Había ganas de ver Resident Evil Village, ¿verdad? Hace solo unos días que se celebró el Resident Evil Showcase que nos dejó ver algunas pildoritas del nuevo juego de Capcom, sin embargo en 3DJuegos hemos tenido oportunidad de verlo a fondo. Una hora de campaña en la que hemos podido descubrir muchos de los ases en la manga de este RE8.
En esta nueva era, las previews como antaño ya no tienen cabida. Si en el pasado hubiéramos ido a algún lugar a jugar la demo de Resident Evil 8, en esta ocasión Capcom se ha visto obligada a "solamente" enseñarnos la campaña en lo que en la industria se ha tendido a llamar hands-off. Una forma elegante de decir que "se mira, pero no se toca". En 3DJuegos hemos tenido oportunidad de ver una hora de la campaña de Resident Evil Village, presumiblemente alrededor de la primera tras el prólogo y bastante distinta a la segunda demo que habéis probado. Y, tengo que decirlo, las sensaciones que me deja son realmente positivas.
Es cierto que en cuestiones de perspectiva, estilo y planteamiento general el juego guarda tantas similitudes con Resident Evil 7 que duele menos no poder jugarlo. Imagino que las sensaciones a los mandos son bastante parecidas a las que vivimos en su momento con Ethan Winters, aquel momento fue cuando se produjo el gran cambio de planteamiento con la modificación de la perspectiva y la introducción de una serie de dinámicas inéditas. ¿Significa eso que Village es conservador? Todavía es pronto para saberlo, pero si bien es un título que incorpora muchos cambios a nivel de universo y explora nuevas ramas del terror, lo cierto es que en los lugares donde debe hacerlo sí muestra una familiaridad que muchos usuarios agradecerán.
Una hora de un juego de estas características da para mucho, y desde luego hay infinidad de cosas que contar tanto en texto como en vídeo. Sin embargo, no debes preocuparte, todo este material está libre de spoilers ósea que puedes leerlo o escucharnos hablar sobre él con la total certeza de que lo mejor de la experiencia lo descubrirás por ti mismo el 7 de mayo de 2021.
La Alargada Sombra de Resident Evil
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Ahora que el fan ha aceptado de buen grado los cambios que se introdujeron en el episodio anterior, no sin una buena ración de críticas infundadas de las del tipo de "no lo he probado, pero…", Capcom se ha puesto las pilas y ha seguido agregando novedades a la franquicia. Lo que en principio podría parecer más novedoso, por pura aparatosidad, es la llegada de vampiros, brujas y hombres lobo a la ecuación del ya célebre bestiario de la IP. Sin embargo, más allá de la, para mi gusto, más que necesaria renovación de enemigos, también hay muchos detalles muy interesantes.
El primero que llama la atención es cómo el juego se abre. No vayamos a pensar que estamos ante un mundo abierto, ni muchísimo menos, pero lo cierto es que cuando nos movemos por ese poblado que da nombre al juego, lo podemos hacer con notable libertad. Dista de ser una ciudad grande como habrás visto si has tenido oportunidad de probar las pequeñas porciones de la demo, y todavía está por ver cuánta de esa interacción y capacidad de elección está en nuestra mano, pero me ha gustado mucho ver a Ethan aventurándose por las callejuelas y entrando a alguna de las maltrechas casas buscando recursos.
La exploración ha sido un elemento clave en casi todos los títulos de la serie, no obstante esto recuerda un poco a Resident Evil 4 en el sentido que todos los fans de la saga ya han identificado, pero con la revisión de posibilidades y opciones más sofisticadas que permite un videojuego del año 2021. Un tamaño mayor para la aldea, más casas donde adentrarnos y una mayor sensación de interacción en cada una de ellas.
Así mismo, también encontramos a bastantes supervivientes. RE7 jugaba con una sensación de aislamiento casi constante más allá de nuestros enemigos acosándonos, interrumpida muy puntualmente, pero en esta ocasión por lo que hemos podido ver vamos a topar con más lugareños, y cada uno tiene sus historias y su relación con el propio Ethan que, por supuesto, no entraremos a describir para evitar spoilers… Aunque algunas de ellas, para mi sorpresa, sí han aparecido en la demo. Son cartas que yo me hubiera guardado para el juego final, pero imagino que Capcom sabe mejor que yo lo que hace. Por lo que hemos podido ver, van más allá de ser meros NPC para dar contexto a la historia, algunos de ellos tienen presencia activa en la narración y hay una escena donde están todos juntos que ya solo por su brillante puesta en escena, parece poco menos que un cuadro de Caravaggio, merece la pena verla.
Licántropos, Brujas y Vampiros
A pesar de que seguro que lo que quieres es saber si se pasa miedo o si hay acción, he empezado el artículo con la parte más puramente relacionada con la exploración porque es el ritmo que imprime la propia demo. Un crescendo en el tempo que comienza con calma para ir progresando exponencialmente hasta una recta final verdaderamente épica en el castillo ya con todas las herramientas del juego debidamente desatadas.
En una hora de gameplay hemos podido ver a dos de las grandes estrellas del videojuego en cuanto a enemigos, pero lo cierto es que hay muchos más. Los licántropos son, de alguna manera, la infantería. Los enemigos más estándar que vienen a sustituir a aquellas masas informes y francamente poco aterradoras de Resident Evil 7, y que son el adversario sin nombre y apellido. Son rápidos y mortíferos, y tienden a emboscarnos aprovechándose de su tremenda agilidad. Son tan veloces y tienen tal destreza para navegar por el escenario, que en cuestión de muy pocos segundos son capaces de rodearnos o incluso de escalar a los tejados para asediarnos desde lo alto. Son, de alguna manera, el enemigo más aparentemente común, pero igual de amenazador. De hecho, es particularmente angustiosa su presentación. Espera a descubrirla.
Por otro lado, hay muchos otros personajes que ejercen de villanos y en los que prefiero no entrar en detalles. Algunos los hemos visto ya en tráilers y otros me han cogido por sorpresa, especialmente uno del que solo os contaré que es pequeñito y aparentemente inofensivo en el primer golpe de vista, pero que a los pocos segundos de verlo recuerdo esbozar una media sonrisa nerviosa, pensar en su presencia en alguno de los lugares oscuros que ya he visitado y murmurar: "la madre que me parió, qué miedo va a dar esto".
La madre que me parió, qué miedo va a dar esto
Y es que hay momentos que dan miedo. No voy a ir de tipo duro con Resident Evil 7 si digo que no tiene tantos momentos que dan miedo (al menos sin VR, claro), y es que era un juego que disfrutaba más haciéndonos pasarlo mal metiéndonos presión y angustiándonos que generando situaciones de miedo clásico (no quiero hablar de sustos, los sustos son una cosa y el miedo es otra distinta). Aquí, ya el comienzo de la demo, fija un tono diferente con un arranque en un lugar muy lúgubre donde apenas tenemos una diminuta fuente de luz. Y realmente hay tan poca iluminación que no ves monstruos directamente, pero por cómo juega con el sonido . Igualmente opresivo, pero más aterrador. De hecho, muchas veces pasa también con los enemigos. Son criaturas que se divierten cambiando las normas y haciéndonos esperar lo inesperado de forma constante, y es que una de las claves del miedo pivota muy bien alrededor de lo impredecible y lo que no logramos comprender.
Lady Dimitrescu, por supuesto, es la ama y señora de todo lo que sucede en el juego. Su presencia se hace sentir incluso cuando no está en pantalla, y no parece pronto para asegurar que Capcom ha logrado un villano carismático y alucinante en el más puro sentido de ambas palabras, y destaca como antagonista en una saga no precisamente carente de ellos. En los minutos que hemos visto, su presencia destila ingenio en la puesta en escena y una sensación constante de amenaza. Oscila desde las insinuaciones puramente sexuales de algunas cinemáticas (sus creadores sacan partido a ese tradicional vínculo entre el vampirismo y el sexo) hasta una presencia amenazante que nos persigue por el castillo como si de Nemesis se tratara.
Sin cambiar las normas de Resident Evil
La familiaridad es una sensación constante en nuestra experiencia "hands-off" con Resident Evil Village. Eso quiere decir que la octava entrega es un lugar donde nos sentimos cómodos porque el concepto es el mismo y los controles y las mecánicas también, pero al mismo tiempo dibuja también un microuniverso aparentemente revolucionario dentro de lo que son los cánones de la saga Resident Evil. Un videojuego que me da la sensación de que es conservador donde debe serlo e innovador también de una forma muy controlada.
La base, desde luego, sigue siendo el equilibrio entre distintos estilos jugables. La exploración con la que hemos empezado y que gana profundidad, los enfrentamientos con las criaturas que ganan visceralidad y sensación de peligro respecto al anterior título y, por último, los puzles. El factor del rompecabezas no podía faltar en un RE y, por supuesto, Village no es una excepción. Hay pruebas de este tipo trufando la experiencia jugable, y en una hora de gameplay he podido ver varios. Ninguno excesivamente complicado para no romper el ritmo y, sin reinventar la rueda, sí me ha dado la sensación de que pueden aportar cosas interesantes.
Todo ello con el barniz extra de ese RE: Engine que tan buenos resultados ha venido deparando en los últimos tiempos desde que Capcom lo adoptó en Resident Evil 7. Uno de los motores gráficos más vistosos y sofisticados del momento que, quizá, no pueda competir con otros en cuestiones como la interacción o las físicas, pero que sí es capaz de recrear con pasmoso realismo estancias lúgubres y paredes desconchadas, o salones barrocos y minuciosas lámparas de araña. Mención especial a la iluminación extraordinaria, y a las caras de los NPC que nos encontramos por el camino, y que están realmente bien recreadas. Sensiblemente mejor que en episodios anteriores.
Desde luego, la demo deja momentos mágicos que no tengo intención de destriparte, pero hay uno que brilla con luz propia y que no constituye un spoiler. Cuando abandonamos esa zona lúgubre de que la que te hablaba unas líneas más arriba y cuya oscuridad es prácticamente nuestra única compañera en los primeros compases, salimos al exterior y el sol y la amplitud de lo que tenemos ante nuestros ojos recuerda de alguna forma al momento fascinante de abandonar el refugio en el arranque de Fallout 3. Impresiona por la belleza del entorno, el majestuoso castillo en un costado o el siniestro molino que domina la colina girando en el otro y el retorcido poblado en mitad de ellos, pero impresiona también por las posibilidades de exploración y mapeado que ya desde lo alto de esa montaña se contemplan. El 7 de mayo de este año tendremos respuestas para ver si el videojuego está a la altura de todas estas expectativas. Con lo que he visto hasta este momento me cuesta no estar ilusionado.