Aunque no hay tantos juegos del estilo como nos gustaría, los twin stick shooters poseen una legión de fieles seguidores. Un grupo de usuarios que ya pueden echarle el guante a la nueva producción de Drakkar Dev y Blowfish Studios, un título meritorio en ciertos aspectos pero que ve cómo pierde gracia conforme transcurren las horas de juego. Análisis de Blackwind.
Los fans de los twin stick shooters tenemos que conformarnos con lo poco que se deja ver a lo largo de cada temporada. Juegos como Blackwind no es que inunden precisamente el listado de lanzamientos de cada uno de los formatos, siendo una categoría que, nos guste o no, es mucho menos popular que otros géneros. Por eso me ha entristecido bastante descubrir lo irregular que se muestra esta producción de Drakkar Dev para PC y consolas PlayStation, Xbox y Nintendo Switch, tanto en sus aspectos técnicos como jugables. Y eso que, de primeras, el título muestra buenas maneras.
Tras ser presa de un feroz ataque, la nave en la que se encuentran tanto James Hawkins (el protagonista) como su padre es derribada. Pero justo antes de que esto suceda, el progenitor de James consigue salvar la vida de su hijo, enviando a este a un planeta minero llamado Medusa 42. ¿Cómo sobrevive a tal circunstancia? Pues gracias al último invento de este genio de la ingeniería: un mecha de última generación. Bajo el nombre de Battle Frames, estos "caparazones" blindados proporcionan a quienes los manejan un poder ofensivo y defensivo superlativo. Unas máquinas capaces de lidiar con todo tipo de situaciones, incluyendo la aniquilación constante de alienígenas. Un viaje de todo menos relajado en el que, acompañando a James, debemos abrirnos camino entre centenares de oleadas de bichejos de todo tipo para tratar de salir con vida y, de paso, dar con el paradero de su padre. Un argumento más viejo que el fuego pero funcional.
Combates vibrantes pero imperfectos
Al tratarse de un twin stick shooter, ya sabéis cuál va a ser la receta principal que va a conformar la base jugable. Los enfrentamientos son los protagonistas absolutos de Blackwind, siendo necesario entablar incontables batallas contra los detestables Raknos (la raza alienígena que debemos combatir) a lo largo de las 8-9 horas aproximadamente que dura el título. Y lo cierto es que, así de primeras, dichas contiendas resultan bastante convincentes, vibrantes e intensas.
Nuestro blindado personaje posee una capacidad destructiva muy destacable. Por un lado, es capaz de dañar y pulverizar a las hordas de rivales desde una distancia prudencial haciendo uso tanto de su blaster como de su lanzadera de misiles teledirigidos. Y para las distancias cortas, sus afiladas cuchillas son capaces de hacer trizas hasta el metal más resistente. El manejo resulta bastante sencillo e intuitivo, y es posible presenciar auténticas carnicerías… a las que podemos poner la guinda realizando unas ejecuciones al más puro estilo de las vistas en la saga Mortal Kombat.
Esta premisa funciona bastante bien… pero solo de primeras. Y es que al contrario de lo que sucede con los grandes exponentes del género (Hotline Miami, Nex Machina, etc.), a medida que avanzamos y afrontamos nuevos combates, estos resultan cada vez más "pesado". Por fortuna nunca llegan a perder totalmente su interés, pero desde luego acaban resultando demasiado rutinarios. Y a este problema de tipo jugable se suma otro de carácter técnico igual de importante: las caídas de frames. Es cierto que no sucede en todos los enfrentamientos, pero cuando las refriegas se tornan muy intensas y suceden muchas cosas en pantalla, el motor gráfico se resiente.
Los combates pueden tener lugar en dos tipos diferentes de localizaciones. Por un lado están los escenarios convencionales al aire libre, zonas que albergan un tamaño bastante reducido… pero no tanto como el que acaparan las instalaciones que tenemos que visitar. Unos escenarios que actúan a modo de "mazmorras" y que presentan un diseño bastante laberíntico, siendo necesario estar pendientes del minimapa que aparece en pantalla para orientarnos mientras vamos de un lugar a otro. Estas zonas poseen una disposición poco atractiva en general, y nos obligan a ir de un punto a otro del decorado de forma un tanto "forzada" para activar los clásicos interruptores, para hacernos con llaves digitales, etc.
Lo más destacado es la posibilidad de ir mejorando y ampliando nuestro Battle Frame
¿Qué más nos ofrece esta producción más allá de las contiendas? Pues lo más destacado es la posibilidad de ir mejorando y ampliando las capacidades de nuestro Battle Frame: aumentar el daño cuerpo a cuerpo, ampliar el disparo básico, etc. También es necesario afrontar zonas plataformeras, si bien este elemento ha sido implementado de manera un tanto torpe, casi como si se tratara de un "relleno", aportando poco al desarrollo en sí.
Por todo esto, la jugabilidad que nos ofrece Blackwind va claramente de más a menos. Y es que si bien de primeras las batallas transmiten buenas sensaciones dentro de su escasa originalidad en su planteamiento global, conforme avanzamos y van pasando las horas dichos combates terminan siendo demasiado rutinarios. El modo cooperativo a dobles (solo local) en el que el segundo jugador controla a un dron de apoyo mejora un tanto el panorama, pero tampoco es que sea el mejor que hemos probado nunca en un título de esta disposición jugable.
El planteamiento jugable que alberga este título es irregular
Por todo esto, el planteamiento jugable que alberga este título es irregular, adjetivo que también es posible utilizar para calificar su apartado técnico. Durante las trifulcas es posible presenciar llamativos efectos especiales, el aspecto que muestran los alienígenas no está mal y las animaciones que luce el protagonista son notables. Pero, por el contrario, a los problemas de rendimiento ya citados se suman escenarios carentes de detalle y poco elaborados y unas texturas simplemente pasables. El apartado sonoro rinde a un nivel más elevado, destacando tanto el doblaje (en inglés con subtítulos en español) y los variados efectos de sonido.
Este twin stick shooter de ambientación futurista nos invita a tomar partido en unas batallas bastante vibrantes contra unos alienígenas sedientos de sangre. Unos combates que si bien de primeras resultan vistosos y sugerentes, pierden frescura e interés rápidamente debido a dos factores principales: su invariabilidad y las constantes ralentizaciones. Unos defectos a los que se suman las insustanciales secciones de plataformas, las cuales aportan muy poco. Una producción que va claramente de más a menos.
Comprar Blackwind- Es un twin stick shooters, por lo que las batallas se convierten en su aspecto más importante.
- Los combates son bastante intensos. Tanto que en ocasiones sufren de molestas ralentizaciones.
- Incluye un modo cooperativo local en el que el segundo jugador maneja al dron de apoyo del protagonista.
- Hay algunas zonas plataformeras muy poco trabajadas. Se sienten más como relleno que algo que aporte a la acción
- El diseño de las instalaciones o "mazmorras" es bastante laberíntico… y no demasiado inspirado.
