J. R. R. Tolkien creó una mitología maravillosa llena de detalles, con una cronología que trasciende los libros del autor y que asienta firmemente las bases de sus obras más conocidas: El Hobbit, la trilogía de El Señor de los Anillos y El Silmarillion. Tan riguroso fue el trabajo de Tolkien que a las distintas adaptaciones de su trabajo no les ha quedado otra que tomarse alguna que otra "licencia creativa".
A muchos aficionados y apasionados del cuerpo literario original de Tolkien les puede parecer casi sacrílego que distintas adaptaciones se salten el marco cronológico establecido por el genial autor, o que se añadan diferentes interpretaciones de ciertos pasajes. Incluso que se omitan importantes episodios de la historia de la Tierra Media. Qué decir cuando se modifican radicalmente. Pero también hay que reconocer que Tolkien realizó un trabajo tan minucioso a la hora de establecer la herencia histórica y cultural de la que beben sus novelas que es muy difícil trabajar con ese material sin dejarse algo por el camino.
En este sentido, seguramente las adaptaciones cinematográficas de El Señor de los Anillos sean el mejor ejemplo. O la próxima serie El Señor de los Anillos: Los anillos de Poder que estrenará este año Prime Video. A pesar de que las películas son tremendamente respetuosas con el material original, aquí y allá Peter Jackson, Fran Walsh y Philippa Boyens tuvieron que meter tijera por algún lado para que pudiéramos disfrutar del espectáculo de la batalla de los campos de Pelennor o el asedio al Abismo de Helm. Y claro, también hay que ver qué añades a este universo ya clásico en beneficio de la narrativa y la diversión del espectador, y si no, que le pregunten a Lurtz, no sea que un arquero orco cualquiera acabe en pantalla con el bueno de Boromir. No se ganan los Oscar así como así. Los videojuegos sufren también estas limitaciones. Hacer de la obra de Tolkien un producto interactivo que puedan disfrutar todo tipo de aficionados, lectores o no, requiere de ciertos sacrificios. Hoy en 3DJuegos repasamos algunos de los cambios más notorios realizados por la industria de los videojuegos en comparación con las ideas originales de J. R. R. Tolkien.
Sin duda, antes de entrar de lleno en el terreno de los cambios, hay que destacar el magnífico trabajo realizado por Melbourne House y Beam Software a la hora de crear los primeros juegos oficiales basados en la Tierra Media y el mundo de Arda, con juegos que van desde el RPG más primitivo a interesantes juegos de estrategia. No eran perfectos, pero sus responsables se esforzaron por ser lo más fiel posible.
El mundo ha cambiado. Lo siento en el agua…
En los años 90 la desarrolladora Interplay tomó el testigo de las primeras adaptaciones y en su propia adaptación de La Comunidad del Anillo, The Lord of the Rings Vol. 1, introducía uno de los primeros cambios significativos. Y es que la Compañía del Anillo, el grupo de héroes voluntarios llamados a acompañar a Frodo en su viaje para destruir el Anillo Único, en lugar de formarse en el Concilio de Elrond se crea tras cumplir diferentes misiones en las que Frodo debe convencerles de que se unan a su aventura.
No fueron los únicos cambios. Tanto Gandalf como algunos de los personajes protagonistas de la continuación de este juego, centrado en los acontecimientos de Las Dos Torres, sacrificaron algo de su herencia original por favorecer la diversión de los jugadores.
Universo expandido de El Señor de los Anillos
Algunos de los cambios introducidos por las películas tenían su eco en los juegos
Con el cambio de siglo las cosas empezaron a ponerse complicadas para los puristas de Tolkien. En 2002, el juego de La Comunidad del Anillo de Black Label, si bien se esforzaba por seguir paso a paso lo narrado en el libro, llevaba al bueno de Gandalf a Bree, cuando debería estar haciendo frente a Saruman. Ya de la mano de las adaptaciones cinematográficas de Peter Jackson los aficionados de los videojuegos recibieron muchos títulos que, a su vez, trasladaban la acción de los cines a los videojuegos. En general, facilitar la diversión y centrar la acción en los personajes más reconocibles de las películas propició todo tipo de pequeños cambios en los diferentes juegos aparecidos durante estos años. Así, algunos de los cambios introducidos por las películas tenían su eco en los juegos. Por ejemplo, la versión de Las Dos Torres para Game Boy Advance reforzaba el protagonismo de Éowyn como uno de los héroes jugables.
EA tenía claro que debía exprimir cada centavo pagado por la licencia, así que más allá de los juegos herederos de las películas, mostró una enorme facilidad para sacarse cosas de la manga. De ahí que más de un lector fiel de Tolkien se echara las manos a la cabeza con lo visto en El Señor de los Anillos: La Tercera Edad. El juego lo protagonizaba una segunda Compañía del Anillo que seguía en secreto los pasos de la reunida en torno a Frodo, a modo de refuerzo. De ahí que uno pudiera hacer frente al mismísimo Sauron, imaginamos que para alivio de Sam y Frodo.
Tal vez por exigencias del formato, los títulos de estrategia de El Señor de los Anillos fueron los que más jugaron con la mitología original, incluso haciendo algún que otro guiño a las anotaciones y apéndices escritos por Tolkien. Batalla por la Tierra Media II, editado en 2006 por EA, mostraba cómo Rivendel era atacado por las fuerzas de Sauron tras la partida de Frodo y sus amigos o a la Boca de Sauron como un señor de la guerra al mando de diferentes ejércitos a lo largo y ancho de la Tierra Media.
Una licencia para atraerlos a todos
En 2010 Warner quiso dejar claro que iba a ser especialmente creativa a la hora de manejar la licencia de El Señor de los Anillos. El Señor de los Anillos: Las aventuras de Aragorn nos convertía en el heredero de Isildur y nos llevaba de fiesta, literalmente. El juego nos invita a la investidura de Sam como alcalde antes de lanzarnos, Anduril en mano, contra ejércitos de orcos.
Compartiendo este mismo espíritu "innovador", Snowblind Studios produjo el curioso La Guerra del Norte. El juego seguía la historia de un grupo de héroes que responde al clásico trío de montaraz, mago y guerrero: Eradan, un explorador del Norte; Andriel, una elfa que proviene de Rivendel; y Farin, enano heredero de Durin. Este peculiar equipo debe hacer frente a Agandaur, un aliado de Sauron empeñado en arrasar la Tierra Media. La iniciativa mostrada por los estudios de Warner a la hora de ampliar el Universo Tolkien para acomodarlo a las necesidades de sus propuestas llega a su punto álgido con la serie de La Tierra Media: Sombras de Mordor y Sombras de Guerra. Monolith, además de crear unos estupendos juegos, le da una tremenda patada al material original de Tolkien.
El inédito territorio narrativo presentado por estos juegos nos mete en el papel de Talion, un montaraz con sed de venganza poseído por el espíritu del mismísimo Celebrimbor, el elfo forjador de los anillos de poder. A partir de ahí la historia del juego hace sus propios aportes a la mitología de la Tierra Media. Uno de los más sonados en su momento fue la readaptación de Ella Laraña, un detalle de la trama que encolerizó a no pocos fans de los escritos originales. En su momento el equipo de desarrollo habló de su intención de humanizar a este personaje y en palabras del propio director del juego, contraponerlo con el de Galadriel. Pero vamos con los cambios más radicales. Advertimos que muchos forman parte del final del juego, así que a partir de aquí spoilers.
Monolith le mete una tremenda patada al material original de Tolkien
Un cambio potencialmente interesante que no terminó de cuajar demasiado bien para muchos aficionados. Y no fue el único. Desde la facilidad con la que Talion logra derrotar a un Balrog cuando a Gandalf le cuesta un disgusto, a Isildur convertido en uno de los espectros del anillo. De igual forma para Helm Mano de Martillo. Esto mismo se aplica al propio Talion, que termina convertido en uno de los siervos de Sauron. Pero sin duda, el más llamativo es el de la creación de un nuevo anillo de poder que no está controlado por Sauron. ¿Esto quiere decir que el Anillo Único no es tan único?
Resulta curioso que a pesar de lo grande y rico que es el universo creado por Tolkien, de vez en cuando los estudios de videojuegos tengan que poner de su propia cosecha alguna que otra idea haciendo trampa con la cronología o los hechos literarios… cuando no se los salta literalmente. ¿Qué sorpresas de este estilo nos traerá el próximo The Lord of the Rings: Gollum?