Análisis de Anno 2205. Equilibrio terrestre y lunar

Análisis de Anno 2205. Equilibrio terrestre y lunar
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Hazte fuerte en la Tierra para conquistar la Luna. Esta es la premisa que ha hecho de Anno 2205 ese gran juego de gestión estratégica que tanto esperábamos. Novedoso en algunos aspectos y a su vez también muy fiel a las raíces de la serie, lo nuevo de Ubisoft os lo hará pasar realmente bien durante horas. Lástima que no saque a relucir todo el potencial que tiene.

Su felicidad es tu felicidad. Esta es la máxima que ha regido la serie Anno desde su nacimiento a finales de la década de los noventa, y nada cambia en la última iteración de esta veterana franquicia por mucho que nos encomiende llegar hasta la Luna para establecer allí una colonia espacial. Satisface las necesidades de tus ciudadanos; dales todo lo que pidan sin rechistar para que al mejorar su calidad de vida te recompensen con mayores sumas de dinero… ¡y vuelta a empezar! Que el progreso siempre viene acompañado de nuevas necesidades y gustos más refinados que conviene saciar para amasar grandes fortunas de dinero.

Lo que no es nada fácil teniendo en cuenta la enorme variedad de productos y materias primas que tendremos que generar para hacer felices a estos ciudadanos del mundo futuro. ¿Echabas de menos estos quebraderos de cabeza? Pues Anno 2205 es el juego que andabas buscando. Porque es francamente divertido, exigente en cierta medida en los desafíos que plantea, y realmente espectacular cuando de lo que se trata es hacerte sentir el máximo responsable de miles y miles de personas que dependerán enteramente de ti; de tu capacidad para gestionar recursos sin hundirte en la miseria. Que a veces pasa. Y más en un título como este donde no solo debemos preocuparnos de una ciudad en solitario, como hasta ahora venía ocurriendo, sino de tres regiones completamente distintas que solo progresarán compartiendo recursos entre sí.


Expandiendo las fronteras

"Nada cambia", pensaréis muchos nada más iniciar la partida en Anno 2205. Y es verdad, hasta cierto punto. Porque si bien la base jugable es exactamente la misma que nos ha deleitado durante los últimos quince años, poco tardaremos en descubrir que lo nuevo de Blue Byte es más ambicioso que cualquier otra entrega de la franquicia. En concreto cuando se nos encomiende dirigirnos al Ártico para establecer allí una suerte de ciudad de científicos, que serán los encargados de abastecer a nuestra otra gran capital con materias primas y productos únicos en su especie. ¿Eso es todo? Pues no. Porque otro par de horas después, una vez hayamos prosperado lo suficiente y mejorado ciertas infraestructuras, conseguiremos llegar a la Luna para fundar también allí otra ciudad, en este caso una colonia espacial, de la que obtendremos igualmente recursos y otros objetos imposibles de adquirir de otro modo.

Ártico, clima tropical y la luna. Cada región produce recursos propios, y todas necesitan materias de todas, así que establecer rutas comerciales serán una prioridad.
Ártico, clima tropical y la luna. Cada región produce recursos propios, y todas necesitan materias de todas, así que establecer rutas comerciales serán una prioridad.


Así que serán tres las grandes parcelas sobre las que actuaremos de manera simultánea, administrando los recursos de tal manera que nunca le falte de nada a ninguno de nuestros ciudadanos. Y no es fácil. Las tres regiones deben funcionar con la precisión de un reloj suizo; de lo contrario el mínimo corte en el suministro de un producto podría echar por tierra el trabajo de horas, ya que afectaría a varias industrias a la vez. Detalle que nos encanta pues aunque la presión es muy grande, también lo es la satisfacción de ver tres ciudades totalmente distintas entre sí progresando al unísono, paso a paso, conforme mejoramos nuestras dotes como gestores.

Se nota que lo nuevo de Blue Byte es más ambicioso que cualquier otra entrega de la franquicia

Sorprende también la enorme variedad de materias primas y objetos a producir, hasta el punto de parecer por momentos que nunca va a acabar la acción. No es el caso, claro, pero pasarán al menos unas 15 horas antes de que hayáis completado todas las fases de expansión hacia la Luna; y aún entonces tendréis que superar ciertos quebraderos de cabeza. Porque en Anno 2205 siempre hay espacio para la mejora, para seguir creciendo con la toma de nuevos territorios de los que obtendremos también ventajas especiales como suministro de energía extra, o la adquisición de nuevos elementos decorativos con los que embellecer las ciudades del trópico. ¡Que la imagen también es importante!

Equilibrio terrestre y lunar


Y vaya si lo es en esta producción de Ubisoft que resulta espectacular a nivel audiovisual. Es casi hipnótico. Uno de esos títulos con los que puedes pasarte horas disfrutando de las vistas, observando cómo las humildes casas con las que empiezas la partida se convierten en enormes rascacielos, o los peatones disfrutan del día a día en las calles mientras centenares de trabajadores dan el callo en la minería, en fábricas y otras manufacturas que además funcionan, visualmente hablando, con un nivel de detalle casi enfermizo. ¡Nunca te cansas de mirar! Siempre hay cosas nuevas que descubrir. Y eso que todavía no hemos hablado de los distintos ambientes, cuyas diferencias van más allá de lo meramente visual. Si hablamos del frío Ártico, que es puro espectáculo, allí nos tocará usar el calor que emanan las fábricas para evitar que los científicos mueran congelados; mientras que en la Luna tendremos que crear escudos de energía para evitar que pequeños meteoritos acaben con la colonia.

Bombardeos, impulsos electromagnéticos, reparación de daños, minas… durante las batallas es importante usar con cabeza estos poderes especiales. De lo contrario fracasaréis.
Bombardeos, impulsos electromagnéticos, reparación de daños, minas… durante las batallas es importante usar con cabeza estos poderes especiales. De lo contrario fracasaréis.


Son nimiedades, sí, pero con un peso estratégico más que suficiente como para obligarnos a actuar con cabeza, distribuyendo las casas y fábricas de tal modo que los costes de mantenimiento sean asequibles. Que esa es otra. Control. Mesura en el gasto. No podemos construir como locos porque cada fábrica, cada edificio especial, tiene un coste de mantenimiento, energético y de transporte que si no equilibramos con los ingresos puede llevarnos a la bancarrota. No literal, porque cada vez que llegamos a cero unos inversores nos echarán un cable con un préstamo -dependiendo del nivel de dificultad debemos pagar más o menos intereses-, pero siempre por debajo del dinero necesario para seguir progresando. Su función básicamente es la de permitirnos continuar en la partida; la de darnos opción a encontrar ese equilibrio presupuestario que nos lleve de nuevo a la senda de los beneficios. Y está muy bien, la verdad.

Equilibrio terrestre y lunar


Solo superar todas las fases de expansión hacia la Luna nos llevará unas 15 horas

¿Cómo lograrlo? Sobre todo valiéndonos de los distintos módulos que podremos instalar en las fábricas para reducir consumo eléctrico, de mano de obra, monetario, etc. Aunque para ello antes necesitaremos de ciertas materias primas especiales que solo obtendremos en el mercado, previo pago, o superando una serie de misiones opcionales nada originales y nada inspiradas en lo jugable. Coge este objeto y llévalo allí, busca una cantidad determinada de ítems en zonas muy concretas… y poco más, para qué engañarnos. Lo que le resta mucho atractivo a estas tareas, y en algunos puntos ralentiza enormemente el propio devenir de la partida, que en ningún caso podemos acelerar con mecanismos artificiales como en otros títulos del estilo. Ya sabéis, lo de adelantar tiempo y demás.

Cada cierto tiempo se nos pedirá votar en el Consejo para obtener ventajas por tiempo limitado. ¡Atentos a los sobornos, que ofrecen beneficios inmediatos! Lástima que la idea está poco aprovechada.
Cada cierto tiempo se nos pedirá votar en el Consejo para obtener ventajas por tiempo limitado. ¡Atentos a los sobornos, que ofrecen beneficios inmediatos! Lástima que la idea está poco aprovechada.


Anno 2205 también confiere cierta importancia a la guerra, y lo hace de forma acertada separándola totalmente de la gestión de las ciudades. ¿Queréis usar vuestra flota para acabar con los enemigos? Tendréis a vuestra disposición una serie de misiones independientes que os permitirán obtener también esas preciadas materias primas de las que hablábamos antes, pero de una forma más divertida. O al menos más intensa, que aquí los tiros no cesan ni por un instante. El problema es que el valor estratégico de estas batallas no es demasiado alto, y a corto plazo se vuelven excesivamente repetitivas. Son difíciles si no gestionamos bien nuestras armas, pero no lo suficiente como para motivarnos a repetir una y otra vez el mismo esquema jugable. Están bien, porque a su modo rompen con la monotonía de las partidas, pero no pasan de eso.

Otro aspecto que no termina de convencernos es la interfaz de usuario, o mejor dicho, la ausencia de ciertos detalles que habrían facilitado mucho las cosas a la hora de gestionar las ciudades más imponentes. En concreto echamos en falta opciones tales como la posibilidad de resaltar sobre el mapa la posición de ciertas fábricas y demás, pues cuando controlas tres regiones y tienes tantos y tantos edificios de por medio, a veces no es fácil dar con los centros de producción buscados. Igualmente, en algunos aspectos Anno 2205 es demasiado parco en detalles, sin explicar demasiado bien para qué sirven ciertas recompensas o mecanismos del juego.

Equilibrio terrestre y lunar


Lo bueno de esta producción de Ubisoft es que te lleva de la mano de principio a fin para que nunca te veas desbordado por sus posibilidades jugables, planteando poco a poco nuevos retos que te llevarán a desbloquear más contenidos… y así hasta el final. ¿Lo malo? Que esto a su vez limita la vida de Anno 2205, que una vez has completado ofrece pocos motivos para seguir creando ciudades. No hay multijugador, ni tampoco mapas especiales o modos de juego que te inviten a probar nuevas formas de expandir tus ciudades. En nuestro caso hemos disfrutado de cerca de 20 horas de acción estratégica, que no está nada mal, porque además, como decíamos, este es un videojuego que entra por los ojos y los odios también, gracias a esa gran banda sonora que nos acompañará de principio a fin. Pero sabe a poco. De algún modo te quedas con ganas de más; de más horas de juego y de más opciones de gestión.

Muy Bueno

Sin sello
Equilibrio terrestre y lunar

Anno 2205

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

El viaje hacia la Luna que propone Anno 2205 es una de las experiencias estratégicas más agradables y satisfactorias del año. Hay montones de edificios que construir, muchas necesidades que saciar, y montones de desafíos a los que hacer frente. Y pese a todo nos quedamos con cierto regusto amargo, pues creemos que el título tenía potencial para llegar un paso más allá. Es una obra notable, tan espectacular en lo visual que es difícil no disfrutar de lo que ofrece, pero tal vez en 3DJuegos esperábamos un poquito más de él. En cualquier caso, es un videojuego recomendable como pocos.

Comprar Anno 2205
  • Montones de opciones de gestión en tres zonas totalmente distintas
  • Visualmente espectacular. Acompañamiento musical de gran nivel
  • La sensación de globalidad, de compartir recursos en las tres regiones
  • Exigente en lo técnico. Incluso equipos de gama alta pueden sufrir
  • Poco rejugable. Una vez concluyes tu ciudad tienes poco que hacer
  • Misiones opcionales monótonas. Batallas navales desaprovechadas
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español y voces en inglés
Duración: 15-20 horas (mínimo)
Ver requisitos del sistema
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