Por lo visto, la mente colmena que rige a los jugadores de Football Manager nos ha hecho mutar. Según me comentaba un colega, su grupo de amigos fans de la franquicia han dejado de acumular horas al simulador de gestión futbolística de Sports Interactive y rascado ese picor de estrategia con otro título que acaba de salir al mercado: Europa Universalis V. Alguna similitud hay entre llevar a ganar la Champions a un equipo de Segunda Federación y crear un imperio desde un par de provincias de la región de Flandes, hay que reconocerlo.
Yo mismo, que las horas a la franquicia Football Manager se acumulan por miles en mi perfil de Steam, y que algo tendré que hacer a la espera de los tan necesarios parches tras la salida en falso que ha sido la edición de este año, he caído. Y aunque pensaba que tendría que reiniciar la partida en múltiples ocasiones, o verme horas y horas de tutoriales en YouTube, lo cierto es que la experiencia ha sido bastante más suave de lo esperado; de hecho el pasado sábado casi se me olvida comer de lo enganchado que estaba a Europa Universalis V.
Siempre existen reticencias a la hora de sumergirte en un género que no conoces, una saga que no has probado hasta la fecha y que además tiene un bagaje y una profundidad como la de Paradox. Me esperaba tener que tabular la partida sin parar para encontrar ayuda online, leer un montón de guías y acabar con dolor de cabeza por todas las ocasiones en las que mis campesinos se quedaban sin comida. Nada más lejos de la realidad y lo último en lo que esperaba pensar mientras disfrutaba de conquistar el norte de África con Túnez era en Forza.
Tomemos un desvío muy rápido. Los juegos de conducción nunca han sido lo mío, no ya simuladores con volante Logitech, sino que hasta mi primo mayor era quien me hacía los carnets en Gran Turismo cuando era un chavalín. Pero con la saga Forza encontré mi lugar seguro dentro del género gracias a las enormes funciones de accesibilidad y para modular la dificultad.
Una forma de aprender a jugar mucho más intuitiva
Que lo complicado de la partida no sea un único ajuste de lo inteligente y rápida que es la competencia, sino ayudas a la conducción como la línea de trazada ideal o indicadores de cuándo frenar, cambió mi forma de relacionarme con los juegos de carreras.
Si mejoraba, podía eliminar uno de esos "ruedines" para adaptar la experiencia a las áreas donde había aprendido la lección; y lo que es mejor, dedicarme a las partes que más divertidas me resultan. De hecho, recuerdo como si fuera hoy el momento en el que me atreví a usar el cambio manual, algo que siempre fue un terreno vedado para mi. Pues eso mismo me pasa con Europa Universalis V, que tiene la capacidad de automatizar casi cualquier tarea, pudiendo adaptar la experiencia a lo que más te gustaría hacer.
Dada la profundidad del título, que te permite asignar órdenes de compra para todo tipo de productos a cada mercado de tu país, llevar a cabo operaciones militares a gran escala o gestionar los impuestos de cada estamento social, intentar manejar todo en tu primera partida es una receta para el desastre. O bien juegas a un ritmo tan lento leyendo todo e intentando comprender qué significa el aluvión de pop-ups que descubrirás que se hace soporífero, o bien acabas tan saturado que dejas de prestar atención, tu partida acaba siendo un fracaso y terminas por desinstalar el videojuego.
"La automatización es además algo incluso sano para el ritmo del juego"
La automatización es además algo incluso sano para el ritmo del juego. Es razonable bajar la velocidad a la que pasa el tiempo cuando estás en una campaña militar o cuando quieres hacer algo de microgestión a la hora de construir cierto tipo de edificios en una ciudad o provincia concreta. Pero hacerlo para ajustar los impuestos a cada estamento de forma mensual es algo terriblemente tedioso y que puede ser automatizado para conseguir el máximo dinero y minimizar el descontento. E incluso, es una herramienta muy útil para favorecer cierto tipo de partidas, como una en la que quieras centrarte en un hiperdesarrollo comercial dejando de lado el tema militar o cuestiones diplomáticas.
Por ejemplo, yo comencé automatizando prácticamente todo, y a medida que he ido avanzando, me he atrevido a quitarme las ayudas en asuntos como leyes, diplomacia e investigación. De esta forma, he tenido el tiempo suficiente para descubrir el videojuego sin agobiarme porque todo se iba al garete, así como he podido adaptar la experiencia a lo que verdaderamente más me iba gustando con el paso de las horas junto con Europa Universalis V.
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