Los inversores abandonan el estudio tras las previsiones de ventas para este año.
Rovio, el estudio responsable del anteriormente popular Angry Birds, no ha logrado satisfacer a sus inversores durante la última junta de accionistas. Los gastos en publicidad y otras inversiones han llevado al equipo sueco una serie de pérdidas que les obligan a reducir sus expectativas de ingresos entre 260 y 300 millones de euros, frente a los 297 que logró el año pasado. Ante el abandono que ha ocasionado esta noticia, se ha visto obligado a reducir su valor en Bolsa un 47,9%, aproximadamente de 10 a 4,90 euros por acción.
No es la primera vez que ocurre esto: el pasado mes de noviembre, Rovio bajó un 20% su valor en acciones tras otro informe financiero de mal augurio para los gurús de la economía. El estudio cuenta con un plan de trabajo para recuperarse a largo plazo, aunque el analista Aaron Kaartinen, de la firma irlandesa FIM, asegura que la estrategia de mercado de Rovio no funciona: “sus juegos no cuentan con suficiente tirón entre los jugadores”.