El lanzamiento de Dark Void se acerca a velocidad de Jet-pack, y con él una de las grandes apuestas de Capcom para sus nuevas IPs. Buenos gráficos, ritmo espectacular y frenética jugabilidad a caballo entre el shooter de tierra firme y el arcade de combates aéreos son sus credenciales.
Capcom nos ha hecho llegar una beta de Dark Void que presenta un aspecto muy cercano a lo que será su versión final, y no hemos podido esperar a ponerle las manos encima para traeros nuestras Impresiones Jugables. El título ha mejorado mucho en términos de control desde nuestro último contacto con el videojuego durante el evento Captivate 09 del pasado mes de abril, y eso es una gran noticia puesto que la precisión en un título de estas características debe ser fundamental.
El trabajo de los chicos de Airtight Games continúa mostrando enormes síntomas de querer lograr algo genuino con su título de debut, y para ello no se han conformado con el clásico videojuego de acción, sino que han apostado por un híbrido de géneros de lo más particular.
El Heredero de Ícaro
En los dos avances que, con anterioridad, hemos llevado a cabo sobre Dark Void hemos tratado sobradamente aspectos como su argumento, su concepto o su apartado gráfico. De modo que en estas Impresiones Jugables nos centraremos en los apartados de control, manejo y jugabilidad, precisamente lo que se espera de un contacto con una beta cercana al master final.
El título da comienzo con un espectacular combate aéreo sin más mediación que el menú inicial previo. Con esta introducción tan frenética los chicos de Airtight Games pretenden que el usuario se haga una rápida idea no sólo de los controles y del estilo de esta dimensión del título, sino también del frenético ritmo del que disfrutaremos en todo momento.
En la faceta de arcade aéreo de Dark Void debemos destacar que se pone en marcha cuando nuestro protagonista emplea el Jet-pack que lleva la espalda, y éste se maneja con la naturalidad de cualquier título de aviación. Los controles con el stick del pad o ratón de PC están invertidos, de modo que los paralelismos con el género de aviones están todavía más acusados. Así pues empleamos los gatillos para disparar los diferentes tipos de armas, y los botones izquierdo y superior del pad para frenar y acelerar nuestro vuelo respectivamente.
Dark Void es mucho más parecido a un shooter en tercera persona clásico cuando pisamos tierra firme. Entonces el videojuego se torna título de acción con un muy interesante uso de coberturas, que nos permite parapetarnos tras los diferentes elementos que salpican el escenario y efectuar los clásicos movimientos del fuego de cobertura sin asomar la cabeza, el fuego de precisión asomando el cuerpo y el desplazamiento rápido entre los diferentes elementos.
Durante los primeros niveles la jugabilidad se divide entre los niveles aéreos y los niveles a ras de tierra como partes separadas, sin embargo con el transcurrir de la aventura iremos viendo como éstas se fusionan, hasta que en un momento determinado de su comienzo podamos alternarlos con total libertad. Es entonces cuando el título más exige al jugador por su parte, puesto que por lo que hemos podido ver los controles entre una y otra vertiente son muy dispares y requieren de un cierto margen de adaptación por parte del usuario.
Así pues lo mejor de la jugabilidad de Dark Void viene de la mano de la posibilidad de volar hasta plataformas con espectaculares combates contra otras naves, y una vez sobre éstas, desactivar el Jet-pack para poder recorrerlas a pie. Entre medio daremos con furibundos combates a caballo entre el cielo y la tierra, que incluyen la interesante posibilidad de encaramarnos a naves enemigas para arrebatárselas a sus pilotos y hacernos con su control.
Dark Void llegará a las tiendas de nuestro país el 22 de enero del 2010. Será entonces cuando veamos una de las grandes apuestas de Capcom por fin entre nosotros, y cuando comprobemos la verdadera valía de Airtight Games como estudio debutante: Los restos de los creadores de Crimson Skies que, en esta ocasión, deberán hilar mucho más fino para lograr esta mezcla de géneros tan ambiciosa como peligrosa.