Análisis de Dungeons & Dragons Online

Análisis de Dungeons & Dragons Online
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Sólo necesitas un libro de reglas, un lápiz, algunos papeles y unos cuantos dados para jugar al juego más auténtico y excitante imaginable: un juego de rol. ¿Sólo? Bueno, no exactamente. También necesitarás unos cuantos amigos con quien jugar y, sobre todo, un master del juego con una buena historia preparada y una adecuada técnica para saber dotar al juego en todo momento de la emoción necesaria. Pero si estás solo en casa o no sabes por donde empezar, ya dispones del modo más sencillo de disfrutar de la magia de un juego de rol: Dungeon & Dragons Online.

Dungeon & Dragons Online es la adaptación al ordenador de, probablemente, el juego de rol más conocido y perfecto de la historia. Por si aún queda alguien que no lo sepa, Dungeon & Dragons es un juego de rol de mesa con más de 25 años a sus espaldas. Uno de los pioneros en el género y uno de los más completos y jugados aún hoy. Dungeon & Dragons Online es la versión MMORPG de este juego de rol y, lo primero que hay que decir, es que cumple perfectamente su cometido.

Un auténtico juego de rol
Basado en la versión 3.5 de las reglas del Dungeon & Dragons de mesa, el D&D Online apenas realiza algunos pequeños cambios, en aras de la jugabilidad y la facilidad de comprensión del juego. Para quien no lo sepa, las reglas del D&D vienen recogidas en un libro de más de 300 páginas. No es que haya infinidad de reglas, pero sí que es necesario, en la mayor parte de los casos, describir minuciosamente el contenido de todas ellas. Esta exactitud se relaja en la versión Online, facilitando así el juego, pero llevando al jugador poco experimentado a preguntarse en algunos casos qué está ocurriendo. Si no has jugado nunca al D&D de mesa, más vale que te leas el libro de instrucciones del juego (80 páginas en inglés) o de lo contrario te costará un poco comprender algunas facetas del juego. En todo caso, se puede jugar perfectamente sin leer el manual, D&D Online es un juego bastante intuitivo y no hace falta conocer todos los atajos de teclado ni entender cada detalle del mismo para disfrutarlo, pero parece bastante recomendable tener algo de base antes de empezar a crear tu personaje.

Porque lo primero que hay que hacer, como en todos los juegos de rol, es crear tu personaje. A diferencia del D&D original, encontramos en la versión PC algunas limitaciones a la hora de elegir raza o clase, por ejemplo. Las únicas razas disponibles son humanos, elfos, enanos, halflings y warforged, una raza mecánica que no existe en el D&D original y que parece destinada a aquellos jugadores más inclinados a la acción que al rol. Las clases, asimismo, son sólo 9: bárbaro, guerrero, paladín, clérigo, explorador, bardo, ladrón, mago y brujo. Como en todos los juegos de rol, el bárbaro y el guerrero son las clases destinadas a la lucha cuerpo a cuerpo, el explorador es el perfecto arquero, ágil y diestro; mago y brujo utilizarán la magia como arma; el clérigo es el encargado de sanar las heridas de los compañeros; el ladrón, el especialista en desactivar trampas y abrir puertas; el paladín es una mezcla de guerrero y clérigo y el bardo, por último, es el personaje todoterreno, capaz de hacer un poco de todo pero sin ser experto en nada. De todos modos, conforme consigas experiencia y aumentes de nivel existe la posibilidad de crear personajes multiclase, lo que ofrece una variedad de personalización casi infinita.

Crear un personaje en el D&D Online es casi tan trabajoso como en el D&D de mesa: una vez seleccionada raza, clase y aspecto físico, deberás elegir las habilidades de tu personaje, así como la dote y, según la clase, los conjuros. Una vez realizada todo ello, y después de un breve tutorial, empezará el juego en sí. Como suele ocurrir en el D&D de mesa, el inicio de las partidas suele efectuarse en una ciudad a donde llega nuestro héroe y en la que no tardan mucho en ofrecerle misiones a realizar. La taberna suele ser un buen lugar para que llegue a nuestros oídos la posibilidad de embarcarnos en alguna aventura, y allí será, por tanto, donde apareceremos al iniciar el juego. La primera misión que se nos encomendarán será la única que podremos hacer en solitario, sirviendo, más que nada, de toma de contacto con el juego y los controles.

A partir de ese momento, el objetivo primordial será crear un grupo con el que poder resolver las muchísimas misiones que nos irán apareciendo a lo largo del juego, y que nos permitirán conseguir la experiencia necesaria para subir de nivel y el equipo adecuado para poder ser, cada vez, un poquito más competentes.

Dime con quien andas y te diré si disfrutas jugando o no
El juego de rol es un juego eminentemente social. Esta premisa es más cierta que nunca en el caso que nos ocupa. El modo de juego del D&D Online es muy sencillo: se trata de ir resolviendo diferentes misiones para lo cual necesitas, imperativamente, formar un buen equipo de hasta seis jugadores. Y aquí está lo mejor, y lo peor, del juego. Como en la vida real, no siempre es fácil rodearse de las personas adecuadas.

Para empezar, es importante saber que al D&D Online sólo se puede jugar en equipo. Bueno, puedes aventurarte solo en cualquier misión, pero vas a durar más bien poco. Una misión de nivel 4, por ejemplo, no significa que sea apta para un jugador de nivel 4, sino para un grupo de jugadores de nivel 4 como media. Del mismo modo cada misión puede requerir una composición diferente del grupo, aunque en este caso sí que es cierto que no es tan definitivo. Si tu grupo no tiene ladrón, por ejemplo, no podrás desactivar las trampas, así que sufrirás más daño, o no podrás abrir algunas puertas, por lo que perderás objetivos secundarios. Del mismo modo, sin un clérigo, nadie podrá sanarte y te resultará más difícil sobrevivir. Pero no hay que preocuparse demasiado: finalizar las misiones es más una cuestión de cantidad que de calidad. Un grupo de 6 jugadores de un nivel similar siempre podrá resolver, con mayor o menor facilidad, una aventura de su nivel o incluso de un nivel superior.

Las misiones que el juego ofrece son de lo más variadas y, conforme avanzas de nivel, cada vez más complejas. La jugabilidad, por tanto, parece asegurada. Pero aquí es donde encontramos el principal problema del juego. Aunque resulta injusto achacar al juego este problema. Sería como decir que los coches son los responsables de los accidentes de circulación… ¿Acaso un coche sin conductor representa algún peligro? Pues bien, el D&D Online es un vehículo de entretenimiento perfecto (siguiendo con el símil), pero para el que resulta difícil encontrar buenos conductores. Formar un grupo puede llegar a ser una aventura mucho mayor que cualquiera de las que el juego propone.

Para empezar, y como es habitual en los MMORPG, tenemos el problema del idioma. No esperes encontrar mayoría de españoles en los servidores de D&D, donde el idioma común es, como no, el inglés. Existe una comunidad hispana y algunos clanes, pero resulta bastante difícil formar grupos sólo de españoles. Lo normal es que acabes echando mano del chat, de texto o de voz, para comunicarte con el resto de jugadores. Y esa comunicación, básica para poder jugar, será casi siempre en inglés. Superada la barrera idiomática, reclutar a gente de la clase y el nivel deseado para resolver la misión que tenemos en mente hacer no será demasiado complicado, del mismo modo que buscar un grupo al que añadirse es también de lo más fácil. Pero, claro, no sabes con quien vas a encontrarte…

Existen muchas maneras de jugar al D&D Online, y no hay un modo mejor que otro. Hay a quien le gusta hacer hincapié en el lado rol del juego (que es, por otra parte, lo más logrado del mismo), por lo que juegan muy pendientes del resto del grupo, utilizando sabiamente sus habilidades, sin precipitarse, viviendo realmente el juego como una aventura. Por otro lado, hay quien prefiere avanzar sin más, matando todo bicho viviente que se cruce en su camino y haciendo caso omiso a las trampas y puzzles que el juego presenta. No importa cual sea tu elección, pero como el resto del grupo no piense como tú, jugar puede convertirse en un auténtico calvario.

Las consecuencias de la elevada interacción social que el juego requiere lastran al mismo de un modo absolutamente decisivo. Tener en tu grupo un jugador que ya ha hecho antes la misión en cuestión puede llevarte a acabarla tan rápido que ni te enteres de lo que ha pasado (y por tanto, no la disfrutes). Puedes encontrarte, por contra, compañeros de grupo que ralenticen toda la misión perdiéndose cada pocos segundos o parando para comer algo o atender el teléfono en la vida real, justo cuando más los necesitas. Y siempre hay aquellos que pretenden venderte parte del botín, que se te adelantan y te quitan recompensas que en realidad te corresponden a ti o que, simplemente, te ignoran cuando pides socorro o pasan de ayudarte a resucitar (algo muy sencillo) cuando has muerto.

Resumiendo: la jugabilidad de este juego depende de la gente con la que juegues. Una máxima aplicable, de alguna manera, a todos los MMORPG, pero que en D&D Online es completamente irrefutable. El juego en sí puede calificarse de excelente, pero si no encuentras a los compañeros adecuados la experiencia puede ser verdaderamente catastrófica. Como todos los MMORPG, tiene el problema del idioma. Aunque el juego se ha editado en francés y alemán, a España sólo ha llegado en inglés. Un problema menor, pues, aunque estuviera traducido, lo normal es acabar jugando en inglés. Así que no importa lo bien que te defiendas con la espada: si no te defiendes con el inglés, no serán los kobolds o los trolls quienes te saquen del juego, sino tus propios compañeros.

Los requisitos recomendados, por tanto, para disfrutar del D&D Online no acaban sólo en el procesador y la tarjeta gráfica. Para sacarle realmente partido a este juego necesitarás un buen nivel de inglés y/o, lo más importante, un grupo de amigos con los que jugar. La situación ideal: que seáis seis amigos aficionados al rol, que cada uno compre su juego y que quedéis para jugar juntos. Como eso no parece sencillo, la recomendación sería entrar en un clan lo más concurrido posible y jugar con gente del mismo nivel y, preferiblemente, que lleven el mismo tiempo jugando (para que no se sepan las misiones de memoria) y con la misma intención y el mismo perfil de juego (es decir, más o menos orientado al rol o a la acción).

Dungeon & Dragons Online es la mejor adaptación de un juego de rol D&D de mesa a la pantalla de un ordenador. Turbine y Atari han sabido captar la esencia del rol, la emoción de las partidas, la atmósfera de las mazmorras, la magia del juego. En algunos momentos parecen haber apostado un poco más por la acción que por el rol, pero a fin de cuentas, estamos en un ordenador y un exceso de rol podría haber perjudicado la jugabilidad. Creo que el equilibrio está bien logrado, se mantiene el espíritu del rol de mesa, pero con la velocidad y acción que el jugador de ordenador demanda. Si eres un fanático del rol, te va a gustar. Si, además, tienes la suerte de encontrar buenos grupos de jugadores para llevar a cabo tus misiones, vas a disfrutar.

Excelente

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Dungeon & Dragons Online es un juego imprescindible para aquellos aficionados al rol, especialmente, para los jugadores habituales del Dungeon & Dragons de mesa. Si tienes la suerte de rodearte de la gente adecuada, la experiencia de juego se convertirá en una sensación irrepetible: tu ordenador nunca habrá estado tan cerca de una partida de rol. Absolutamente recomendable.

Jugadores: Masivo online
Idioma:
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