Left 4 Dead tiene a punto nueva campaña para su primera parte, y bajo el nombre de Crash Course nos ofrece un nuevo motivo para no olvidarnos del videojuego. En noviembre tenemos la prematura segunda parte, pero Valve cumple con lo prometido y vuelve a brindarnos contenidos para la primera.
Crash Course ya está disponible a través de Steam y en el Bazar de Xbox Live, y su llegada no ha quedado exenta de polémica, y es que la decisión de Microsoft de cobrar en Xbox 360 por un contenido que en PC será gratuito no ha sentado nada bien en los aficionados a la consola.
“Nosotros tenemos nuestra propia plataforma, Steam. Microsoft tiene la suya. Ellos querían asegurarse de que el juego obtendría beneficios en Live”, declaró Chet Faliszek, uno de los principales responsables de Valve, los creadores del videojuego. “Bueno, ellos nos ayudaron a tener el primer contenido de forma gratuita. Y creo que pensaron que estaban siendo injustos permitiéndonos a nosotros hacer este tipo de cosas y no al resto”.
Una vez puesto al lector en situación de los motivos por los que la edición de PC de Crash Course es gratuita y la de Xbox 360 cuesta 560 Microsoft Points, es el momento de comenzar con el análisis propiamente dicho. Aquí es donde, polémicas aparte, la nueva campaña de Left 4 Dead triunfa ofreciendo exactamente lo que prometía, una experiencia rotunda, vertiginosa y demencial.
El Amanecer de los Muertos
En el nuevo add-on para Left 4 Dead encarnaremos una vez más a los supervivientes que, en esta ocasión, viven una aventura que enlaza las campañas No Mercy y Death Toll del original, aportándonos el necesario nexo de unión argumental entre una y otra.
Aquí viajamos en helicóptero hasta el instante en que el piloto se convierte en Zombie por un mordisco recibido con anterioridad, y los supervivientes logran aterrizar con escasa fortuna en mitad de una ciudad asolada por el mal de estas criaturas de pesadilla. Deberemos recorrer sus calles en mapas muy estrechos, y luchando contra las hordas de infectados en una jugabilidad tan frenética e intensa como la fórmula que el videojuego original logró popularizar con tanto éxito.
El episodio del clímax de la campaña se lleva a cabo en un garaje gigantesco donde, como es tradicional, deberemos acceder al punto de extracción y defendernos de las ingentes cantidades de muertos vivientes que saldrán a nuestro paso. El total de la campaña sólo son dos capítulos, y su duración sumada viene a ser ligeramente inferior a la mitad de lo que suelen aportar el resto de campañas del videojuego. Aunque ya sabemos positivamente que la duración de los Modos Historia de este lanzamiento en particular nunca han tenido relación alguna con su calidad jugable.
Con Crash Course tenemos una nueva e inmejorable opción para alargar la experiencia Left 4 Dead, y es que una vez más tenemos el modo campaña para superar cooperativamente o en solitario, y también una modalidad Versus en la que podemos enfrentar a Zombies y supervivientes, ambos controlados por jugadores humanos que es el verdadero atractivo del juego.
El problema de recomendarlo o no se deriva de la plataforma que escojamos para su descarga. Si lo hacemos en PC no hace falta ser una lumbrera para emplazar a los fans de Left 4 Dead a hacerse con él por su coste cero a pesar de que cuenta con algunos bugs de diversa consideración, algunos de ellos muy serios. Si, por el contrario, tenemos pensado disfrutarlo en Xbox 360 la recomendación ya es mucho más matizable, y es que pese a su obvio interés, el reciclaje brutal de escenarios, conceptos y enemigos, así como su escasa duración es un contenido algo exiguo por el que pagar 560 Microsoft Points.
Crash Course es un más que digno añadido para Left 4 Dead, sin embargo el hecho de que una versión sea gratuita y la otra no, a pesar de ofrecer los mismos contenidos, obliga a recomendar una edición por encima de la otra.
