Cuatro Lancers son siempre mejor que dos, y Gears of War 3 viene a demostrárnoslo con una campaña -para hasta 4 jugadores- que será la más épica, profunda y desgarradora de cuantas hayamos visto en la serie. Probamos, por primera vez, la campaña individual y cooperativa del nuevo título de Epic Games para contaros cómo giran los nuevos engranajes de la guerra.
Que hayamos tenido que esperar casi tres años desde el lanzamiento de Gears of War 2 para probar, por primera vez, la campaña de Gears of War 3, es el mejor indicativo del esfuerzo y dedicación que Epic Games está poniendo al que ellos mismos califican como “el sorprendente final a la serie”.
Y no es para menos, ya que una de las grandes novedades de esta entrega es que vamos a contar con un poderoso argumento. Todos somos conscientes de lo superficiales que fueron las aventuras de Marcus y Dom en los anteriores títulos, algo que no nos importó demasiado, ya que lo más importante fue que la acción de disparos resultó soberbia. Pero ahora los creadores irán más lejos -confirmado por nuestros propios ojos- gracias a un guión profesional, escrito por la mismísima Karen Traviss, que debuta en este videojuego después de haber creado varias novelas basadas tanto en esta franquicia como en otro peso pesado como Star Wars.
La familia Delta crece
En palabras de Epic: "Queremos crear algo al más puro estilo Pulp Fiction, donde varias historias paralelas converjan en un mismo punto final". Una narrativa profunda que se nos presentará desde la mirada de varios protagonistas y que, por tanto, ya no girará solamente en torno a la conocida pareja Delta. Ahora habrá muchos más personajes (como Cole) que serán manejables en varios puntos de la aventura para ofrecernos una renovada visión sobre el universo Gears of War (se rumorea que incluso podríamos ponernos, en algún momento, en la piel de un Locust).
Un enfoque que trata a los dos escuadrones protagonistas (se alternarán en la campaña) casi como pequeñas unidades familiares, unidas en una época oscura, 18 meses después de la caída de Jacinto. El nuevo objetivo sigue siendo sobrevivir, aunque esta vez las cosas están más difíciles que nunca. La COG (Coalición de Gobiernos Ordenados) se ha disuelto y la Imulsión ha infectado a miembros de los Locust, haciendo que se conviertan en temibles Lambent.
Lambent contra Locust, y Gears contra esas dos especies. Sin duda, esta obra parece tener todos los ingredientes para crear “el final más espectacular y dramático de toda la saga” (como Bleszinski llegó a afirmar), teniendo todo su origen en el portaaviones CNV Sovereign, último gran refugio de la humanidad. Desde allí comenzaremos nuestra partida, previo “flashback” jugable (serán muy frecuentes) cuyo contenido no os desvelaremos para no arruinaros la experiencia, pero que girará alrededor de Adam Fénix (padre de Marcus) -que parece no estar muerto- y el hallazgo de una solución para salvar a la humanidad.
Con esta introducción, todo indica que Epic Games cumplirá su promesa de responder a la mayor parte de preguntas que los fans se hacían, con una aventura de salvación donde veremos a un Marcus más emocional y a un Dom más destrozado que nunca. Puede que sea el Gears of War más humano y personal de todos los que hayamos visto hasta la fecha, a la vez que una buena demostración de cómo se puede mejorar una saga que -en sus dos anteriores exponentes- ya fue calificada por 3DJuegos como “Obra Maestra”.
Gears of War 3 presenta en su campaña individual importantes novedades. Por una parte, de esta toma de contacto con el primer acto del juego (que tardamos en superar más de dos horas), extrajimos la importante conclusión de que ahora la acción parece más abierta, con campos de batallas amplios y componentes de avance no tan pasilleros.
Durante las 10-12 horas que durará la campaña -dato ya conocido-, la dinámica “third-person shooter” será más visceral y brutal que nunca, gracias sobre todo a que esta vez iremos mejor acompañados a las misiones. Si en anteriores entregas era común que fuéramos en pareja -o en solitario-, ahora seremos un grupo de cuatro, algo por otra parte necesario para posibilitar otra de las grandes sorpresas de Gears of War 3: el cooperativo para hasta cuatro jugadores (tanto por System Link como por Xbox LIVE). Evidentemente, no existirá pantalla dividida para tantos usuarios, pero sí que se conserva la campaña cooperativa de dos jugadores en la misma consola.
Marcus, Dom, Cole, Baird, Jace Stratton o Aaron Griffin (junto a la incorporación de personajes femeninos como Samantha Byrne, Anya Stroud, Queen Myrrah y Bernadette Mataki), hacen que, en esta ocasión, tengamos el elenco de protagonistas más variado de la historia de la franquicia. Una variedad que también se intentará manifestar en las misiones, rumoreándose incluso -aunque no llegamos a verlo- que tendremos secciones bajo el agua.
Y esto es sólo la superficie, porque una vez metidos en la acción nos percatamos de pequeños retoques sobre las mecánicas jugables. Mientras que el sistema de apuntado y de recarga se mantiene prácticamente inalterable, obtenemos la valiosa capacidad de marcar rivales -con el botón del gatillo izquierdo- para que nuestros compañeros (recordemos, hasta tres), tomen prioridad en acabar con ellos. Una herramienta de gran utilidad para cuando nos encontremos asediados, al mismo tiempo que una útil funcionalidad para acabar con Berserkers -que regresan- o Boomers de alta resistencia.
Los nuevos engranajes de la guerra
El hecho de que vayamos muy bien acompañados también fuerza que ahora, al seleccionar entre dos rutas dentro de las misiones, el cuarteto de soldados se divida en dos parejas (haciendo que pocas veces nos quedemos solos). Un apreciable detalle que nos indica cómo ha cambiado Gears of War 3 con respecto a sus predecesores sólo en base a la inclusión de más compañeros, algo que se refuerza con que ahora será mucho más difícil morir, incluso en la dificultad elevada, que es la Microsoft nos aconsejó para obtener la mejor experiencia posible.
Esto encaja perfectamente con lo que nos comentó Rod Fergusson (Executive Producer) acerca de la accesibilidad de esta entrega, y que se explica con las situaciones que nos tocó vivir durante la demostración jugable. Por ejemplo, es cierto que es muy fácil caer, pero casi tanto como ser revividos por un aliado. Siempre hay alguien que nos ayuda a levantarnos, y encima -si se da el caso de que acaban con nosotros- volvemos a un punto de control no muy lejano. Hasta se ha incluido un aviso sonoro para cuando un francotirador esté apuntando directamente a nuestra cabeza. Esto, unido a que la dificultad casual supone un reto menor que en pasadas entregas -apuntado automático incluido-, nos asegura que Gears of War 3 va a ser el videojuego más accesible de toda la serie, que no el menos desafiante.
La razón la tenemos principalmente en que se aprecia un enfurecimiento de los enemigos. Los Locust se han hecho más primitivos, pero también han ganado en salvajismo. Además, no son totalmente fieles a la Reina (que también regresa), lo que les hará tener un papel distinto -y más interesante- al que anteriormente habían defendido. Por otra parte, los Lambent aparecen, y son tremendamente poderosos, en especial los Drudge, que nos pusieron en aprietos con sus asquerosos -a la vez que nocivos- chorros de Imulsión.
Era difícil sobrevivir a su presencia, ya que aparte de que eran resistentes, explotaban al ser abatidos, como si fueran bombas de relojería. Todo un peligro, al igual que los tallos Lambent, que salían de la tierra para generar pólipos (con forma de cangrejos) sin tregua. Sólo acabando con sus nidos era posible deshacerse de su letal impacto sobre el escenario. Por tanto, no sólo bastará con disparar sin más. Los Locust y los Lambent son ahora más poderosos que nunca, y no tengáis duda de que nos pondrán las cosas más difíciles gracias, por supuesto, a una IA que, aunque no termine de deslumbrar, estará mejorada.
Continuando con las reformas, vislumbramos desde pequeños detalles como la posibilidad de correr mientras escuchamos los mensajes por radio, a otros más interesantes como intercambiar armas con compañeros durante la acción o recoger munición mientras estamos a cubierto. A este respecto, cabe mencionar que disponemos de un nuevo sistema de recogida de ítems, consistente en mantener presionado unos segundos el botón X. Como os comentamos en la beta multijugador, esto facilita la precisión a la hora de interactuar con los elementos del escenario: una acertada propuesta.
La introducción de los trajes mecánicos, como el Silverback, supone una inyección de innovación también muy relevante. Con su ametralladora automática dual, así como coraza defensiva, se convierte en un instrumento bélico demoledor que en este primer acto nos sirvió para protagonizar un impactante enfrentamiento contra un Leviatán Lambent. Pero no es la única novedad en cuanto a armamento.
La Retro Lancer (popularmente aclamada) también está aquí, y con su bayoneta nos permitirá embestir a nuestros enemigos de nuevas y feroces maneras. Tampoco hay que despreciar el Digger Launcher (que lanza pequeñas criaturas subterráneas que explotan al llegar a su objetivo) o el imponente cañón Vulcan, aparte del One-Shot (un rifle francotirador que acaba con los enemigos de un tiro) o, nuestro preferido de esta sesión, unas granadas incendiarias que harán gritar a nuestros rivales mientras se abrasan de dolor. Por supuesto, dentro del conjunto no faltarán la Lancer que todos conocemos o la pistola Boltok... aunque nos habría interesado saber más sobre la nueva torreta que se promete para esta tercera entrega, la cual no llegamos a ver. Su capacidad de montar hasta cuatro armas diferentes asegura acción “shooter” a raudales.
Una acción que, en esta ocasión, no sólo presenta una campaña (tanto individual como cooperativa), así como un potente multijugador, del cual ya os hablamos en pasadas ocasiones. Además, incluye un modo arcade que fuimos capaces de probar -por primera vez- en las oficinas de Microsoft. Es una modalidad muy sencilla, no tiene ningún secreto, y consiste en la simple acción de revivir la campaña (con tantos jugadores como queramos, hasta un máximo de cuatro), con el objetivo de obtener la máxima puntuación individual en cada misión.
La única peculiaridad es que existe un multiplicador que sube con cada enemigo abatido, poniéndose a cero cada vez que alguien del grupo pierde una vida. Las reapariciones tardan unos segundos en completarse (lo cual sirve como penalización) y existen una serie de mutadores -en total, unos veinte- que cumplirán una función semejante a las calaveras de Halo; es decir, que tendrán carácter humorístico, como cambios de gravedad, de efectos de sonido, etc. Se propone como un elemento de rejugabilidad destacado que acompañe al elenco de coleccionables presente, donde no quedarán ausentes los clásicos collares de la COG.
Todo esto dentro de un conjunto audiovisual que, como os podréis imaginar, ha evolucionado mucho desde la aparición de Gears of War 2. Los efectos de las explosiones de granadas y partículas de humo han ganado en detalle, haciendo al juego más espectacular, con un incremento en el número de estelas de balas que se ve apoyado porque ahora tienen un mayor impacto sobre el escenario.
En efecto, ahora los decorados son destructibles, eso sí, parcialmente. Sin embargo, es suficiente como para que en ocasiones nos quedemos sin cobertura. Aparte, el juego es más visceral, con más miembros amputados y, cómo no, un mayor número de litros de sangre e Imulsión. No cabe duda de que el Unreal Engine ha vuelto a evolucionar (casi encarando ya a su cuarta versión), propiciando una mejora en sombras, iluminación y texturas.
Sinceramente, dudamos que, después de haberlo probado a fondo durante tres horas, Gears of War 3 vaya a decepcionar a nadie. Y es que, en realidad, creemos que sorprenderá a los fans, colmando sus expectativas. Sólo tendrán que esperar al 20 de septiembre para comprobarlo en sus Xbox 360. Un gran y épico desenlace con el futuro de la humanidad en juego y un equipo Delta más experimentado y embravecido que nunca, aseguran a Cliff Bleskinski y sus compañeros de Epic Games, la -probablemente- mejor despedida que podrían dar a la presente generación de consolas.