Volvimos a enfundarnos el nanotraje para probar una nueva demostración de Crysis 3, esta vez bajo el manto nocturno de la nanocúpula. Nuevos enemigos, nuevas armas y mucha más acción... Echamos un último vistazo antes del análisis al nuevo shooter de CryTek.
Recientemente hemos tenido oportunidad de ir a tierras germanas para asistir al último showcase de Electronic Arts. Allí probamos algunos de los juegos más interesantes que tiene preparada la compañía para la primera mitad del 2013. Crysis 3 estaba esperándonos con las puertas de la nanocúpula abiertas de par en par, así que cogimos nuestro fusil y nos pusimos en marcha.
Siete son las maravillas del mundo y siete son los microuniversos que acoge la enorme nanocúpula que cubre la ciudad de Nueva York en Crysis 3. Cada uno de esos entornos engloba una serie de elementos que lo diferencia del resto: distintos ecosistemas, arquitecturas, enemigos, armas, etc... El estudio alemán ha insistido mucho en este concepto, y cada presentación que presenciamos nos deja muy claro el por qué.
Objetivo: Chinatown
En esta ocasión nos enfrentamos a una larga demostración que nos metía de lleno en el nivel Swamps, que tiene lugar en uno de los barrios más míticos de la ciudad que nunca duerme: Chinatown. El motor CryEngine 3 le sienta de lujo a esta zona plagada de edificios con restos de decoración oriental, vegetación exhuberante, y una buena dosis de agua. Prophet debe moverse entre ruinas de edificios, nenúfares y ranas cantarinas para encontrarse con Psycho, y desentrañar un importante secreto que puede inclinar la balanza de su parte en la lucha contra los Cephs y C.E.L.L.
Swamps es un escenario que ofrece interesantes opciones para afrontar la acción. Tenemos dos elementos principales: los edificios en ruinas, que proporcionan cobertura y altura, y las zonas inundadas, rodeadas de vegetación, que pueden ayudarnos a protegernos de los ojos enemigos mientras segamos vidas a base de arco y flecha… o lo que surja. El escenario tiene varias torretas apostadas aquí y allá, amén de montones de minas que aguardan a nuestro paso. Un buen hackeo a tiempo quita mucho esfuerzo y puede dotarnos de una ventaja que no se esperan los enemigos.
Al progresar en el nivel se nos informa de que la actividad Ceph está aumentando en la zona y que los soldados de C.E.L.L. están siendo aniquilados. Llegados a este punto, nos encontramos frente a dos puertas que se abren de par en par. De ellas salen varios soldados llameantes que tratan de escapar de una nueva especie de amenaza. Se trata del Scorcher. Un alienígena de cuatro patas que lleva equipado un lanzallamas. Estos seres no tienen mucho aguante, pero son muy peligrosos, en especial combinados con las tropas de a pie del ejército Ceph.
Lucha por la supervivencia
Como era de esperar las tropas de asalto de los Ceph resultan unos adversarios muchísimo más duros que los soldados humanos. Con el triple de resistencia y equipados con armas avanzadas, nos obligan a aprovechar nuestro armamento más pesado y a abusar de la invisibilidad y el escudo para poder sobrevivir. Una de las ventajas de ser Prophet es la capacidad para asimilar el ADN alien. Su nanotraje le permite fusionarse con cualquier pieza armamentística que controlen los extraterrestres. Por ello tiene a su disposición tanto el arma lanzallamas de la que os hablábamos como las armas de repetición que portan las criaturas migas. Es una ventaja brutal, ya os advertimos, por lo que la munición de esas armas escasea.
La inteligencia artificial nos dio una buena muestra de lo que es capaz en esta tercera entrega de Crysis. Durante la demostración los escuadrones de soldados se dispersaban mientras compartían información en voz alta sobre la ubicación de Prophet. A pesar de no suponer unos adversarios especialmente fuertes, la cantidad de hombres en cada segmento de Swamps nos hizo replantearnos nuestra forma de afrontar el paso por Chinatown. Son duros y la inteligencia artificial casi siempre se lo permite, así que la planificación de los ataques es muy necesaria.
Los enemigos Ceph, aunque más primitivos, son mucho más resistentes, con lo que tienen una actitud mucho más agresiva y directa. Y eso que ellos cuentan con fascinantes apoyos como, por ejemplo, unos drones voladores que informan de nuestra presencia si somos detectados.
Tecnología superior
Si hay un elemento que da cohesión y sentido a todo lo que vemos, ese es el motor que gobierna cada uno de los píxeles que hay en pantalla. CryEngine 3 es el gran pegamento de contacto que lo hace posible: texturas, partículas, efectos de luz, filtros, explosiones, el fuego, el agua, el aire y la tierra. Todo ello conforma un único ser creado con mucho esmero y con un afán enfermizo por el detalle. Es Crysis, sabemos a lo que venimos, pero no deja de ser impresionante a cada paso que damos.
La saga, de hecho, está marcada por la innovación y la búsqueda. Comenzó su andadura con la intención de descolocar el género shooter. Crytek le dio un "fuerza máxima" que necesitaba y nos dejó a todos boquiabiertos por muchas razones: un aprovechamiento al máximo de la tecnología visual y de físicas, la creación de un mundo bello y enorme, el planteamiento de una historia sólida y envolvente y, por supuesto, la introducción del grandioso nanotraje, que tantas alegrías nos ha dado. Crysis 2, por su parte, fue una reformulación de los términos de la primera entrega. Las mecánicas de juego se pulieron, la trama se volvió más entrincada y los espacios se redujeron. Muchos se quejaron de la falta de libertad, pero la calidad y la potencia de aquel proyecto de Crytek no defraudó a nadie.
Ahora, en el siguiente eslabón de esa búsqueda por el perfeccionamiento, llega Crysis 3. De esta forma se encuentra a caballo entre los dos primeros juegos. Posee la grandiosidad de Crysis y la jugabilidad de Crysis 2. Más no se puede pedir, siendo juegos tan distintos. Eso sí, lo único que comparten al 100% es la expectación que generan. Y no es para menos.