La película de Monster Hunter llegó por fin a los cines españoles el pasado 26 de marzo. Una adaptación de la saga de Capcom, dirigida por Paul W.S. Anderson (Resident Evil) y con Milla Jovovich en el papel protagonista, sin más pretensiones que las de ser una película ligera de acción ¿Cumplirá con su cometido más básico de entretener? Y lo más importante ¿Hará honor a Monster Hunter? Descubridlo en nuestra crítica.
Cuando se anunció la producción de una película de Monster Hunter, saltaron las alarmas al instante ¿Paul W.S. Anderson como director? ¿Militares estadounidenses con fusiles transportados a otro mundo? Soy fiel defensor de que nunca hay que juzgar a un libro por su portada, ni a un producto por lo que se presume desde fuera antes de verlo terminado. En el caso de esta producción, y después de perder casi dos horas de mi vida en una sala de cine, puedo afirmar que los prejuicios que tuviérais con ella son acertados. Porque en Monster Hunter, el verdadero monstruo no es aquel al que se enfrenten sus protagonistas: lo es la dirección.
En busca de una patrulla perdida en el desierto, un escuadrón de soldados de las Naciones Unidas se ve transportado a un mundo diferente poblado criaturas desconocidas, y la teniente Natalie Artemis (Milla Jovovich), con la ayuda de un cazador sin nombre (Tony Jaa) deberá aprender a hacerlas frente cuanto antes si quiere sobrevivir. Con esta premisa, Paul W.S. Anderson nos adentra en una adaptación que bebe principalmente de Monster Hunter World (2018), la entrega más vendida de la saga, en su estética y elementos, pero que nunca logra adentrarse en su mundo más allá de lo superficial. Y ese es el mayor problema de la cinta: su recreación del universo y de los ecosistemas, sus escenas de acción y las batallas, no logran sentirse como Monster Hunter más allá de los disfraces y del diseño de los monstruos.
Que, todo sea dicho, ver a una diablos negra o a un rathalos en la pantalla grande y con todo lujo de detalles es un espectáculo, donde se nota la colaboración de los equipos de Capcom con la película. Pero, cuando una cacería no se resuelve con un lanzacohetes o clavando una espada sin más, la película cae en el terreno de "golpea al monstruo en su punto débil cuando brille para matarlo", lo que, irónicamente, mata cualquier atisbo de asemejarse a los juegos. No vamos a pedir a una película que gaste media hora por combate para ser fiel al juego, sería absurdo. El problema es que se podría cambiar a los monstruos de la película por criaturas de cualquier otra franquicia -de cine o de videojuegos- y las escenas de acción serían prácticamente iguales sin necesidad de cambiar ninguna acrobacia, explosión, ni arma.
Tras un comienzo fuerte, la primera hora y algo de película cae en un auténtico sopor
Tampoco ayudan los intentos por forzar elementos de terror o de gore -muy suave, eso sí- en una saga que nunca se ha caracterizado por ello. Sé que estos son puntos que parecen centrarse más en la calidad de la adaptación que en Monster Hunter como película, pero esta producción también tiene problemas serios con el ritmo del metraje. Tras un comienzo fuerte, la primera hora y algo de película cae en el sopor al alargar demasiado un desarrollo que, sinceramente, se podrían haber ventilado en cosa de minutos; dejando el peso de la aventura en una Milla Jovovich unidimensional, y un Tony Jaa que hace todo lo posible por salvar un guión insalvable incluso cuando no se le entiende al hablar (se comunica en el lenguaje de Monster Hunter). Tienes la sensación de que buena parte de la película está de relleno, para alargar la duración. Lo peor de todo es que el filme acaba justo cuando la trama se pone interesante, cuando por fin logra encontrar el ritmo que tendría que haber tenido desde el principio.
Veréis que no protesto mucho sobre la historia en sí misma, a pesar de que sé que hubo cierto recelo entre los fans antes de su estreno. Y eso es porque, sinceramente, creo que la trama debería ser lo de menos en una película de Monster Hunter. Que, como en los juegos, debería aportar lo justo para hilar de una cacería a la siguiente. Y aquí la historia cumple bien con el cometido de meter al espectador en situación y marcar un objetivo claro para los protagonistas. Pero de nuevo, el ritmo irregular tira por la borda lo que podría haber sido una película de acción entretenida, independientemente de lo bien o mal que adapte el universo del juego.
Con tanta queja no quiero decir que la película de Monster Hunter no merezca la pena. Si lo que buscáis es la experiencia de ir al cine en sí misma, ir al centro comercial a pasar el rato, ver una película en pantalla grande con sonido envolvente y con vuestras palomitas, etc… Y resulta que no había entradas para otra película, Monster Hunter es una opción válida para divertirse moderadamente sin demasiadas pretensiones. O, a lo mejor, os interesa verla con amigos para comentarla, como quien queda para ver Pirañaconda en casa de un colega por echar unas risas. Pero si os preguntáis si es una película que merezca la pena ver por sí misma, entonces no puedo recomendarla de buena fe. No voy a decir que es la peor película de Paul W.S. Anderson porque, si algo tiene este director, es que es consistente con la calidad de sus adaptaciones. Pero si Capcom decide continuar con las películas, esperemos que lo haga con otro capitán al mando, como ya van a hacer con la próxima película de Resident Evil.
Monster Hunter no destaca como adaptación ni como película de acción, con una recreación del universo de Capcom que nunca progresa más allá de lo superficial, y un desarrollo que peca de un ritmo lento e irregular, con una primera hora soporífera de metraje. Y cuando por fin encuentra su ritmo, la película se acaba. Puede que su objetivo no sea más que el de ofrecer un entretenimiento palomitero sin muchas complicaciones, pero al filme de Paul W.S. Anderson le cuesta incluso esto.
- La recreación de monstruos como rathalos o diablos en la gran pantalla está verdaderamente lograda
- La primera hora alarga demasiado su estancia, y tira por la borda el ritmo de la película
- Su adaptación de la saga se inspira en Monster Hunter World, aunque nunca mira más allá de lo superficial
- Cualquier parecido entre las escenas de acción de la película y los combates de Monster Hunter es mera coincidencia
- Los intentos de Paul W.S. Anderson por colar elementos de terror o gore ligero no casan en absoluto con el tono de la saga
