Pelotas saltarinas, acción de mundo abierto y muchas risas en Bang-On Balls: Chronicles

Pelotas saltarinas, acción de mundo abierto y muchas risas en Bang-On Balls: Chronicles
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Bang-On Balls: Chronicles es un juego realmente peculiar. Encarnamos a una pelota dentro de un estudio de grabación de televisión. En cada set de rodaje ocurren distintas aventuras, podemos ser vikingos, piratas, vaqueros e incluso astronautas. ¿Estás intrigado por descubrir que propone esta loca experiencia multijugador? Pues aquí tienes nuestras impresiones.

Bang-On Ball: Chronicles es uno de los juegos más extraños que he tenido la oportunidad de probar en bastante tiempo. Controlas a una pelotita saltarina que puede embestir, ya sea a otras como ella o contra objetos, realizar dobles saltos y desplazarse a gran velocidad. La sorpresa llega cuando te has hecho con los controles, descubres que te encuentras en un estudio de cine con distintos sets de rodaje. Cada una de esas escenas comprende un argumento y ambientación diferentes. En esta prueba jugable he podido disfrutar del mundo ambientado en la era vikinga, aunque he comprobado que hay muchos más en camino como películas del Oeste, astronautas, piratas y hasta he pasado por un plató destinado al Japón Feudal.

Siento una enorme curiosidad por saber qué dará de sí cada uno de estos mundos abiertos, porque eso es lo que más llama la atención de Bang-On Balls: Chronicles; el escenario de vikingos al que jugué es realmente grande, repleto de curiosidades, caminos ocultos y actividades que realizar, ya sea solo o acompañado por otros amigos gracias a su modalidad en multijugador cooperativa. El hecho de manejar una pelota me despertó algunas dudas pero el juego gestiona muy bien esta situación. Los seres humanos y animales son representados como bolas muy bien caracterizadas gracias a que, como piel, portan la bandera del país al que representan además de contar con distintas armas y otras piezas de equipamiento como escudos o cascos. De esta forma, en la ambientación vikinga los enemigos son representados con la bandera de Suecia o Dinamarca, mientras que los rehenes llevan encima las líneas del estandarte de la Union Jack.

Por supuesto, puedes elegir para tu pelota cualquier bandera que quieras portar y conforme progresas en sus escenarios vas recogiendo una enorme cantidad de elementos de personalización que pronto harán que tu personaje sea único. Es una bonita yuxtaposición de conceptos el hecho de partir de algo tan impersonal como es una simple pelota blanca y acabar dotándola de una gran personalidad. Una idea que recuerda a lo que se consiguió en su momento en Worms, poniéndoles unos graciosos cascos a unas (no tan) corrientes lombrices peleonas.

Salta, rueda, embiste y destruye. Esto es Bang-On Balls

Partiendo de la idea de que cada escenario sea un mundo abierto por descubrir, repleto de elementos que destruir y atestado de enemigos a los que enfrentarse, Bang-On Balls: Chronicles es realmente entretenido. Al llegar al mundo se nos da una misión principal, en el caso de los vikingos era acabar con la flota de estos guerreros nórdicos para, una vez conseguido, enfrentarnos a su todopoderoso rey. Sin embargo, existen un buen puñado de pequeños puzles que resolver y coleccionables que encontrar, poniendo especial atención a los rollos de película que permiten desbloquear el acceso a nuevos mundos más adelante.

Repleto de elementos que destruir y atestado de enemigos a los que enfrentarse, Bang-On Balls: Chronicles es realmente entretenido


Pelotas saltarinas, acción de mundo abierto y muchas risas en Bang-On Balls: Chronicles


En Bang-On Balls: Chronicles para acceder a nuevos mundos tendremos que traspasar una pantalla de televisión
En Bang-On Balls: Chronicles para acceder a nuevos mundos tendremos que traspasar una pantalla de televisión

El juego permite desplazarse a toda velocidad e ir encarando a los enemigos en un sistema de combate sencillo, pero tremendamente adictivo. No todas las bolas enemigas son iguales, algunas de ellas portan lanzas o espadas, por lo que hay que fintarlas y atacar desde el lateral. Varias llevan cascos, a estas no se las puede embestir desde arriba y otras, a forma de jefes de zona, son mucho más grandes. Exigen más golpes para ser derrotadas y algunas de ellas se van deshaciendo en otras más pequeñas.

Su aspecto es intimidatorio pero no hay de qué preocuparse. En Bang-On Balls: Chronicles nuestra pelotita puede hacerse mucho más grande gracias a unos orbes verdes que liberan los enemigos y ciertos objetos del escenario. Estas esferas actúan como medidor de salud. Si llegamos a tener 15 de ellas automáticamente veremos aumentado nuestro tamaño y poder de destrucción de manera temporal. A ello hay que sumarle otro tipo de orbes, en este caso azules, que son la moneda del juego que da acceso a nuevos objetos de personalización y armas.

En esta mezcla de combate frenético, desplazamiento veloz, algunas secciones de plataformas y esa continua recolección de orbes tiene como resultado un juego ameno en el que no hay segundo para el descanso. La curiosidad innata del jugador por descubrir cada rincón del escenario hace el resto y completar al cien por cien de cada mundo puede llevarnos un buen rato.

Progresando en Bang-On Ball: Chronicles

Una cámara de fotos instantánea hace las veces de punto de guardado en Bang-On Balls: Chronicles.
Una cámara de fotos instantánea hace las veces de punto de guardado en Bang-On Balls: Chronicles.

Llevaba ya unas tres horas de juego en Bang-On Balls: Chronicles cuando me llevé una muy grata sorpresa. Resulta que existen muchos objetos cuya función es meramente estética, pero conforme avanzas descubres que los ítems más raros tienen propiedades que afectan a la jugabilidad. Podemos hacernos con espadas o martillos que infrinjan daño por fuego, eléctrico o hielo y, sobre todo, estos elementos interactúan con los escenarios. Por ejemplo, un rayo cerca de un árbol puede acabar desencadenando un incendio en la zona, algo que ya hemos visto en otros juegos como The Legend of Zelda: Breath of the Wild, pero que sigue siendo plato de buen gusto. Algunos cascos permiten saltar más alto e incluso planear, por lo que las posibilidades van aumentando de manera progresiva. He visto un gran progreso de mi personaje en tan solo un escenario y me pregunto hasta dónde puede llegar esto en los mundos abiertos que aún están por descubrir.

Los rollos de película abren nuevos sets de rodaje.
Los rollos de película abren nuevos sets de rodaje.

Bang-On Balls: Chronicles se mueve gracias a Unreal Engine 4, y funciona realmente bien en términos de carga de elementos en pantalla y tasa de imágenes por segundo. Su estética desenfadada y colorida entra muy bien por los ojos y se observa gran mimo puesto en el diseño de los escenarios con cambios en la climatología en función de nuestro progreso dentro de la misión principal. Bang-On Balls verá la luz el este mes de marzo como juego en acceso anticipado, me despierta mucha curiosidad cuál será la reacción del público al probarlo, porque la verdad es que a mí me ha despertado gran interés.

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