Acción pausada, con tintes estratégicos, pero a la vez brutalmente intensa. Los creadores de Spec Ops: The Line nos ponen a los mandos de colosales naves de guerra en Dreadnought, un prometedor videojuego de acción multijugador al que ya hemos dedicado unas cuantas horas durante su fase de pruebas beta. ¿Nuestras impresiones? Bastante positivas.
Piensas en un juego de acción espacial y de inmediato te imaginas a bordo de un veloz caza de combate realizando acrobacias imposibles mientras acabas con los enemigos. Y es normal, que raro es el juego del estilo que no apuesta por ello. ¿Excepciones? Justo la que hoy nos ocupa, Dreadnought, un prometedor videojuego de acción multijugador que camina en una dirección totalmente opuesta. Frente a la velocidad y gran maniobrabilidad de los cazas… ¡gigantescas naves de guerra! Tal como suena. Y es una experiencia sorprendentemente buena que además se siente única y especial gracias al ritmo pausado de sus combates, que no por ello dejan de ser brutalmente intensos. Al contrario.
Las naves se sienten lentas, pesadas, como si les costase un mundo avanzar; más aún virar, encarar a los enemigos o escapar de ellos. Pero ¡ay mi madre! cuando abren fuego. El caos y la destrucción que pueden desatar en cuestión de segundos es un espectáculo difícil de describir. Es como estar en una guerra entre colosos, pero una en la que la estrategia y las tácticas de combate son la pieza clave para alcanzar el éxito. En Dreadnought no gana quien abre fuego primero, tampoco el que más puntería tiene, sino el capitán que más y mejor aprovecha las habilidades especiales de su navío. Así de claro. Por eso algunos aficionados ya hablan de este videojuego, obra de los creadores de Spec Ops: The Line, como un MOBA de naves espaciales.
Tormenta de fuego
Lo es y no lo es en el sentido de que sí, comparte elementos jugables propios de este género, pero no hasta el punto de catalogarlo como tal. Sin embargo, lo cierto es que esta definición ayuda a entender mejor cómo funcionan las espectaculares batallas 5 vs 5 de este título multijugador competitivo. ¡La estrategia lo es todo! No vale con disparar a diestro y siniestro; hay que gestionar con cabeza los recursos de los que dispone nuestra nave, que van desde una amplia variedad de armas de fuego, torpedos, misiles y demás, a medidas defensivas con las que resistir mejor el daño, potenciar las maniobras evasivas, o incluso desactivar ciertas ventajas del bando contrario.
El uso de todas estas habilidades está limitado por el tiempo; no se puede recurrir a ellas de forma constante. Las usas… y esperas a que se recarguen, como lo harías en cualquier aventura de rol. También disponemos de una fuente de energía que podemos redirigir a los motores, escudos de la nave o incluso sus cañones para, por unos instantes, mejorar su eficacia en esas áreas. Una idea genial que contribuye a aumentar ostensiblemente las opciones tácticas de un videojuego en el que, huelga decir, la cooperación con los aliados es fundamental para lograr la victoria.
A nuestro alcance tenemos cinco tipos de nave distintas entre las que elegir con muchas opciones en cada una de estas categorías, en parte debido a las amplias opciones de personalización que nos brinda el equipo de Yager. Podéis retocarlo todo: desde el tipo de armas con las que equiparéis al acorazado, pasando por sus habilidades especiales, que serán cuatro; y una serie de mejoras adicionales que dotarán al navío de características únicas como un mayor alcance de sus armas, la regeneración de escudos, la potencia de sus motores, etc.
El juego se siente único gracias al ritmo pausado de sus combates
La categorización de las naves responde en este punto a los arquetipos habituales del género: tenemos acorazados pesados que resisten como nadie el daño a costa de una menor potencia de fuego, los que son capaces de disparar desde grandes distancias, las naves de reparaciones indispensables para mantener activa la flota, o incluso corbetas de gran maniobrabilidad que pueden hostigar a los enemigos y abandonar rápidamente la zona antes de ser alcanzadas por su artillería. Las opciones son bastante amplias hasta el punto de no estar obligados a formar equipos con todas y cada una de estas naves; se puede saltar al campo de batalla con varios acorazados de una misma categoría sin temor a perder lucha, pues al final todo depende de cómo configuremos sus habilidades y, claro, de cómo afrontemos el combate en sí.
Dreadnought se muestra aquí como un videojuego de acción bastante flexible en el sentido de que cada batalla es un mundo. Nos hemos visto inmersos en frenéticos combates donde a cada segundo explotaba una nave, y otros en los que gracias a la presencia de unidades reparadoras y la correcta gestión de los sistemas defensivos de la flota, durante minutos nadie ha muerto. Y es increíble. Por la tensión que genera esta clase de enfrentamientos, en los que el mínimo error se paga con la vida, y sobre todo porque consiguen que te sientas como un auténtico capitán de un gran navío espacial. Que no todos los días tienes opción de ponerte a los mandos de una gigantesca mole de acero con capacidad de fuego suficiente como para arrasar un planeta entero.
El ritmo de la acción es muy pausado, ya lo decíamos antes, pero a la vez se siente frenético. Las naves avanzan despacio, muy despacio, pero nunca dejas de hacer cosas. Siempre estás buscando nuevos blancos, lanzando misiles aquí, torpedos allá, subiendo los escudos o aumentando la potencia de los motores para evadir algún ataque imprevisto. También el juego con las alturas desempeña un papel crucial en este caótico maremágnum de tiros y explosiones, pues hay habilidades que solo funcionan cuando nuestro navío está por encima de los enemigos; y también hay momentos en los que lo mejor es descender lo más posible para, de algún modo, buscar cobertura donde sea. Prometedor ¿verdad?
Ahora imaginad esta clase de duelos sabiendo que al morir no tendréis opción de reaparecer hasta que acabe la partida. Pues así de tensa puede tornarse la acción de Dreadnought que, eso sí, en estos momentos se siente algo falto de modos de juego. Tan solo tenemos tres: Entrenamiento, que nos enfrentará a la IA, Duelo por Equipos, del que no hay mucho que explicar, y Eliminación por Equipos, que sigue las reglas del clásico Team Deathmach, pero con ese punto estratégico del que hablábamos; si mueres estás fuera de la partida hasta la siguiente ronda.
Si nos fijamos en lo audiovisual Dreadnought es francamente llamativo. Gracias al Unreal Engine 4 luce espectacular, con un diseño de naves de gran calidad que destaca por el mimo con el que han sido recreadas. Se han tenido en cuenta todos los detalles, desde el movimiento de las torretas al acero fundiéndose ante el intenso fuego de la artillería, pasando por todas esas compuertas que se abrirán ante el lanzamiento de los misiles u otras armas del estilo. Y qué decir de las bombas nucleares. Disparar una y dar en el blanco puede que sea una de las experiencias más gratificantes que recordamos.
También comprobar cómo paso a paso, mejora tras mejora, podemos convertir un acorazado cualquiera en la nave de nuestros sueños. Hay montones de opciones estéticas entre las que elegir, con variaciones temáticas que incluyen referencias al mundo de los vikingos o samuráis, por ejemplo, así como una amplia gama de colores y señas con las que marcar las diferencias. ¿Cómo acceder a ellas? A través de una tienda virtual que funciona de forma similar a la vista en otros juegos free-to-play como World of Tanks, con posibilidad de usar puntos de fama obtenidos durante la partida, o directamente apostar por el dinero contante y sonante.
En definitiva, esta primera toma de contacto con Dreadnought nos ha dejado con muy buenas sensaciones. Hablamos de un videojuego especial, que se siente único gracias al ritmo pausado de sus combates, a la par que es también un espectáculo digno de ver. ¿Os interesa? En estos momentos lo nuevo de Yager disfruta de un período de pruebas beta cerrada al que podéis acceder, previo pago, a través de este enlace. Si lo probáis, no dudéis en compartir con nosotros vuestra experiencia. El título estrenará su versión final en un momento aún por concretar a lo largo del presente año.