Los barrenderos reivindican su protagonismo en el mundo del videojuego con uno de los mejores y más difíciles plataformas que han pasado por nuestras manos últimamente. Enfréntate a la suciedad en este genial DustForce y demuestra que eres el más rápido y efectivo del mundo: ¿Cómo? Limpiando el polvo.
Parecía difícil que otro juego de plataformas bidimensional pudiera sorprendernos tanto como lo hizo en su día el genial Super Meat Boy, pero aquí estamos, estrenando el 2012 con otra genialidad en forma de título independiente para PC que nos ha cautivado. Y lo ha hecho por varios motivos, aunque lógicamente su adictiva fórmula de juego, muy chapada a la mentalidad arcade de la década de los ochenta, es uno de los aspectos que más nos ha impresionado. Sobre todo porque estamos ante uno de esos pocos juegos que, pase lo que pase, siempre nos incitan a intentarlo una vez más, a buscar nuevas formas de mejorar los tiempos ajustando al milímetro cada salto o reaccionando de mejor forma a las trampas con que nos toparemos. Por eso hay que dejar claro DustForce es un título para jugadores persevantes, para todos aquellos que disfrutan poniéndose a prueba a sí mismos tratando de batir sus propias marcas.
Sin embargo, esta obra del Hitbox Team también resulta muy agradable para los nuevos usuarios, ya que no plantea retos tan enfermizamente difíciles como los de Super Meat Boy; así que cualquiera puede completar cada nivel con una puntuación más o menos aceptable sin demasiados problemas. Eso sí, para desbloquear nuevos niveles resulta necesario hacerse con una serie de llaves que se obtendrán logrando la puntuación perfecta en cada nivel, lo que significa que por un lado estamos ante un título muy sencillo de jugar, pero a la vez muy difícil de explorar al máximo.
En este sentido, y aunque progresivamente aumentará el número de obstáculos con los que nos toparemos, la base jugable se mantendrá inmutable de principio a fin, planteándonos superar decenas de niveles corriendo del punto A al punto B teniendo en cuenta tres factores clave: el tiempo que tardemos en superar la misión, la cantidad de suciedad que hayamos sido capaces de eliminar y el combo de puntuación acumulado. Tres elementos que se encuentran íntimamente ligados entre sí, ya que el éxito dependerá de lo rápido que seamos limpiando el nivel mientras encadenamos un sinfín de movimientos acrobáticos que nos permitan alcanzar la meta en el menor tiempo posible. Algo que sobre el papel suena fácil pero que en la práctica puede convertirse en un auténtico reto, aunque no por culpa de un sistema de control complejo.
No en vano, Hitbox Team ha apostado por una jugabilidad tan sencilla como repleta de posibilidades, con un reducido abanico de acciones a ejecutar pero una enorme variedad de situaciones en las que poner en práctica nuestra habilidad. Y es que las únicas acciones con las que contamos, aparte de correr en una u otra dirección, son la del doble salto, un breve impulso, dos movimientos ofensivos –golpe débil y fuerte- y un ataque final que podremos ejecutar al llenar una barra de energía. Sin embargo, combinar estos movimientos con las posibilidades especiales que brinda el caminar sobre la suciedad dan como resultado un título frenético y exigente en el que habrá que ajustar al milímetro cada movimiento, pero también hacerlo con una rapidez pasmosa si queremos tener éxito. Y como decimos, la suciedad jugará un papel fundamental en todo esto, ya que nos permitirá caminar sobre paredes y techos, añadir un nuevo salto a la carrera o mantener siempre en alto el marcador de puntos.
Limpieza progresiva
Lo más importante es que con la práctica se van descubriendo nuevos trucos que facilitan mucho las cosas, permitiéndonos así completar muchos de los niveles del juego casi sin tocar el suelo en ningún momento. Y esto es algo que nos encanta y asombra, porque demuestra lo ajustada que está la jugabilidad a todos los niveles. Además, como decíamos, los retos irán aumentando en dificultad de forma progresiva, planteando desafíos cada vez más duros en los que será necesario no cometer ni un solo error para no caer sobre las trampas.
DustForce incluye además una serie de sencillos combates que dotarán de algo más de variedad al desarrollo de la acción, con enemigos de ataque a distancia, cuerpo a cuerpo, rivales que se abalanzarán rápidamente hacia nosotros, e incluso enemigos a los que habrá que coger por la retaguardia para dañarlos. Pero lo más importante es que incluso el sistema de combate se ha integrado perfectamente en las secciones de plataformeo, con momentos en los que deberemos golpear a enemigos en el aire para no caer sobre trampas mortales, resultando vital ejecutar tanto los golpes flojos como los fuertes para enlazar más y más movimientos. Además, también se han incluido algunas misiones que podríamos definir como de supervivencia, ya que se nos meterá de lleno en salas repletas de enemigos a los que atacar sin opción de usar el movimiento final –que elimina instantáneamente a todos los enemigos próximos-.
Todo ello nos deja con un título imprescindible para cualquier amante de los plataformas que tenga ganas de probarse a sí mismo con retos difíciles, aunque nunca llegan al extremo de la frustración. Además, no podemos olvidar que los desarrolladores nos permiten disfrutar de la acción con cuatro personajes distintos que presentan ligeras diferencias entre sí (capacidad de salto, velocidad, etc.), que se incluye un divertido multijugador competitivo para cuatro jugadores en un mismo equipo (limpiadores contra el equipo de la suciedad), y un editor de niveles que en el momento de realizar esta review todavía no se encontraba disponible.
También tenemos buenos calificativos para el apartado audiovisual de DustForce, pese a sus lógicas limitaciones al tratarse de un título independiente. Pero con más o menos dinero, lo que está claro es que este es un juego muy bello con un gran estilo artístico en en el que destaca la viva paleta de colores empleada, las fluidas animaciones de nuestros personajes, y ese estilo retro que impera en el juego desde el primer minuto. La banda sonora también merece mención aparte, ya que las melodías que nos acompañarán a lo largo de la partida casan perfectamente, aunque a veces hemos echado en falta algo más de variedad y unos efectos sonoros más llamativos que los actuales.
Un impecable juego de plataformas en dos dimensiones capaz de ponernos al límite en cada una de sus pruebas, pero que sabe recompensar el éxito con una sensación de superación personal que no teníamos desde hacia mucho tiempo. Un imprescindible para los aficionados al género con ganas de grandes retos.
