerlo de forma manual, corrigiendo el enfoque constantemente, lo que en más de una ocasión puede dejarte totalmente vendido a los ataques enemigos. Para evitar esta situación, cuando hay varios rivales a la vez, la cámara se aleja y muestra un mayor espacio de juego, pero incluso así, es posible que falle el encuadre y te quedes sin ver muy bien qué peligros acechan. A la hora de dialogar, las conversaciones son también estáticas, con unos primeros planos que no favorecen nada a los personajes y, peor aún, con unas franjas negras que se comen la mayor parte de la pantalla. Ha habido escenas en las que, literalmente, la cámara enfocaba al vacío, sin tener a nadie al que mirar.
THQ Nordic tampoco parece haber hecho mucho en cuanto a la inteligencia artificial de unos enemigos y aliados que, honestamente, no son especialmente listos. Cuando luchas, sí, la emoción se apodera de ti por lo divertidas e intensas que son las batallas, pero en no pocas ocasiones verás a los enemigos inmóviles, sin reaccionar a tus acciones; o a aliados que seguirán esa misma "estrategia" con la mirada perdida en el vacío. Y eso le resta encanto. En su día también criticamos que los enemigos fueran bastante pasivos, ya que esperan ser encontrados en sus campamentos en lugar de moverse libremente por las tierras de Amalur, y sigue así, lo que crea situaciones tan delirantes como acabar con la vida de varios de ellos mientras sus compañeros, perezosos, se levantan con toda la parsimonia del mundo. Es verdad que de forma esporádica pueden surgir arañas, duendes, trolls u otros enemigos, obligándote a actuar sin apenas tiempo de reacción, pero llega un punto en el que la exploración pierde algo de encanto y se vuelve rutinaria.
Tras todos estos años volver a luchar en las tierras de Amalur ha sido una experiencia gratificante
Al juego le habrían sentado bien algunos ajustes en el control, que a veces se siente algo tosco, volver a darle una nueva vida a su fantástica banda sonora y, por supuesto, añadir contenidos extra que al final del día, se convirtieran en la mejor excusa para que un fan vuelva a explorar el mundo de Amalur. Nada de esto encontraréis en esta remasterización. Se ha hecho lo justo, lo mínimo exigido, que es ampliar la aventura principal con los dos DLC que en su día ya pudimos disfrutar, enfrentándonos a nuevos enemigos en nuevas tierras. Y aunque son misiones divertidas, y ayudan a profundizar más en el rico universo creado por 38 Studios, volvemos al debate de siempre. ¿Cómo valoramos a Kingdoms of Amalur: Re-Reckoning? Como juego sigue siendo una aventura de acción y rol capaz de hacerte disfrutar hoy en día, pero como remasterización se queda lejos de las expectativas. Se ha aumentado la resolución de pantalla, tenemos 60fps, y las misiones adicionales incluidas de serie. Punto. ¿Le hace honor al juego original? Siento que no, y si la idea era aumentar la popularidad de la franquicia, creo que debería haberse realizado un trabajo más ambicioso porque así, realmente, es difícil llamar la atención de las nuevas generaciones.
Una década después de su lanzamiento original, Kingdoms of Amalur busca de nuevo el éxito con una remasterizaciones que está lejos de colmar las expectativas de los fans. El trabajo de THQ Nordic ha sido muy perezoso, aún cuando en el horizonte hay planes para estrenar una expansión completamente original. Sin apenas mejoras gráficas, ni mucho menos jugables, Re-Reckoning es una buena forma de descubrir un clásico de la acción y el rol, pero no la mejor ni tampoco la merecida. Si lo disfrutas es porque el juego original ya era grande en su día, no por mérito de una remasterización simplona.
Comprar Kingdoms of Amalur: Re-Reckoning- Una gran aventura de acción y rol que ha aguantado bien el paso de los años
- Su sistema de combate, con la posibilidad de combinar varios estilos de lucha
- Volver a explorar Amalur es un golpe de nostalgia
- Una remasterización muy pobre sin apenas cambios ni mejoras
- Problemas con las cámaras y una IA irregular
- Se siente como una oportunidad perdida de crear un juego que realmente hiciera honor al original
