Así es Crossfire X, el ambicioso FPS "todo en uno" asiático que llega a Xbox One

Así es Crossfire X, el ambicioso FPS "todo en uno" asiático que llega a Xbox One
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Tal vez ni siquiera te suene, pero el nombre Crossfire ha logrado la difícil tarea de hacerse un hueco en el gigantesco mercado asiático con 650 millones de jugadores registrados a lo largo de una década. Ahora, su iteración más reciente Crossfire X prepara un desembarco occidental en Xbox One, y ya hemos podido probar su ambiciosa propuesta.

La beta de Crossfire X ha sido una experiencia… casi anecdótica. Antes de entrar en el juego, ya era consciente de que sería algo parecido a CS:GO o Call of Duty, algo genérico, tal vez sin alma ni personalidad. Pero conforme probaba los diferentes modos y mapas incluidos en la beta llegué al punto de fruncir el ceño y preguntarme a mí mismo "¿qué estoy jugando?" Que no se me malinterprete: la jugabilidad me ha sorprendido para bien, pero hay tantos rasgos prestados de un juego u otro, que al final uno pierde el hilo de lo que es realmente el CFX puro, sin adulterar. Y supongo que al final, el juego es una mezcla de todo lo que tiene éxito en el género. Nada malo, solo algo chocante al principio.

La beta incluía tres modos de juego, dos etiquetados como clásicos (desde la perspectiva asiática, entiendo) y uno nuevo. Cada modo se juega en un mapa diferente, también. Normalmente, uno esperaría que cada modo tuviera diferentes objetivos, al estilo de TDM, CTF o FFA y ya está, pero no: hay un salto enorme en la jugabilidad de uno y otro. Hay mecánicas que se comportan de forma diferente, hay progresión diferente durante la partida, todo es tan diferente que (aunque suene a exageración) al principio da la sensación de estar jugando a otro juego. Es una propuesta realmente flexible.

Es algo extraño, que no es lo mismo que desagradable: lo cierto es que todos los contenidos de la beta estaban bastante bien, y la mayoría de quejas que puedo poner sobre la mesa tienen que ver con los controles y los gráficos de esta adaptación a consola, no con el juego en sí. ¿Tendrá futuro en Occidente? Tal vez, pero antes de tratar de predecir acontecimientos toca descubrir lo que se nos ofrece, y en ese sentido hay mucho de lo que hablar.

Los geniales mapas y modos de la beta

Si Counter-Strike tiene terroristas y antiterroristas, Crossfire X enfrenta a dos organizaciones paramilitares, Global Risk y Black List, en un conflicto a gran escala… que se resuelve en contiendas de hasta 16 jugadores. El primer modo de la lista ofertada en la beta es muy similar a lo visto en el FPS de Valve, también: por rondas, cada equipo se reparte los roles de ataque y defensa. El objetivo es colocar una bomba en el punto A o el punto B del mapa. Los atacantes ganan si la bomba detona o si matan a todos los oponentes, mientras que los defensores deben erradicar a todos los atacantes o, si la bomba está activa, desactivarla. Un par de anotaciones curiosas adicionales.

CFX es una mezcla de todo lo que tiene éxito en el género. Nada malo, solo algo chocante

La primera es que no puedes correr, pero sí que puedes caminar más rápido si equipas armas más ligeras. Lógicamente, la pistola es más ligera que el arma principal, y el cuchillo te permite moverte con aún más soltura. Nada que no se haya visto desde que los cibercafés se volvieron centros de adiestramiento militar. La otra es que solo puedes disparar desde la cadera, a menos que tu arma tenga una mira especial como la de los francotiradores. Es decir, que no tiene ADS para los rifles de asalto, LMG, escopetas y demás. Y francamente, es una decisión extraña, más aún tras probar un Valorant que ha demostrado que se puede tener una buena experiencia combinando la mira con los disparos en la cadera.

Los escenarios están bien diseñados, y también son muy bonitos. La resolución en Xbox One estándar es modesta, eso sí.
Los escenarios están bien diseñados, y también son muy bonitos. La resolución en Xbox One estándar es modesta, eso sí.

Hay un pequeño problema que arrastra también este modo, y es el hecho de que apuntar con mando desde la cadera a menudo se siente frustrante, incluso tras dedicar un tiempo a los ajustes de sensibilidad. Pero, viniendo de alguien acostumbrado al control por teclado y ratón, tampoco le daremos mucha importancia a ese asunto. Sí que vale la pena repasar lo bien diseñado que está el mapa y el hecho de que se muestre claramente antes de empezar la partida. Cada calle está recreada con mimo y hay muchos ángulos interesantes uniéndolas. Por ejemplo, desde el 'spawn' de los defensores hay una ventana diminuta que conecta directamente con el de los atacantes, por lo que ambos equipos pueden arriesgarse a hacer una baja temprana desde ahí.

Así es Crossfire X, el ambicioso FPS "todo en uno" asiático que llega a Xbox One


Así es Crossfire X, el ambicioso FPS "todo en uno" asiático que llega a Xbox One

También hay un edificio con un largo pasillo conectado justo a la calle principal lleno de ventanas, y otras muchas conexiones realmente inteligentes uniendo diferentes calles. E incluso un portón entreabierto idéntico al del legendario Dust 2. No puedo hacer suficiente énfasis: es un mapa muy bueno, muy inteligente. Lo mismo puedo decir del "otro" modo clásico, una vertiente de CS:GO donde también hay una bomba y dos objetivos, solo que en este, solo el bando defensor tiene armas de fuego, y esta vez pueden apuntar. Los atacantes tienen un arma cuerpo a cuerpo y camuflaje activo. Y puestos a comparar, se siente muy al estilo de las 'customs' de Halo, tanto en el comportamiento del camuflaje como en el movimiento y el sentido de la cooperación en general, es muy parecido. Casi que al lanzar y recoger la bomba puedes oír una vocecilla en tu cabeza diciendo 'flag taken / flag dropped'.

Bromas aparte, es un modo realmente divertido, con un mapa igual de bien recreado que el anterior (o incluso más) y que para la sorpresa de nadie, se ha convertido en uno de los favoritos de la comunidad. Diría que el rol más divertido es el de los atacantes: no tienen armas de fuego, pero quienes no cojan el maletín bomba al principio de la ronda pueden encontrar granadas de humo para camuflar sus movimientos arriesgados o despistar a los defensores. Es su único recurso más allá de sus cuchillos y hachas no arrojadizos. Este bando mejora su camuflaje estando quieto, e incluso tiene una animación muy satisfactoria cuando se vuelven completamente invisibles.

Así es Crossfire X, el ambicioso FPS "todo en uno" asiático que llega a Xbox One

Ver que un atacante pasa de largo por delante y es incapaz de detectarte se siente genial, pero es incluso mejor conocer los (varios) entresijos del mapa y espiar al equipo rival desde los conductos de ventilación, planeando cuidadosamente el ataque; o incluso esconderse tras los intensos focos de luz de los jardines exteriores para moverse sin ser detectado. No es el primer juego que usa invisibilidad contra armas, ni muchísimo menos, pero tengo muy claro que Smilegate ha sabido balancear ambos equipos con mucha maestría, haciendo que sea una experiencia muy divertida. ¿Aburrirá tras horas y horas? Probablemente, pero pocas formas mejores se me ocurren para destensarse tras una sesión larga de disparos.

Durante las partidas podemos acumular rachas y mejorar nuestro personaje con nuevo equipamiento o bonificaciones pasivas.
Durante las partidas podemos acumular rachas y mejorar nuestro personaje con nuevo equipamiento o bonificaciones pasivas.

Los modos al estilo Counter-Strike no tienen reaparición, pero eso cambia en el modo nuevo (control de banderas, conquista) una versión más intensa y salvaje de CFX… que imita las mecánicas de Call of Duty o Battlefield. Por una parte, me entristece un poco ver que no hay más ambición u originalidad detrás de esto, porque realmente es un programa sólido en cuanto a 'gunplay' y cuando se lo propone, hace las cosas muy bien. Por otro lado, este modo también se siente satisfactorio. Conformista, poco inspirado, pero satisfactorio. Como todo lo que hace el juego.

Esta variante tiene apuntado, tiene 'sprint', y tiene otras muchas cosas que no hacían falta, pero de las que no nos vamos a quejar, ya que están. Hay un equivalente a las rachas de Call of Duty que se traduce en subir de nivel, y al hacerlo también se desbloquean unas mejoras para tu personaje durante el resto de esa partida. Como si fuera un MOBA, vaya. Por ejemplo, al mejorar la defensa al nivel 2 podemos añadir a nuestro arsenal un escudo policial muy útil, pero también podemos aumentar nuestra velocidad considerablemente para ir corriendo y matando cuerpo a cuerpo sin parar. Es viable, por raro que parezca. Y por alguna razón, también tiene un mapa dividido en secciones. Cuando se acaba la primera ronda, el equipo que pierde debe huir a una sección nueva, o morir en el proceso a manos de los atacantes que aún controlan la zona previa.

Así es Crossfire X, el ambicioso FPS "todo en uno" asiático que llega a Xbox One

Al margen de todo esto, desde el menú principal podemos invertir puntos que alcanzamos por subir de rango en un triángulo de estadísticas con 'perks' permanentes, de tal forma que, por ejemplo, hagamos más daño cuando nuestro soldado está herido de gravedad. Es una decisión extraña, pero ciertamente le da cierto sentido de progresión. También podemos personalizar nuestros 'loadouts' desde fuera, aunque es un menú más simple que el de CoD —sencillamente tienes ranuras para cada pieza de equipamiento, y eliges la que más te guste. Nada de ventajas equipables ni similares.

Los modos y mapas están realmente bien diseñados

En resumidas cuentas, la primera toma de contacto con Crossfire X en Xbox ha sido positiva, aunque algo rara. El hardware del modelo tradicional de la consola da para una resolución baja, el control con mando se siente muy extraño en un modo donde solo hay 'hip-fire' (nada que ver con el visto en las aventuras del Jefe Maestro y compañía) y hay muchas ideas prestadas directamente de juegos como CoD, CSGO o Battlefield. Las pocas veces que el juego se propone hacer algo propio, lo hace bien. Muy bien, de hecho. Sus mapas y modos podrán ser más o menos parecidos a la competencia, pero se sienten sólidos y diseñados con brillantez.

No me cuesta imaginar que logre plantarle cara a títulos como Ironsight o Warface, pero si se volverá más popular que estos o no, el tiempo lo dirá. Es probable que la campaña de un jugador que está creando Remedy en estos momentos juegue un papel clave en esa batalla contra la competencia de shooters free-to-play.

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