Uno de los juegos más relevantes de la pasada generación regresa en esta en forma de remasterización, pero no exento de polémica. En este análisis de Dark Souls Remastered cuáles son la novedades de esta edición, pero también qué elementos podían haber salido mejor.
A este Dark Souls Remastered le han ocurrido demasiadas cosas por el camino como para que sea capaz de obviarlas todas. No hay duda de que me hace plantearme qué es exactamente una remasterización. Si esta debería ceñirse exclusivamente a lo técnico, limando gráficos y asperezas, o aprovechar la oportunidad para cambiar y aportar contenido. En el caso de la laureada saga de FromSoftware, el debate está abierto a múltiples interpretaciones.
En primer lugar, porque Dark Souls II tuvo ya una remasterización: Scholars of the First Sin. No sólo llevaba el juego a la nueva generación, aglutinando sus (maravillosos) DLCs, sino que aportaba una nueva serie de características, como la alteración de algunos enemigos, su localización así como algún que otro nuevo personaje. ¿Es esto lo que debería haber sido este Dark Souls: Remastered? Puede, pero muchos otros podrían argumentar que una obra tan importante como Dark Souls que en muchos aspectos ha cambiado el paradigma del videojuego moderno debe ser conservada tal y como llegó por primera vez.
En esta ocasión, por principios, por prisa o por pereza, FromSoftware ha decidido optar por esta decisión. Realmente no veo aquí tanto problema. Teniendo al propio Miyazaki como presidente, probablemente considerasen a Dark Souls un juego bastante redondo en cuanto a su contenido, mientras que Dark Souls II pudo tener más flecos que podían añadirse. Sin embargo, esto no quita que esta remasterización se me antoje bastante... Automática, a falta de una palabra mejor. Parece que el trabajo puesto en ella se ha centrado más en lo que podía mejorarse de forma mecánica que de forma artesanal. Y aunque no todos los ojos se percatan de ello, se nota.
Si venimos de la versión Prepare to Die de PC es algo más difícil recomendar esta versión, ya que muchas de las características, como la tasa de frames por segundo o las altas resoluciones nos hicieron disfrutar del juego en óptimas condiciones gracias al buen trabajo de la comunidad, y sobre todo con el DS Fix de Durante, que arregló lo que FromSoftware no quiso hacer en su momento. Dicho esto, sí se nota que la versión de PC no estaba optimizada para los ordenadores actuales, sobre todo los de ahora, no realizando un aprovechamiento de los núcleos tan ideal como sí lo hace esta remasterización, y generando ciertos cuellos de botella que podían causar parones o bajones en el frame rate.
Nota: Este análisis corresponde a la versión de PC de la remasterización de Dark Souls: Puedes consultar la versión de consolas aquí.
La hoguera de las vanidades
Los cambios gráficos que podemos apreciar (tanto para bien como para mal) son pequeños, mayormente. El rastro de almas y objetos tiene ahora una estela más pronunciada y azulada. Las antorchas y hogueras poseen un efecto de fuego más poderoso, aunque se pierde la forma clásica, y en general el trabajo de texturas está más definido, con algunos cambios más apreciables que otros. Por ejemplo, el nuevo detalle de la niebla antes de los jefes o el guerrero alicaído del santuario del enlace de fuego, que luce ahora una cota de malla que se parece a lo que pretende ser, y no una mera textura borrosa.
En líneas generales, la luz ahora incide de manera más volumétrica sobre algunas superficies y modelados, pero aquí es donde se nota el automatismo de esta remasterización. Si bien algunos entornos ganan en brillos, superficies reflectantes y detalle de textura, otros lo han perdido. Nuestro propio personaje se ve afectado por ello, mostrando algunas partes oscuras si la luz no incide apropiadamente o no reflejando apropiadamente la luz en la armadura, e incluso el color. Debemos decir que no siempre ocurre este efecto, y en según qué momentos, el nuevo sistema de iluminación se comporta mejor o refleja algunos de estos fallos.
La parte jugable es mucho más interesante, aunque los detalles puedan ser en ocasiones, como digo, menores. El más importante y crucial son unos sólidos 60 frames por segundo que se mantienen estables incluso en las ocasiones en las que el original bajaba la tasa a niveles alarmantes. Rodar por una sala llena de barriles o bajar a lo más profundo de Ciudad Infestada no supone ningún problema para la tasa de cuadros. Lamentablemente, se echa en falta opciones avanzadas que permitan al juego funcionar con la tasa de cuadros desbloqueada cuando desactivas la sincronización vertical. Afortunadamente, contamos con resoluciones para monitores ultra panorámicos, una de la opciones más demandadas que requería de otro parche más y con pocas opciones para colocar apropiadamente el HUD.
Más allá de esto, los cambios para un jugador son comodidades que se agradecen, como la posibilidad de reducir el HUD, realizar más cambios en los botones, utilizar varios objetos al mismo tiempo, acceso directo a los Estus manteniendo el botón, cambiar de pacto en la hoguera o incluso una nueva hoguera cerca del herrero Vamos, al que resultaba más arduo el acceso.
En cuanto al combate, el juego permanece completamente intacto, para bien y para mal. Se respeta la jugabilidad original, pero para aquellos jugadores que esperaban algún retoque en las contiendas online como realizar backstabs infinitos o pequeñas ventajas en algunos movimientos, no las encontrarán aquí. Sí se ha implementado un sistema que evita la opción de llamar a un aliado en plena invasión.
El multijugador también se nutre de algunas mejoras. La principal, la posibilidad de disfrutar de contiendas para seis jugadores, repartidas en dos invasores y cuatro jugadores. Para ello, tendremos que hacer uso del Dedo Reseco que ya no se encuentra en el Mundo Pintado de Aramis, sino en el mercader del Burgo de los No Muertos. Aquellos que quieran disfrutar de jugar en cooperativo con amigos podrán hacerlo de forma más cómoda gracias al sistema de contraseñas que se implementó en Bloodborne y Dark Souls III, que de seguro muchos agradecerán. La diferencia entre los niveles de cada uno de los jugadores se equilibra automáticamente. La Arena del DLC también se ha retocado, permitiendo ahora contiendas de 3vs3 y también combate a muerte entre los 6 jugadores. Todo esto, junto al cambio de servidores P2P por dedicados, promete dar más años de vida al juego ante la siempre preocupación por el cierre de servidores.
Remasterizando el PC
Hasta ahora, nos hemos centrado más en la versión de consola, comparada con la de la anterior generación, pero no podemos olvidar todo lo que supuso en su momento la terrible versión original de Dark Souls para PC, posteriormente arreglada por la comunidad. Hasta ahora, jugar en PC a Dark Souls suponía instalar manualmente un parche que arregla todo lo que FromSoftware no quiso reparar en su momento. Estamos hablando de más de cinco años jugando a un juego arreglado completamente por la comunidad.
Ahora, la edición de Dark Souls Remastered de PC sustituirá a dicha versión, perdiéndola por completo si no la habías adquirido previamente y con un 50% de descuento para quien ya tuviese la original. Pero, en mi más humilde opinión, esta versión tenía que haber sido gratis para una comunidad que no tenía por qué aprender de retoques de archivos .ini para jugar en condiciones a un juego tan relevante como este. No sólo debería serlo porque otros títulos como la Special Edition de Skyrim o las ediciones remasterizadas de Bioshock lo hubieran hecho antes. Es que habría sido la ocasión perfecta para hacer notar a la comunidad que eran conscientes de la paupérrima versión que se lanzó en su momento, y agradecer de corazón la cantidad de trabajo que se puso para conseguir la que es la mejor versión del juego. Un 50% de descuento es como dar las gracias con reservas.
La pregunta está en el aire: ¿Es Dark Souls Remastered mejor versión que la de PC con el DSfix de Durante? Como hemos comentado anteriormente, posee todas las novedades y cambios que se agradecen enormemente, pero el trabajo puesto en la iluminación genera ciertos aspectos en los que la versión de PC sigue siendo superior. Más aún con los mods, que mejoran enormemente muchas de las texturas del original. Cuando Dark Souls Remastered pueda ser de nuevo modificada, estaremos entonces (probablemente) ante la edición definitiva.
El resultado es bueno, pero lejos de la excelencia con que dota FromSoftware a sus juegos
Como podéis ver, he mencionado muchos claroscuros que pueden llegar a notarse mucho más en la versión de PC que en la de consola para lo que sigue siendo uno de los juegos más importantes de los últimos años. Dark Souls merecía una remasterización y, quizá por esta importancia que le atribuyo, merecía una que fuese impecable e intachable, que fuera más un motivo de celebración en todas las plataformas que un constante análisis para ver qué mejora y qué no. El resultado final es, en líneas generales, bastante bueno, pues añade elementos que mejoran y actualizan la experiencia, pero lejos de la excelencia que dota FromSoftware a sus obras.
Dark Souls Remastered es una versión que actualiza uno de los juegos más importante de los últimos años. Sus mejoras en cuanto a resolución, tasa de frames, multijugador y algunos detalles jugables son de agradecer, pero no está exento de otros fallos por una implementación demasiado automática. El jugador de PC que se ha curtido a retoques de su DSFix tiene motivos para encontrar esta edición algo más irrelevante.
- Framerate sólido y constante, soportando altas resoluciones
- Retoques jugables que hacen gestiones y menús más cómodos
- Actualización y mejora del modo multijugador, con sistema de contraseñas y 6 jugadores
- Remasterización bastante automática, que empeora algunas cosas al arreglar otras
- Versión de PC que justifica poco su precio, no aportando tantas diferencias como la de consola respecto al DSFix
- Iluminación genérica que en ocasiones luce peor que la original