Medieval Dynasty cosecha un enorme número de reseñas positivas en Steam a pesar de estar todavía en de acceso anticipado. Tras haber jugado más de 20 horas es fácil saber por qué gusta tanto y, sobre todo, por qué es tan adictivo. Os lo contamos en estas impresiones.
La verdad es que no soy un jugador al que le llamen especialmente la atención los juegos de supervivencia. Títulos como Rust, Ark Survival Evolved o el más reciente y exitoso Valheim no han significado demasiado para mí. El lujo de pasar un enorme número de horas dentro de un universo en el que desarrollar todos y cada uno de sus elementos es algo que un crítico de videojuegos rara vez se puede permitir. Así que es una suerte poder hablaros hoy de este título con la calma y el sosiego que la apretada agenda de lanzamientos no siempre permite.
Todos los juegos que he enumerado anteriormente comparten varios rasgos comunes entre sí. Son títulos con toques de RPG, las mecánicas de supervivencia son su núcleo central y están dirigidos a ser una experiencia multijugador. Es en ese último punto donde Medieval Dynasty difiere de todos los demás, tratándose en este caso de una aventura destinada para un solo jugador, por lo que los elementos cooperativos y, sobre todo, competitivos desaparecen de un plumazo. Por ambientación y perspectiva es fácil acordarse de referencias como Kingdom Come Deliverance mientras uno disfruta de Medieval Dynasty, pero estamos aquí ante una experiencia muy distinta.
Esto se debe fundamentalmente a que Medieval Dynasty no le da a la historia y su narración el peso específico que le otorga Warhorse a su único juego hasta ahora. En Medieval Dynasty la narrativa es fundamentalmente emergente, todo queda en manos del jugador, de sus aventuras y de cómo se vaya desarrollando la partida de cada uno sin la intervención de otros usuarios. Por lo tanto, este título es perfecto para aquellos que quieran disfrutar de mecánicas de supervivencia sin los agobios o el apremio que provoca muchas veces el juego en línea; a tu ritmo y de manera sosegada, sin miedo a volver después de tiempo y ver que todo ha cambiado o que nos hemos quedado tan atrás con respecto al mundo que ya es imposible recuperar el pulso de la aventura.
Mucho más que un juego de supervivencia
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En Medieval Dynasty las misiones son pretextos para introducirnos dentro de sus mecánicas, obligarnos a recoger y fabricar elementos y servir de empujón al jugador a la hora de investigar más allá de su actual zona de confort. Por lo tanto, desde una perspectiva en primera persona has de crear tu primera casa, empezar a talar árboles, cazar animales, recoger setas y frutos, crear rudimentos cinegéticos… en definitiva, utilizar todo lo que el extenso (aunque tampoco exagerado) mapa de Medieval Dynasty tiene para ofrecer. Desde la base, y haciendo uso de los elementos más primordiales vas a ir ganando puntos de experiencia que desbloquean planos para crear nuevos y mejores edificios, así como herramientas más duraderas y potentes.
Dentro de los parámetros habituales de su género el progreso dentro de Medieval Dynasty es lento, en algunos momentos demasiado. Sin embargo, el juego sabe darte recompensas cuando más las necesitas en forma de nuevos niveles de habilidad que mejoran las estadísticas de tu personaje. De manera que, sin darte cuenta, quedas completamente atrapado dentro de la aventura, arando y cultivando, sembrando y recogiendo, creando elaborados a partir de materias primas y todo, desde cero. Pero, ¿cómo vamos a elaborar objetos cada vez más complicados sin que el tiempo de producción se dispare? La respuesta es sencilla, no lo vas a hacer solo. Porque Medieval Dynasty va de sobrevivir, pero también es un simulador de vida ambientado en la Edad Media. Nuestra primera casa es solo la primera piedra de nuestro asentamiento. Y tras ella vendrán almacenes de grano, molinos, ganaderías, huertos, herrerías y un buen montón más de edificios que conformen una nueva villa al completo. Y, por qué no, una nueva ciudad en un futuro. Pero, ¿qué sería de una aldea sin aldeanos? Pues precisamente esa es la otra gran mecánica de juego sobre la que se sustenta Medieval Dynasty.
Alrededor de nuestra villa existen otras tantas. Pequeños grupos de casas donde se agrupan personajes con los que podemos hablar e interactuar. De esta forma, algunos de ellos nos encargarán misiones o tareas que cumplir de mayor o menor complejidad. Con otros podremos comerciar, intercambiando objetos por monedas u obteniendo de ellos aquellas materias primas que, por nuestra cuenta, aún no somos capaces de producir.
Quiero detenerme un instante en el sistema de comercio dentro de Medieval Dynasty y cómo entronca con el desarrollo de la aldea y la gestión que haces tu tiempo. Cada comerciante dentro del juego tiene unas mil monedas que le puedes sacar a base de venderle lo que sea. El punto más complejo es que, en las primeras fases de la experiencia, los objetos que producimos tienen un valor irrisorio por lo que, para conseguir una buena de cantidad de dinero que vas a necesitar para conseguir nuevos planos únicos tienes que destinar una gran parte del tiempo a ir consiguiendo recursos, algo que puede hacer que la experiencia se enlentezca demasiado.
Estos aldeanos son, además, potenciales trabajadores de nuestras instalaciones y es aquí donde el programa saca un apartado más: la gestión. Estos trabajadores tienen un salario, hay que pagar impuestos al castellano y garantizarles un bienestar. Se trata de una capa realmente interesante dentro de Medieval Dynasty, ya que cuando avanzamos nuestro asentamiento, estos van a ser el centro de todos nuestros esfuerzos.
Hacernos un nombre es fundamental
Trás más de 20 horas sumergido en su mundo he quedado muy satisfecho
Me ha dejado algo frío el sistema de conversaciones que actualmente tiene el título. Bastante carente de variedad en cuanto a líneas de diálogo y posibilidades se torna algo repetitivo el conseguir una reputación en base a las charlas que mantenemos con los NPC, siendo muy aleatorio el saber qué tipo de comentarios serán o no de su agrado. Este sistema de reputación va mucho más allá de nuestro avatar; como bien indica en su nombre Medieval Dynasty va sobre crear una dinastía. En este aspecto recuerda a otros juegos más focalizados en la gestión como puede ser el caso de Crusader Kings III, en el que nuestros herederos arrastrarán nuestra buena o mala reputación. Estos herederos van a ser nuestro futuro dentro de un juego de duración infinita y para crearlos, obviamente, habrá que desarrollar romances con otros miembros de la aldea. El sistema es un poco similar al de la reputación, si bien, queda muy descafeinado por, como ya he comentado, lo escaso y repetitivo de las líneas de diálogo que acompañan a las conversaciones, tornándose en un elemento más que granjear a base de ir, venir y probar hasta conseguir dar con una relación exitosa.
Todos estos elementos son los que conforman la base de Medieval Dynasty, un título que cuenta con un factor que ha de ser tenido muy en cuenta a la hora de planificar nuestros pasos en él y que, sencillamente, me ha encantado. En Medieval Dynasty existen zonas más escarpadas y rocosas, valles, bosques o lagos; todos ellos dentro de un trozo de terreno que obedece a las reglas del mismo clima y de sus estaciones. Precisamente incluir un ciclo de estaciones dentro del juego es un acierto enorme por parte de la gente de Render Cube. Cada 3 días cambiará la estación y con ello la iluminación, se acortarán los días o las noches y el clima se tornará más frío viendo eventos como nieve, lluvia o niebla. Hasta aquí nada que no hayamos visto en otros videojuegos. La cosa es que, en cada estación, florecen unos determinados frutos o setas, hay animales más o menos activos o se pueden plantar unos u otros vegetales, por lo que, si no planificas bien la caza, la recolección o la siembra puedes acabar viéndote en serios problemas para sobrevivir más adelante en la aventura.
Para ayudarte en la tarea de recoger elementos, conforme subes el nivel de tu personaje este se va haciendo más resistente al frío, al envenenamiento u obtiene más salud. Además de estos puntos pasivos, existen habilidades activas, dentro de las que destaca el poder activar una suerte de "visión de brujo" que revele de manera eficiente la posición de animales o vegetales dentro del entorno. Destaca aquí el hecho de ligar esta visión a la resistencia del personaje, por lo que su uso va a quedar limitado a algunos momentos sueltos. Me ha gustado esta limitación para crear una herramienta que sea útil, pero que a su vez evite que andemos permanentemente con ella activada no disfrutando así de la experiencia tan inmersiva que propone Medieval Dynasty.
Por supuesto, dentro de esta propuesta de simulación de vida real, hay que atender a parámetros como el hambre y la sed, cosas que hay que vigilar constantemente preparando al personaje apropiadamente con provisiones suficientes a la hora de salir de caza o de expedición. Precisamente el sistema de caza es algo que creo que tiene bastante margen de mejora, siendo algo tosco y con unas cajas de impacto poco trabajadas en los animales que te sacan de la experiencia. No obstante, los peligros están a la vuelta de la esquina y toparse con un oso, lobos, o jabalíes en mitad de la noche pueden acabar llevándote directamente al punto de guardado anterior (recomiendo encarecidamente el uso de F5 con frecuencia).
El estado de acceso anticipado de Medieval Dynasty hace que sea pronto para dar un veredicto definitivo sobre el apartado técnico, pero lo cierto es que se ve muy bien, con unos buenos efectos de iluminación y un rendimiento muy estable en equipos de gama media. La excelente implementación de los controles al mando de Xbox me hace pensar que puede que, una vez el juego haya alcanzado su versión definitiva, lo acabemos viendo porteado a videoconsolas. He jugado en casi todo momento con el controlador y la verdad es que, a pesar de las múltiples capas que tiene el título, todas son fácilmente accesibles y están bien adaptadas. La música y efectos no destacan de manera especial, quizás por ser un buen acompañamiento ambiental para un juego que no exige demasiada atención a estos factores por parte del usuario. Con voces en inglés los textos están actualmente traducidos en parte al castellano, aunque queda aún mucho trabajo por delante en esta faceta ya que muchas palabras como "troncos" o "ramas" se leen aún como "registro" o "fijar". No es un impedimento para disfrutar de Medieval Dynasty, pero sí un claro reflejo del punto en el que se encuentra el título.
Tras más de 20 horas sumergido en su mundo he quedado muy satisfecho con la experiencia, destaco de él su sistema de estaciones, su apartado de gestión de asentamientos y el hecho de que se aleje del espectro multijugador para darnos a aquellos que disfrutamos más jugando por nuestra cuenta en un número de horas incalculables para perdernos en su cautivador mundo. Siempre que las obligaciones me dejen volveré al juego, no me cabe duda de ello.