Año nuevo, expansión de Guild Wars nueva. El universo de Tyria no falla a su cita semestral con el aficionado en una saga que, no obstante, comienza a acusar ciertos síntomas de saturación. Cuatro juegos en dos años, ¡Ríete de Los Sims!
Lo cierto es que Eye of the North es la primera expansión propiamente dicha si nos atenemos al fondo etimológico de la palabra, y es que tanto Factions como Nightfall eran nuevos episodios de la saga que ni tan siquiera necesitaban del Guild Wars original para ser jugados. Lo cierto es que este nuevo capítulo, primera expansión, si necesita de al menos uno de los tres anteriores programas instalado, y aún así lamentablemente la inyección de nuevos contenidos es sensiblemente inferior que en cualquiera de las tres anteriores entregas.
Guild Wars Eye of the North (Gwen)
La esencia de Eye of the North es la de ofrecer nuevas y espectaculares misiones a nuestros personajes ya creados de Guild Wars. De hecho la mayoría de contenidos están orientados hacia los jugadores de nivel 20 (el tope en estas series), aunque como debemos recordar en el juego de NcSoft y ArenaNet se puede empezar tanto con un carácter creado desde cero como con uno con la experiencia ya completada.
La compleja historia de esta expansión se acerca más al arco argumental del original, y se desmarca notablemente de los devaneos en el guión de Factions y Nightfall. Eye of the North nos cuenta en una campaña que ronda las 12 horas que en la convulsa Tyria el reino de Ascalon ha sido prácticamente arrasado por los Charr, sólo un pequeño grupo de soldados resiste las embestidas del mortal enemigo surgido del inframundo.
Hay en este título un empeño especial en dotar de matices al argumento, y se añaden numerosas razas inéditas hasta ahora como los Asura, los Norn o los enanos de Deldrimor, aunque ninguna de ellas es jugable. Un buen puñado de héroes controlados por la inteligencia artificial como el Rey Jalis, la capitan Langmar o el quisquilloso Gadd, así como el bienvenido regreso de la humana Gwen.
Tristemente estos nuevos personajes y facciones no vienen acompañados de profesiones novedosas a las que hincarle el diente como venía siendo costumbre; como ya hemos dicho el juego está orientado a jugar nuevas aventuras con nuestros personajes creados, de modo que aparte de numerosas habilidades nuevas no encontraremos ni aumento en la progresión del personaje ni otras profesiones que explorar.
Por otro lado Eye of the North supone un notable aumento en el nivel de dificultad del juego. Se nota una sensible mejoría en la resistencia y capacidad de ataque de los enemigos, no obstante su inteligencia artificial sigue al borde del encefalograma plano. Especialmente duras resultan las 18 mazmorras con las que cuenta el juego, y que con un diseño fantástico suponen uno de los más notables añadidos del título.
La experiencia PvP queda muy descuidada en este Eye of the North, nada apetitoso que llevarse a la boca salvo las nuevas habilidades también disponibles en el modo de campaña. Una oportunidad perdida para seguir cultivando el todavía algo cojo modo de jugador contra jugador de Guild Wars.
Pese a ello Eye of the North cuenta con algunas novedades interesantes como la obtención de una suerte de logros para entrar en un hall of fame, que casi nos obligarán a entrar en gigantescas arenas auténticamente infestadas de enemigos. Lo peculiar de este salón de la fama es que los premios que consigamos perdurarán hasta el próximo Guild Wars 2, y llevarán consigo el desbloqueo de determinados aspectos todavía por determinar de esa futura segunda entrega. No obstante la pobreza de la presentación de este hall y algunas limitaciones a la hora de personalizarlo lo dejan prácticamente como una mera curiosidad.
Quizá va siendo hora de comenzar a añadir contenidos más serios e innovadores, pues la fórmula de Guild Wars puede revelarse insuficiente para mantener este ritmo incesante y probablemente abusivo de expansiones semestrales. Puede que Eye of the North sea el último capítulo de la primera serie de juegos que ahonden en las tierras de Tyria. Debe ser efectivamente el último si no hay previstas más novedades o si se están reservando para Guild Wars 2, porque otra entrega con tan escasas propuestas novedosas podría hacer un daño irreparable a la saga.
Pocos Cambios en lo Gráfico
Tecnológicamente el juego sigue cumpliendo, aunque en cada edición con más reservas. El antaño resultón engine gráfico ahora va sufriendo con el tiempo los estragos del pasado, y comienza a acusar su dilatado empleo. No obstante, la dirección artística sigue siendo una de las grandes bazas del juego, con algunos de los entornos más bellos que hemos visto en la saga, y el diseño de algunos enemigos sigue brillando por su originalidad y buen hacer.
En lo sonoro casi inexistente apartado de doblaje, y de nuevo un gran trabajo en las composiciones musicales por parte del genial pero irregular Jeremy Soule.
Larga experiencia la de este lanzamiento que amplia las campañas de los anteriores Guild Wars con una historia destinada a proporcionar nuevas aventuras a nuestros personajes favoritos del universo de Tyria. Sin embargo la escasez de novedades obliga a restringir la recomendación de su compra únicamente a los más fanáticos de la saga. Eye of the North es literalmente más de lo mismo, lo que no necesariamente tiene que significar algo malo.
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