Ya está aquí. Agarradlo fuerte, no se escape. ¡Lo hemos jugado! Presentado hace casi un lustro, el videojuego de Tetsuya Nomura se ha mostrado más que sólido en los 90 minutos de prueba que hemos tenido en Santa Mónica de Kingdom Hearts 3. Una batalla contra un jefe final titánico y una aventura junto a los dos mejores amigos de Pixar, Woody y Buzz de Toy Story, nos sirven para confirmar algo que muchos no esperaban: puede que la espera haya valido la pena.
Es difícil de entender, pero el reencuentro emocional con Kingdom Hearts no se produjo al ponerme a sus mandos en el evento de presentación; se produjo cuando Donald tiró mal una magia de curación. Como un viejo y torpón amigo de infancia con el que compartiste mil aventuras y hace mucho que no ves, el pato me hizo sentir como en casa. Un reencuentro con una sensación que evocaba a las partidas en las dos primeras entregas me llevó a una reflexión innegociable y real: nos hemos hecho mayores con la dichosa espera, pero nada nos impide poder disfrutar del nuevo episodio del crossover entre Square Enix y Disney.
Aunque la franquicia ha ido estrenando entregas en sistemas portátiles a lo largo de los años, lo cierto es que la saga principal quedó abandonada y los jugadores crecimos a la espera de la resolución de las aventuras de Sora, Riku, Kairi y compañía. Y el uso de la palabra resolución no es fruto del azar, es el término que ha escogido su director, Tetsuya Nomura, para calificar Kingdom Hearts 3. Advierte del punto y final para una franquicia que inició su andadura en PlayStation 2 y que, tras una generación en blanco, regresa para satisfacer a los usuarios de PS4 y Xbox One con la esperada conclusión de la historia.
Muchos jugadores éramos algo escépticos con la tercera parte, anunciada en 2013 y silenciada durante más tiempo del deseado, algo que siempre acaba generando, irremediablemente, dudas entre la parroquia gamer. Tras jugarlo una hora y media en la presentación de Kingdom Hearts III organizada por Square Enix en Santa Mónica, os propongo un amable cambio de discurso: ¿Y si todos los años de desarrollo años se han utilizado para hacer un videojuego a la altura de las expectativas? Aquí tenéis mis pruebas.
Simple and Clean
90 minutos a los mandos de Kingdom Hearts 3 podría parecer poco, pero ha sido suficiente para sacar unas más que esperanzadoras primeras impresiones sobre el que aspira ser uno de los grandes proyectos de Nomura y su socio, Tai Yasue. Dos pinceladas del juego: una batalla contra un titán en el mundo de Hércules y un buen trozo del mundo de Toy Story para comprobar que Kingdom Hearts, a pesar de los años, sigue manteniendo ese cariño por las franquicias Disney de cada uno de sus episodios.
Buzz y Woody son los mismos personajes de Pixar que cautivaron a toda una generación hace ya más de 20 años en cines. Vimos poco de otros protagonistas y mundos, pero pudimos comprobar el trabajo que se está haciendo, por ejemplo, con Rapunzel, de Enredados. Los artistas de Square Enix se han desvivido por la melena del personaje principal del clásico contemporáneo de Disney, creando una serie de animaciones y movimientos que tienen en cuenta la cabellera de la princesa en todo momento, sea caminando por el escenario o atacando a sincorazones.
Sora ahora accede a diferentes evoluciones de cada Llave Espada
Lo mismo os puedo contar de Woody y Buzz: el trabajo milimétrico de los desarrolladores por hacer realidad el juguete se nota en los pequeños desgastes de la cara del vaquero o algunas pegatinas arrugadas del muñeco de ciencia ficción, producidos por el uso del siempre trasto Andy. Su artesanía se ve, también, en las invocaciones de algunos personajes Disney durante la batalla, que prometen ser un espectáculo (vimos a Ariel y Ralph en acción, protagonistas de La Sirenita y Rompe Ralph, respectivamente) pero pueden quedar deslucidas si las comparamos al nuevo poder de Sora: las atracciones.
Es una habilidad a la que se tiene acceso tras cumplir ciertos requisitos durante cada batalla, y que se traduce en un poderoso ataque que hacen gran daño a los enemigos del escenario. Durante la partida accedimos a tres: una canoa de rápidos, un barco pirata, tazas giratorias y un tren. Las conocíamos de tráilers pretéritos, pero su uso en partida aporta nuevas mecánicas a las batallas. Las tres primeras se usan durante las batallas convencionales a modo de ataque especial, y en las manos del jugador quedará la cantidad de daño realizado; el caso del tren es accesible contra un jefe concreto.
Sanctuary
La batalla contra el titán fue el primer contenido que jugué. Lleva a Sora y compañía a una montaña que deberán escalar hasta para poner freno a un titán de la película Hércules. La ascensión es simple: el protagonista podrá correr, verticalmente, sobre ciertas superficies predefinidas, y nuestro cometido no será otro que intentar esquivar las rocas que llueven del cielo. Una vez llegados a la cima, deberemos desequilibrar al titán para poder atacar su cabeza, su punto débil.
Durante la batalla, accederemos a la atracción del tren volador, que montarán nuestros protagonistas para disparar al jefe final a distancia. Deberemos evitar las acometidas rivales, claro, pero también intentar hacer el máximo daño posible durante el tiempo que dura activa la atracción. Aunque la primera partida pudo parecer algo liosa, la segunda fue mucho más ágil y accesible una vez conocidos los controles y nuevas habilidades del protagonista. Una pelea espectacular que sirve, también, para mostrar la versatilidad del personaje principal en cada escaramuza.
Sora ahora accede a diferentes evoluciones de cada Llave Espada que consigue durante el transcurso de la aventura. El arma de Monstruos S.A., por ejemplo, se convierte en unas ágiles garras; la espada de Enredados se convierte en una varita que hace daño mágico; la de Toy Story en un temible martillo de contundente daño. Cada una de las opciones, por supuesto, ofrecen distintas posibilidades de juego y se acomodan a ciertos enemigos y situaciones a las que podremos sacar partido si conocemos la debilidad de cada sincorazón.
¿No te parece suficiente? ¿Qué tal si convertimos a Kingdom Hearts 3 en Titanfall? La aventura en el mundo de Toy Story llevará a nuestros protagonistas a investigar en un enorme centro comercial la aparición de un misterioso encapuchado en el mundo de Woody y Buzz. Sora, convertido en juguete, deberá luchar contra un enorme monstruo de plástico. ¿Cómo batir a un kaiju juguete? Haz lo que haría Guillermo del Toro: monta un robot gigante de juguete llamado Gigas y ataca. Tres modelos diferentes con habilidades distintas entre sí, ¡colecciónalos!
Don't think twice
El centro comercial de Toy Story no es solo un lugar en el que los usuarios podrán comprobar que Square Enix no tiene ningún reparo en hacer un banal product-placement de Dissidia Final Fantasy NT en sus estanterías: es un lugar en el que da rienda suelta a un buen montón de peleas, tres pisos para explorar y mecánicas exclusivas que no son accesibles en otros mundos de Disney. Viendo el trabajo realizado en el presente lugar, ¿por qué no esperar el mismo mimo en el resto de niveles? La sospecha es obvia al ver todos los retazos del Olimpo de Hércules mostrados en los antiguos videos de Kingdom Hearts 3.
En todo caso, el primer acceso a Kingdom Hearts 3 no ha podido ser más ilusionante, pero no querría obviar el gran acabado gráfico del juego. Lo jugué en PS4 Pro, y aunque había alguna bajada de frames constatable (sigue siendo un juego en desarrollo, claro) la estabilidad era muy robusta. Restará ser pacientes para saber datos concretos de la versión de las Xbox One y PS4 convencionales, pero el videojuego parece que va a presentar un acabado sólido en todas las plataformas en las que estará presente… en una fecha aún por determinar, presuntamente, en el presente 2018.
Apuesto a que tendremos Kingdom Hearts 3 antes de acabar el presente año, pero Square Enix se fue de la presentación sin concretar dato alguno sobre el que es, sin duda, uno de los más esperados estrenos del momento. ¿Próxima parada? E3 2018. Tendremos tiempo de hablar del medio corazón de Ventus, de los 13 xehanorts nacidos tras Dream Drop Distance o el desconocido fanatismo que muestra el dinosaurio Rex por la franquicia Final Fantasy en los próximos meses, pero creo que es momento de celebrar el estado de la producción.
Es imposible obviar el gran acabado gráfico del juego
El silencio que rodeó a Kingdom Hearts 3 por un lado y la sobrecarga de trabajo de Nomura por otro pudieron hacer sospechar a todos sobre el estado del juego, pero hoy, tras probar lo que el estudio japonés tiene entre manos, creo que podemos ser optimistas con el título. No hay que echar las campanas al vuelo aún, pero creo que todos (y eso incluye a su maltratado director) merecíamos un Kingdom Hearts a la altura del mito de PS2. Puede que lo tengamos, y no se me ocurre una afirmación mejor para Square Enix, Disney y los propios jugadores.