Siguen pasando las décadas y la Segunda Guerra Mundial todavía es el episodio más oscuro de nuestra historia. Sin embargo, no hay tragedia que no inspire, especialmente en nuestro querido género de la estrategia; ahora hemos podido acceder a una versión temprana de Men of War II, un nuevo RTS bélico ambientado en la aciaga década de los 40, y te contamos qué nos ha parecido en estas impresiones.
Mi relación con los juegos de guerra es de vaivenes; por un lado, me apasiona la estrategia bélica, la necesidad de sobreponerse militarmente a los adversarios en una situación de vida o muerte, pero por otro lado me suele abrumar la ingente microgestión por la que pasan sus sistemas. Me imagino que ya sabes a lo que me refiero: seleccionas a una unidad, la mandas a esa montaña tan importante para tus fines expansionistas, cambias rápidamente a la artillería, la sitúas en una posición bien defendida, redefines por enésima vez la línea de disparo de toda tu infantería, a la vez que atacas por el flanco… Un lío de clicks bestial, casi prefiero que me den un rifle y ya echaré yo a los nazis de turno como pueda. Para mí, la virtud está en el equilibrio (es posible que la frase se la haya robado a Confucio), más específicamente en la excelente combinación de sistemas que han conseguido franquicias como Total War, Company of Heroes o XCOM.
Está claro que cada una hace las cosas a su manera, hasta cierto punto no son ni del mismo género, pero todas han tenido éxito en parte porque plantean un esquema donde el jugador puede hacer y deshacer a su antojo, aunque sin caer en quebraderos de cabeza excesivos. Le he dado muchas oportunidades al género bélico desde entonces y, a pesar de que me he encontrado cositas muy interesantes, como Foxhole (una auténtica locura multijugador), las sensaciones son siempre más o menos las mismas: veo muchas ideas brutales que se pierden en un maremágnum de menús, submenús y una microgestión infinita, y a veces me pregunto si también innecesaria. Me vas a perdonar el chiste fácil, pero por ahí van los tiros con este Men of War II, la secuela de un más que notable RTS de estrategia bélica que vio la luz allá por 2009 en ordenadores. Después de unas cuantas horas de juego, te cuento qué puedes esperar de él.
Reviviendo la segunda gran guerra
Men of War II se ambienta en plena Segunda Guerra Mundial, al igual que la primera entrega, y ya te aviso de que tiene una estructura por misiones; tienes, por un lado, la campaña de los Aliados, y por otro lado la de la Unión Soviética. Lo que es una pena dejar fuera de la ecuación al ejército alemán para luchar también desde el punto de vista del otro bando, tal y como permitía la entrega original de la franquicia. De todos modos, cabe destacar que el primer Men of War más que campañas tenía escenarios ambientados en algunos de los momentos clave de la contienda, así que no es descartable que se produzca algún cambio a nivel de "estructura". Dicho de otro manera: de momento, están confirmadas ambas campañas, pero todavía no hemos visto su progreso, ni conocemos hasta qué punto serán ambiciosas. Tampoco podemos descartar que sean una suerte de entrenamiento para los otros modos de juego, algo que no deja de ser frecuente en el género.
No podemos descartar que las campañas sean un mero entrenamiento para otros modos
Lo que sí que hemos hecho ha sido liarnos a tiros (estratégicos, se entiende) contra una buena variedad de soldados nazis en distintos escenarios preconfigurados, y aquí es, en esencia, donde se centran todos los esfuerzos de Best Way para su nuevo RTS. Metiéndonos ya de lleno en cuestiones jugables, todos los elementos de la estrategia bélica en tiempo real están ahí: hay una enorme cantidad de unidades en pantalla, puedes apoyarte en multitud de vehículos para doblegar a tus oponentes, y también hay distintos tipos de edificaciones, tanto ofensivas como defensivas, todo ello en un escenario marcado por la locura del tiempo real. En el primer escenario, por ejemplo, teníamos que retomar un claro que había sido conquistado por las tropas alemanas; para ello, primero había que ganar una posición con morteros y, a partir de ahí, expulsar a los invasores a las malas. Todo el funcionamiento del juego es en "directo", sin ningún tipo de pausa (ni tiempo para pensar te dejan), así que cualquiera de tus decisiones, por pequeña que parezca, puede echar por tierra todo tu progreso, decisión creativa que, dicho sea de paso, no sé si me termina de convencer en Men of War II, especialmente por lo errático de sus momentos de infiltración.
En cuanto al esfuerzo combativo en sí, las unidades se comportan de manera más que correcta: sus patrones de movimiento siguen tus órdenes de manera bastante precisa, y todas las armas tienen un grado de dispersión y un alcance efectivo para sus proyectiles, lo que añade una mayor profundidad a la estrategia. Esto es, de hecho, lo que más me ha gustado del título: el simple hecho de poner a un artillero con ametralladora, bien parapetado, delante de un claro y ver cómo cae toda la infantería que viene a por ti es un gustazo; no descarto como momentazo tampoco ganar la posición por un buen flanqueo a distancia de los fusileros, o reventar a misiles ese tanque que te lleva haciendo la vida imposible quince minutos.
Todavía no hemos llegado a ese punto de inflexión que le dé un nuevo giro de tuerca al género
La fórmula tiene sus cosillas, evidentemente: hay cierta interacción con el escenario pero tampoco es nada del otro mundo (hablaremos de esto pronto), hay un cierto factor de aleatoriedad que, aunque entendible, te la puede liar de manera increíble, y la acción a veces ocurre como a destiempo, de manera un tanto atropellada. La velocidad no parece estar del todo ajustada a la realidad, con situaciones un tanto rocambolescas, como ver a cuatro tíos cargados con cohetes subir un monte en cuestión de segundos, situación que choca un poco con el realismo que pretende Men of War II. Lo mismo aplica a los vehículos: cada uno tiene sus estadísticas, se comporta de distinta manera en términos de movimiento y velocidad, y transmite sensaciones casi únicas, pero he visto algún que otro fallito de la inteligencia artificial que ha sido como un jarro de agua fría en la espalda. Esperemos que sea cosa de la versión temprana.
No obstante, hay otros aspectos que he recibido de muy buena gana: cavar las trincheras a mano (una fumada que funciona muy bien), mandar a tus unidades que avancen totalmente a ras de suelo, o un sistema de coberturas intuitivo en el que cada miembro del escuadrón asume una posición más o menos lógica de manera natural. Lo cierto es que hay muchos elementos que facilitan la terrible microgestión de la que te hablaba antes, pero aún así se me hacen insuficientes, especialmente porque la dimensión a la que opera Men of War II es bastante elevada: estás en la segunda gran guerra y, por mucho que su resumen en Yahoo Respuestas sea legendario, la verdad es que la contienda fue bastante bestia y complicada. Hay mil frentes abiertos en todo momento, y por mucho que eso tenga sentido, a veces se hace abrumador. En general, siento que todavía no hemos llegado a ese punto de inflexión que le dé un nuevo giro de tuerca al género, y desde luego me temo que lo nuevo de Best Way lo tiene complicado para avanzar demasiado en estas materias.
De entrada, habrá que esperar a su lanzamiento oficial en 2023. Las sensaciones, por ahora, son agridulces, pero veo muy difícil que pueda escapar de su nicho y de los problemillas que el subgénero lleva arrastrando unos cuantos añitos ya. Eso sí, si eres un gran fan de la estrategia en tiempo real, como mínimo deberías seguirle la pista. Saldremos de dudas más pronto que tarde.