Cuántas veces habremos dicho eso de "buena idea pero regular ejecución". Pues es el caso de Raji: An Ancient Epic, una por otra parte interesante forma de representar la Antigua India en un videojuego. ¿Podría interesarte a pesar de todo? Os lo cuento todo en este análisis.
Fue uno de los videojuegos que más atención recibieron en el Indie World que Nintendo celebró hace unas semanas. Cuanto menos parecía interesante. Un pequeño y desconocido estudio con sede en India, Nodding Head Games, sorprendía con el tráiler de un bonito proyecto que -creo que por encima de todo- tiene como valor el imprimir la historia y mitología hindús en su jugabilidad, gráficos y sonido.
De acuerdo, esta debe ser la enésima vez que se emplea un videojuego como excusa para representar la cultura de una determinada región, pero también una de las pocas que se escapa de la lógica de una industria dominada por occidentales y japoneses. Esto es algo que se palpa en Raji: An Ancient Epic desde el primer minuto. Los escenarios son un auténtico homenaje a la arquitectura india, y no sé decir la cantidad de veces que me topé con una escultura, un mural… y su correspondiente descripción a viva voz. A veces me dio la sensación de que era como visitar un museo en el que iba descubriendo detalles que, al menos en mi caso, desconocía por completo.
Pero claro, esto es un videojuego, y es ahí donde menos cumple Raji. Su sistema de combate es atractivo sobre el papel pero no demasiado estimulante a la larga. Sus plataformas y navegación por el escenario resultan planos y mal ajustados. Ya desde que vi el vídeo de presentación tuve mis dudas, y lamentablemente estas se han confirmado: es un proyecto de mediana calidad, propia de un estudio primerizo (su primer juego) que no obstante demuestra ganas por crear algo propio, con la esencia de su país de origen. Eso siempre es encomiable y no seré yo quien critique este siempre bienvenido ejercicio cultural.
Entre dioses y demonios
Raji es el nombre de la protagonista, una elegida por los dioses que está destinada a mediar en la lucha contra los demonios. ¿Por qué? Más que nada, porque la han separado de su hermano, ahora en paradero desconocido. Como veréis, una trama sencilla, pero suficiente para ponernos a los mandos de una protagonista con la que vivimos partes de exploración, plataformas y combates bastante bien equilibrados. En este sentido, la aventura goza de cierta variedad, aunque no la suficiente. Tampoco si hablamos de calidad.
Lo que más recuerdo es librar batallas y desgraciadamente no pasarlo demasiado bien. El esquema es muy hack 'n slash, y de hecho los ataques de Raji llegan a tener un alcance muy amplio para acertar a los enemigos. No me ha gustado que la cámara esté siempre tan alejada de la contienda, porque quita mucho dinamismo a la acción, pero he de reconocer que está bien el planteamiento de disponer de varias armas (un tridente, un arco…) y que sea necesario alternar entre ellas para salir airosos de ciertos enfrentamientos.
Los desarrolladores hablan de "combate táctico". Existe, aunque he comprobado que sale más a cuenta esquivar, alejarte de los enemigos y atacar de nuevo cuando ves la oportunidad. Es decir, no es algo demasiado orgánico. Los combos están bien, pero me ha faltado respuesta en los controles, y al mismo tiempo contundencia. Al menos hay jefes finales, y la dificultad tiene un cierto punto de desafío que te devuelve al último punto de control en más de una ocasión. Sin embargo, todo da la sensación de estar varios escalones por debajo de grandes del género, y no hace falta decir que cualquier comparación con clásicos como God of War está completamente fuera de lugar.
Algo parecido ocurre con la vertiente plataformera, que podría parecer inspirada por producciones del estilo de Prince of Persia, pero otra vez con bastante menos acierto. Se puede saltar, correr por paredes, escalar… aunque sin dinamismo, sin un flujo jugable que te haga pensar: "me lo estoy pasando bien". No me gustaría expresarme mal. Las plataformas funcionan, pero ya está, y ese es el problema, que no se alcanza la diversión al no saber ofrecer algo único o retante. Es un diseño bastante clónico, y además no está bien hecho.
Las plataformas funcionan, pero no consiguen ofrecer algo único o desafiante
Así, el juego se basa en alternar entre explicaciones de la historia de la Antigua India, secciones plataformeras y abundantes combates. ¿Algo más? No mucho, la verdad. De vez en cuando tenemos puzles en forma de mandalas, pero son extremadamente simples: rotar piezas hasta formar una imagen. También existe un pequeño árbol de progresión, por cierto no muy bien explicado, que sin embargo da un ligero toque de profundidad a una aventura que no da para mucho más de 7-8 horas.
La duración está acorde a la naturaleza del tipo de juego, así que diré que entra dentro de la norma, y que incluso puede hacerse largo pensando en lo limitado de la propuesta. En ocasiones he sentido que estaba repitiendo situaciones. Al menos, los escenarios que visitaba y las melodías que sonaban animaban mi camino, con un apartado artístico inspirado en mitos hindús, así como en la arquitectura medieval de Rayastán, estado que destaca por sus ruinas y templos.
Todo eso está plasmado a través de un estilo artístico conocido como Pahari, el cual se acompaña de colores siempre muy cálidos, en sintonía con los lugares que se visitan. Ahora bien, al menos en Nintendo Switch todo esto no queda bien plasmado. En cierto sentido, creo que los desarrolladores han querido representar el estilo pictórico en miniatura, y esto se traduce en personajes y enemigos que parecen algo pequeños en pantalla. La falta de definición en Switch, sobre todo en modo portátil, es un problema y no permite brillar con intensidad a un apartado gráfico que estoy esperando ver cómo se comporta en otras consolas.
La falta de definición en Switch, sobre todo en modo portátil, no permite brillar a su apartado gráfico
Es de agradecer, a pesar de todo esto, que el juego venga con subtítulos en español (voces en inglés con acento hindú). Eso sí, otro fallo: los textos se ven realmente pequeños, y si juegas en modo portátil tendrás serias dificultades para averiguar lo que pone en ciertos momentos de la partida, como en la pantalla de selección de habilidades. Y es que al final mi sensación es que falta mucho pulido y atención al detalle en todas las parcelas del juego. No está mal como aventura, pero tampoco podría recomendarla habiendo apuestas mucho mejores en esta misma plataforma.
Raji: An Ancient Epic tiene aspectos interesantes, como su cuidada narrativa y un estilo único apoyado en el homenaje a la cultura y mitología hindú. Obviamente, no es suficiente. Sus plataformas y combates son irregulares, con un acabado de bajo nivel. A pesar de resultar desafiante en ocasiones, también es repetitivo, con lo cual me cuesta recomendarlo habiendo otras opciones disponibles y bastante más competentes.
- La representación de la cultura y mitología de la India
- Su tratamiento narrativo, aunque simple, está bastante cuidado
- En lo audiovisual consigue transmitir un aura hindú
- Mecánicas de combate y plataformeras repetitivas y toscas
- Falta de calidad y dedicación en general
