Uno de los grandes lastres de Warzone durante sus primeros años de vida fueron los tramposos. Una situación que mejoró (aunque no se solucionó totalmente) con la introducción del sistema Ricochet. Sin embargo, Activision todavía está teniendo problemas a la hora de gestionar la presencia de ‘hackers’ en su battle royale. En este caso, además, llevando a cabo una gestión por la que los jugadores más habilidosos se sienten muy perjudicados. El problema es que pueden acabar recibiendo lo que se conoce como ‘shadowbann’ pese a jugar sin ningún tipo de ayuda externa. Aunque están limpios, el elevado número de informes negativos sobre ellos da lugar a castigos injustos.
Warzone 2.0 castiga a los jugadores por ser demasiado buenos
El conocido como ‘shadowbann’ es un castigo silencioso que se aplica a los perfiles de algunos jugadores mientras están bajo revisión del sistema antitrampas. Su efecto consiste en complicar la búsqueda de partidas, dando lugar a enfrentamientos con latencias demasiado elevadas y en las que resulta mucho más probable enfrentarse con verdaderos tramposos. El problema es que, aunque los motivos por los que una cuenta puede recibir uno de estos castigos no se han revelado, la teoría principal de la comunidad es que un elevado número de informes negativos de otros jugadores puede ser suficiente como para que tenga lugar esta sanción.
Ni que decir tiene que en un juego en línea tan competitivo como un battle royale, es habitual que los jugadores lleven a cabo ‘reports’ que no tienen demasiado sentido. Una cámara de muerte que se ve un poco antinatural y levanta sosepchas o el mero cabreo momentáneo al ser eliminados puede ser suficiente para motivar un informe negativo. Esto le sucede de forma más frecuente a los jugadores más habilidosos. A fin de cuentas, son ellos quienes consiguen acertar con mayor frecuencia tiros improbables o predicen de forma más precisa la ubicación de sus rivales. Algo que aquí está verdaderamente castigado.
El propio sistema de repeticiones tampoco está ayudando a los jugadores. Normalmente las “killcam” son muy útiles para ver cuál ha sido nuestro error o descubrir cómo ha acabado con nosotros un jugador. Sin embargo, los datos almacenados para mostrarlas son incompletos. Esto da lugar a que cosas perfectamente normales se vean un tanto raras. Es algo que sucede de forma habitual en otros juegos. Incluso aquellos con más historia de lucha contra los tramposos, cómo Counter-Strike, muestran las jugadas sospechosas con una calidad inferior y eso a veces da lugar a confusiones; teniendo que ser los usuarios quienes diferencien entre falsedades generadas por el sistema o verdaderas trampas.
Es buena idea utilizar la métrica “número de reports” para crear una lista de sospechosos. Sin embargo, llevar a cabo un castigo antes de determinar si verdaderamente son culpables es la peor utilización que se le puede dar a un sistema antitrampas.
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