La saga Guitar Hero sigue impertérrita su camino y no muestra signo alguno de cansancio afrontando ya su quinta entrega. Tras algunos episodios mejores que otros los chicos de Neversoft se ponen las pilas y nos regalan una de las mejores entregas hasta la fecha.
Lo reconocemos, tras las interesantes pero algo repetitivas entregas de Guitar Hero: Metallica y Guitar Hero: World Tour no teníamos grandes esperanzas en que la fórmula de Activision y Neversoft pudiera mejorar; y contemplábamos como la saga de EA, Rock Band, les comía terreno a pasos agigantados.
Sin embargo Guitar Hero 5 ha recuperado el pulso a las series, y lo ha hecho apostando por una accesibilidad de la que seguramente carecían entregas anteriores, haciendo a la saga algo menos elitista de lo que lo era antaño. Esto, sin embargo, podría ser sólo una cuestión de prisma sin mayor importancia, pero acaba repercutiendo de tal forma al juego completo que lo hace más divertido que nunca a la hora de jugar con otras personas.
Monsters of Rock
Cuando hablamos de accesibilidad hay que dejar una cosa clara. No se está sacrificando dificultad o reto, sencillamente se está consiguiendo que el videojuego sea mucho más asequible para que el aficionado que debuta en las series no se pierda en sus menús, o no se sienta desplazado por los jugadores que tienen más nivel.
¿Cómo lograr ese difícil equilibrio? Básicamente añadiendo opciones en lugar de restarlas, y trabajando en pos de una flexibilidad que dota de dinamismo al conjunto. La campaña, por ejemplo, se puede afrontar ahora de formas muy diferentes. Ya no estamos atados a un solo personaje e instrumento desde el comienzo como en pasadas entregas, en esta ocasión si a mitad del Modo Carrera cambiamos de opinión y deseamos hacer nuestros pinitos con otro de los instrumentos disponibles, cambiar el número de jugadores o alterar el nivel de dificultad sólo tenemos que alterar estos parámetros en las opciones; no perderemos los progresos llevados a cabo.
Continuando en esta línea también hay otras medidas que favorecen la jugabilidad, como puede ser la posibilidad de que no tengamos que seguir necesariamente las clásicas reglas de la guitarra, bajo, voz y batería para montar un grupo. Así pues podremos interpretar temas con cuatro guitarras, con tres micros y una batería, sólo con bajos… etcétera.
Por último cabe destacar un acierto más en términos de facilitar el movimiento por los descomunales menús del videojuego. Incluso durante el Modo Carrera podremos saltar de un modo a otro con rapidez merced a los nuevos elementos emergentes de la pantalla donde podemos logear nuestro perfil. Aquí con rapidez podemos escoger el nivel de dificultad, el instrumento y el avatar y saltar rápidamente a partidas rápidas, multijugador y demás opciones. Otro gran acierto.
La campaña principal también altera otros elementos. Desaparecen los conceptos de progresión que nos reportaban el dinero, el público y el resto de elementos que aparecían según evolucionábamos con nuestra banda. Todo se ha simplificado mucho, y ahora todo el funcionamiento se basa en la puntuación de estrellas para cada tema y también en el desbloqueo de nuevos escenarios para contar con más packs de canciones que interpretar. Más vieja escuela que nunca.
El Supergrupo
Sin embargo no son todo restas en el computo del “Modo Historia”, y es que también hay algunas adiciones de importancia. La más relevante de todas ellas es la de la presencia de los desafíos, que son diferentes pruebas para cualquier instrumento que irán proponiéndose antes de cada canción. Conseguir un determinado número de golpes de bombo acertados, o “clavar” una sección de guitarra completa son sólo algunas de las pruebas que tendremos que superar si queremos completar estos desafíos. Cabe destacar que estos retos dependen de la canción que interpretemos y no del instrumento que estemos empleando, con lo cual puede que estemos tocando la batería en solitario y que nos aparezca un desafío para guitarra que, obviamente, no podremos superar.
El videojuego nos permite terminar el Modo Carrera sin tocar cada canción, aunque sería una lástima puesto que el repertorio de temas es ciertamente interesante. Probablemente estemos ante el track-list más variado de cuantos han conformado la oferta de un Guitar Hero, y podemos ver como se suceden sin sonrojo temas de Public Enemy con No Doubt, de Gorillaz con Mötley Crüe, de Arctic Monkeys con Elton John o de Stevie Wonder con Megadeth.
Obviamente por ecléctico que sea nuestro gusto musical es literalmente imposible que nos guste la vasta oferta del juego puesto que se abordan innumerables géneros, sin embargo es agradable la variedad de la nueva entrega que contrasta con el tono eminentemente heavy y metalero de los primeros episodios de las series.
El problema que se deriva de algunos de los temas es su escasa dificultad. Los géneros más orientados hacia el pop tienen mucho menos virtuosismo en los instrumentos que otros géneros más duros –con notabilísimas excepciones como Muse-, con lo cual algunas canciones pueden pecar de cierta escasez de dificultad en instrumentos de cuerda y batería. Para ello parece esencialmente creado el modo Momentum, una dificultad dinámica y adaptativa que conforma el que es probablemente el mejor modo multijugador de cuantos se ofertan en Guitar Hero 5.
Aquí todos los jugadores comienzan en la dificultad Media, y ésta va aumentando en función de la calidad de nuestra interpretación del tema. Por lo demás el resto de modos no son tan divertidos ni originales, con mucho reciclaje de entregas anteriores y con algunas modalidades que debutan y que no acaban de funcionar de forma rotunda.
Por lo demás en lo visual el videojuego ofrece en líneas generales el mismo nivel que entregas anteriores, sin grandes cambios, lo que empieza a demostrar que el motor gráfico necesita un rápido remozado.
El sonido, como siempre, brillante, con unas mezclas potentes y rotundas y la posibilidad de ecualizar el volumen de cada instrumento en función de nuestros deseos. Por otra parte se ha tomado la necesaria medida de mejorar mucho las pistas de audio que se emplearán en el estudio de grabación, puesto que en el anterior Guitar Hero eran de un nivel bastante pobre.
Guitar Hero 5 consigue consolidar una necesaria mejora y nos ofrece un gran título tras unas últimas entregas algo titubeantes. Las mejoras vienen de la mano de un gran repertorio musical, y de una serie de opciones extra que lo hacen mucho más accesible y cómodo de manejar.
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