A-Train All Aboard! Tourism es un título tan profundo como fascinante. Tenía muchísimas ganas de jugarlo porque me encantan los juegos de trenes, pero este videojuego no va exactamente de eso. En A-Train All Aboard! Tourism tenemos que lograr que las ciudades crezcan y que Japón prospere. Es decir, es más un videojuego de urbanismo que de gestión ferroviaria. Y es complejísimo.
Encuentro algo muy relajante en los videojuegos de trenes, en estudiar el paisaje, en colocar las vías, en gestionar los horarios y en ver los vagones de mis máquinas avanzar en orden hacia su destino. A-Train All Aboard! Tourism parecía partir de esa premisa con un encanto añadido: ocurrir en el Japón rural. Ya solo por eso, para mí sería un videojuego perfecto en el que perder horas y horas. Pero A-Train All Aboard! Tourism es de todo menos relajante, ¿y por qué? Pues porque no es un juego de trenes. Es un título de finanzas, de impuestos, de bolsa, de especulación, de crecimiento urbanístico, de gestión del terreno y del patrimonio, de buses, de aviones, de puertos…y también de trenes.
Es decir, lo que persigue A-Train All Aboard! Tourism, el verdadero núcleo de su experiencia, es que entendamos cómo el crecimiento y el enriquecimiento de un pueblo se produce a través de un buen sistema de transportes. Consigue transmitirte esta moraleja, pero con una jugabilidad y un rendimiento que no acompañan. Tiene momentos brillantes, pero el control y lo retorcido que es realizar alguna de sus tareas pueden echarte para atrás. A-Train All Aboard! Tourism comienza poniéndonos en el traje de un recién ascendido presidente de una empresa de transportes.
Nuestra primera tarea es conectar varias estaciones a través de vías de tren. Hasta aquí, todo parece sencillo. Pero, en cuestión de minutos, entran en juego otros factores: los niveles de rendimiento de la zona y su crecimiento, los acuerdos comerciales entre los distintos productores de la zona, la necesidad de pedir un crédito al banco teniendo cuidado de que no nos frían con los intereses, el pago de impuestos, el examen minucioso del área para entender de manera precisa cómo hacer crecer la zona a través de acciones urbanísticas...El juego nos brinda muchísimas opciones y todas se conectan a través del dinero: de lo que tenemos, de lo que podemos producir y de los impuestos que tenemos que pagar. Aunque parezca un juego sencillo por su estética anime, es muy, muy serio.
Para bien o para mal, más que un juego de trenes
Sabiendo de su complejidad, A-Train All Aboard! Tourism tiene un modo campaña dividido en escenarios. Partida a partida, se nos proponen diferentes retos, aunque en su mayoría son el mismo: trae turismo, genera crecimiento demográfico, conecta las áreas rurales y unifica Japón. Escenario a escenario, se van introduciendo nuevas variables. La forma de hacerlo es simpática. Simulando ser una visual novel, aparecerá nuestra secretaria, el encargado de compras, el responsable de finanzas, el gerente del banco, etc, y tendremos conversaciones con ellos, organizaremos reuniones y nos irán pidiendo que hagamos cosas.
Una vez que el juego da por concluido este largo proceso, y creamos entenderlo todo bien, podremos jugar en partidas autogeneradas en base a variables de terreno, era en la que vivimos, ríos... desarrollando a voluntad nuestro sueño urbanístico… Si no acabamos en bancarrota a las primeras de cambio, claro. De esta forma, la duración del título es infinita, pero aunque la propuesta sea profunda y atractiva, tiene varios problemas.
El problema de que sea tan complejo no radica en la profundidad de sus sistemas, sino en su opacidad
El problema de que sea tan complejo no radica en la profundidad de sus sistemas, sino en su opacidad. Cuesta muchísimo hacer cosas tan necesarias como ajustar bien las horas a las que llegan o se van los trenes, comprender perfectamente por dónde van nuestros buses o lidiar con todo su sistema económico. Es fácil acabar arruinado sin saber cómo, o no entender si el banco nos ha estafado o no. Es un videojuego que pide a gritos ser jugado en dos o tres pantallas, porque muchas veces necesitamos poder consultar distinta información a la vez, pero no podemos. El control tampoco ayuda. Se agradece muchísimo que la desarrolladora haya incorporado controles táctiles en portátil (jugadlo en portátil precisamente por esto), pero hay demasiadas opciones como para poder controlarlas todas bien. Tampoco es un juego ágil en el que sea fácil deshacer los errores que hemos realizado.
Técnicamente, el juego se defiende, pero poco más. No usa modelados especialmente complejos, pero sí ofrece un mapa del territorio perfectamente legible. El problema es que algunos son tan densos y tan editables, que se nota que a Switch le cuesta gestionar tanta información. Hay un retraso muy molesto entre que eliges una opción y se ejecuta. Los tutoriales del juego tampoco acaban por ofrecer la ayuda que necesitas. Más de una y de dos veces me quedé mirando a la pantalla de Switch sin saber qué hacer. Yo hacía lo que creía que era correcto, pero el juego no quería avanzar. Con el tiempo y con práctica, mucha práctica, comienzas a comprender cómo va todo, pero he de reconocer que me ha resultado muy difícil entender toda la parte económica del título. Tiene una curva de aprendizaje que, honestamente, creo que es eterna por culpa de sus finanzas.
Creo que A-Train All Aboard! Tourism gustará mucho a los apasionados por los juegos de gestión y que quieren un reto, uno de verdad. A-Train All Aboard! Tourism no es un título difícil en sí mismo, la dificultad está en gestionar bien todos sus sistemas de forma constante a lo largo del tiempo. El problema está en que, o bien necesita ajustar su control, rendimiento y la visualización de todo lo que te pide hacer para que el juego sea accesible, o reduces opciones. Y creo que ahí es donde el título falla: en una admirable ambición por permitirte gestionar profundamente el territorio y su economía, enfrentada a un interfaz que te pone las cosas muy, muy difíciles.
Que el juego esté en inglés tampoco ayuda. En definitiva, A-Train All Aboard! Tourism no es una propuesta ligera, que no os engañe su estética anime. Es uno de los simuladores más exigentes, complejos y correosos que me he encontrado en los últimos años. A veces es brillante, pero otras veces querrás tirar la Switch con él por la ventana.
A-Train All Aboard! Tourism destaca por sus profundos y complejos sistemas, también por atreverse a darle tanta importancia a lo económico. El juego tiene una moraleja clara que habla de la propia historia de Japón: el pueblo crece y se desarrolla gracias a los sistemas de transporte. Pero pese a que sus intenciones y opciones sean potentes, profundas y muy acertadas, tanto la interfaz, la jugabilidad y el rendimiento no acompañan. Visualmente es atractivo pero flojo, y el juego termina abrumando. Hay que estar hecho de una pasta especial para disfrutarlo. Jugándolo, he pasado por momentos en los que me ha encantado, pero siempre truncados por lo complicado que resulta controlar bien toda la información que el juego ofrece.
- A-Train All Aboard! no es un juego de trenes, sino de urbanismo, canales y puertos
- Tiene modo campaña y creación libre. Podrás descargarte escenarios de la comunidad
- Cuenta con varias opciones gráficas para ajustar el rendimiento
- Sus personajes son divertidos, pero sus explicaciones son muy complejas
- Solo para los muy apasionados de los juegos de gestión
